XIX

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Narrador omnisciente

Cuando Raúl se dirigía a casa de Borja repitiéndose el discurso de forma mental, se replanteó seriamente si hacerlo o no. Al fin y al cabo tenía que solucionar las cosas con él. Después de meditarlo, decidió seguir con el plan establecido aunque cada vez que se acercaba más al lujoso vecindario, más nervioso estaba. Cuando llegó a la puerta, Raúl llamó nervioso y sin estar muy convencido. Esperó ahí unos instantes hasta que Borja le abrió.

Narra Raúl

- Ehh... Ho... Hola Borja, quería.. Quería hablar contigo. - dije nervioso y sin estar muy convencido.
- Dime Álvarez
- Quiero una explicación de porque me tratas como me tratas en público. En la universidad me empujas, me ignoras y me humillas. Te ríes de mi con tus amigos pero después me llamas para que te chupe la pinga y me folles como si como si nada. No Borja no, la cosa no funciona así. Si me quieres solo para follar me merezco un mínimo de respeto. Te tolero que follando me pegues, cortes, muerdas, hieras e insultes, pero en publico no. - solté todo sin dejarle hablar. Vi como una sonrisa asomaba en su precioso y marcadorostro.
- ¿Te han obligado a venir no? No me respondas, tu mirada habla por ti. El dia que consigas encararte a mi te dejaré en paz. Porque eso es lo que quiero, que te liberes sin hacerte daño a ti mismo - acercó su mano a mi cara y me acarició la mejilla con el pulgar - ¿Cuanto llevas sin cortarte Raúl?
- Solo... Solo llevo 4 días - dije agachando la cabeza y en voz baja.
- Oye, ya es un logro. He de dejarte que estoy ocupado, nos vemos mañana. - me dirigió una leve sonrisa y cerró la puerta. ¿A qué venía tanto aprecio hacia mi persona y tanta preocupación? Me fui de su casa encaminándome a la mia, mientras mentalmente repasaba las partituras de Liszt, Chopin y Tchaikovsky. Sin casi darme cuenta llegué a mi casa. Al entrar tiré las llaves en la mesita y fui a la cocina en busca de algo para comer. Me hice una sencilla macedonia, cogí el bol y me tiré al sofá viendo cualquier serie chorra de Netflix. No podía dejar de pensar en el buen trato que había recibido por parte de Borja hoy y la curiosa explicación que me dió.

Narra Borja

Después de la curiosa e inusual visita por parte de Raúl, me quedé pensando en mi actitud hacia él. ¿De dónde había salido tanto cariño? No le di mucha importancia por lo que seguí haciendo lo mio. ¿Que qué hacía? Nada de provecho. Un poco de deporte en la cinta y poco más. Al terminar esa breve rutina, me fui a la ducha dejando que el agua recorriera cada centímetro de mi cuerpo y me aliberara de todo pensamiento. Las frías gotas de agua que recorrían mi cuello y bajaban por la clavícula me hacían pensar en la lengua de Raúl y su forma suave de pasearse por todo mi cuerpo para después oírle suplicar que le follara sin ningún tipo de tacto. Ese chico me traía muy confuso. Mi mente menos racional me decía que lo único que sentia hacia él era atracción sexual. Pero la parte racional me decía que tenía que tratar a ese pelinegro con cariño y protegerlo de todo y todos. ¿Qué coño me estaba pasando?

Fine Line (Luzuplay) [En edición]Where stories live. Discover now