XXV (1)

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Narra Raúl

Me desperté al día siguiente con una sonrisa. El sábado había pasado demasiado rápido. Me giré en la cama esperando que hubiera alguien que obviamente no estaba. Curiosa necesidad. Abrí el móvil por primera vez, vi los mensajes de Borja y los mensajes de los chicos y varios más.
Abrí los de los chicos (por el grupo), me preguntaban dónde estaba y después cientos de mensajes felicitándome, pasando fotos y videos. Más tiernos. Respondí a otros mensajes y finalmente entré al de Borja. Todos los mensajes estaban borrados. Pulsé el botón de llamada y esperé a que respondiera. Un pitido, dos pitidos. Una ronca voz.
- Buenos días Álvarez - dijo Borja con una voz ronca de recién levantado.
- Hola Borja, oye una...
- Enhorabuena por el recital, eres un artista Raúl - colgó el teléfono. Me quedé con el aparato en la oreja oyendo el silencio. Mis ojos empezaban a llenarse de lágrimas. No iba a llorar y menos por Borja. Fui a la ducha para despejarme ya que había quedado con los chicos en un largo rato. Salí, me puse una toalla alrededor de mi cadera, y empecé a secarme. Me puse música de fondo (multimedia) y cuando tenía el pelo seco empecé a secarme y vestirme mientras cantaba a todo pulmón la canción. Para que os hagais una idea: piano bien, canto mal.
Me vestí con una sudadera negra, unos tejanos y unas bambas cualquieras que encontré por ahi. Cogí el móvil cuando oí que me llamaban. ¿Sería Borja? No creo, era mi madre. Resoplé y lo cogí
- Buenos dias madre, ¿que se te ofrece? - dije con ironía.
- Hola Raúl, prepara la habitación de invitados tu padre y yo vendremos a pasar una semana contigo, te echamos de menos
- Aja, perfecto. ¿Cuando venís? - dije sin interés.
- Hoy por la tarde estaremos ahí. - Bufé, y con un sonido colgué. Vaya semana me espera, y yo que quería hablar con Borja seriamente. Cambio de planes pues, le envié un mensaje al nombrado anteriormente citandole en un Starbucks del centro por la tarde. Accedió de inmediato. Miré la hora y me apresuré ya que casi llegaba tarde.
Llegué jadeando al parque, Alex y Guille hablaban animadamente y riendo de cosas que solo ellos entendían. Cuando me vieron me saludaron y me uní a su conversación
- Esta mejor sí, pero aún tiene que estar ingresada
- Oh vaya, me alegro mucho Alex - sonreí sincero abrazándole.
- Eh y tu que pianista, cuéntanos todo. Absolutamente todo - comentó Guille curioso. - ¿Te tiraste a alguien ayer Raúl?
No, pero ojalá a Borja - ¡Guille! No, no lo hice con nadie - empecé a sonrojarme - preguntadme que quereis saber sobre el recital venga que se os ve muertos de curiosidad - solté una carcajada yendo hacia un banco. Me llegó un mensaje al móvil, Borja me había cancelado el plan por cosas personales. Maravilloso, a pasar la tarde con mis padres.
- ¿De que conoces a la família de Samuel? - preguntó Guille, tenía cierta fijación con Samuel últimamente.
- No los conocía hasta ayer. A ver, el apellido De Luque sí que tiene renombre pero desconocía que Samuel era uno de ellos. - respondí su pregunta sonriendo.
- ¿Y la elección de las piezas? ¿Por qué esas? - volvió a preguntar Guille aún con más curiosidad.
- El motivo es secreto y personal, pero espero que os hayan gustado
- Venga Raúúúúl porfavooooor - Alex y Guille hicieron pucheros. - solté una carcajada.
- Cuentan una historia, no vais a saber más que eso. ¿Dónde está Rubén? Llega media hora tarde el calvo tóxico esto - dije con una mueca.
- Nunca entenderé el por qué de ese sobrenombre, pero hoy está tardando más de lo normal. - Alex sacó su móvil y le llamó poniendo el altavoz.
- Rubén tío, ¿dónde estás? Llegas media hora tarde. - Dijo Guille cabreado -
- Es... Estoy ocu... Ocupado no... No llegaré - La voz de Rubén se escuchaba entrecortada ya que estaba suspirando entre palabras.
- Estas con Samuel, lo pillamos adióós - colgamos antes de descubrir que estaba haciendo. Guille rodó los ojos.
- Bueno, ¿Vamos al centro comercial? - dijo Alex motivado, asentimos y empezamos nuestro camino al centro comercial.
Después de un rato de conversación sin importancia, Alex me miró y me preguntó con tono serio sobre Borja y nuestra situación.
- Pues... Hoy iba a quedar para hablar con él, pero me lo ha cancelado. Me llegaron varios mensajes suyos ayer pero estaban todos borrados. No entiendo a este chico, creo... Creo que me voy a alejar de él, me hace más daño que nada. - Susurré esto último más para mi que no para ellos. ¿Era una decisión correcta alejarme de Borja sin ninguna explicación?

Después de pasar el dia con mis amigos fui a casa. Pedí una pizza, ya que no quería cocinar, y esperé mientras terminaba de ordenar mi casa. No fue mucho trabajo por suerte. Llegó la pizza, la pagué y dejé la comida en la mesa. Fui a la nevera, cogí cualquier bebida mínimamente decente y volví a la mesa para comer. El día no parecía demasiado emocionante, pero si mis padres venían era por algo, y no solo por echarme de menos. Resoplé aburrido comiendo la pizza. Que asco de vida. Cuando terminé, tiré la caja y me fui a dar una ducha. Dejé que el agua relajara mis tensos músculos. Salí con una toalla en mis caderas. Era la segunda ducha del día. Me vestí con algo cómodo, fui a la cocina y preparé algo para cuando ellos vinieran. Que pereza de día.

Pasaron las horas y mis padres llegaron. Llamaron a la puerta, fui a abrir y saludé a mis padres. Les dejé pasar ayudándoles con lo que traían y fui a dejarlo a la habitación de invitados. Cuando volví les hice acomodarse al salón
- ¿Y qué quereis? Aparte de apropiaros de mi casa, alimentos e intimidad una semana claro - no, la relación con ellos no era muy buena como podéis observar.
Mi madre soltó un suspiro - Tu hermano nos ha propuesto irnos a vivir todos con él, no literalmente por supuesto pero si en una casita. Los tres, como los viejos tiempos. - sonrió de forma maternal, yo solté una carcajada bastante larga y sonora.
- No os ofendáis, pero mi vida esta aquí. Tengo mis estudios, mis amigos y hasta mi futuro. Yo no pinto nada ahi, tened buen viaje.
- Te dejamos una semana para pensarlo cariño, por eso estamos aquí. - dijo ella acariciándome la cara - piénsatelo bien Raúl.
- No hay nada que pensar, tengo la decisión muy clara. Para mi hermano estoy muerto, ni se acuerda de mi. Yo no voy a pisar ese lugar. ¿Lo entiendes? - le dije amenazador.
- Raúl Álvarez, o hablas con respeto a tu madre o te hago respetarla - dijo el señor que se hacía llamar mi padre. Es una larga historia.
- Callate imbécil - murmuré por lo bajo. - No me voy a ir a ninguna parte meteros eso en la cabeza - bufé.
- Raúl no tomes una decisión así como así. Piénsatelo cariño. - susurró mi madre - puede ser una gran oportunidad para ti, no tiene que ser permanente si no algo temporal.
- Pero sabes que el inglés no es mi fuerte - dije rodando los ojos.
- Por eso puede ser una oportunidad. Piénsatelo bien cielo.

Realmente no era una idea muy mala irme y desconectar de todo y todos. ¿O sí?

Fine Line (Luzuplay) [En edición]Where stories live. Discover now