Catorce

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- Taetae, toma mi mano, no quiero que te pierdas – me dijo el pequeño azabache que camina frente a mí.

- Soy mayor que tú, yo debo cuidarte a tí – dije reprochándole, aunque de todas formas tomé su pequeña mano.

- Pero Tae, eres mi omega, yo debo cuidarte siempre.

Ser suyo se transformó sin que nos diéramos cuenta en una clase de juego; él me trababa con cariño y preocupación y yo aplaudía todos sus logros mientras lo mimaba. Eso era lo que mamá hacía, eso era lo que la señora Jeon hacía, entonces yo debía comportarme de la misma manera que ellas.

- Me pregunto cuándo te presentarás oficialmente como omega, quiero saber a qué hueles Taetae, de seguro hueles a los pasteles más dulces y sabrosos de la tienda de la señora Lee – yo no respondía nada, no sabía tampoco qué decirle al respecto.

Hace un par de años mi madre me llevó a ver a algunos doctores, estaba preocupada por mi tardía presentación, además de mi nulo aroma, nunca lo había tenido y si bien todos pensaron que se apreciaría con el tiempo, esto nunca pasó; mamá decía que incluso los bebes beta tienen aroma, tenue pero allí estaba, entonces no era posible que yo no tuviese uno.

Luego de muchas pruebas los doctores dijeron que simplemente mis genes no se habían desarrollado de buena manera, que los órganos que producían dichas hormonas estaban atrofiados. Intentaron darme hormonas y otros medicamentos, pero eran demasiado fuertes para un niño de 12 años, por lo que cuando tuve que ser llevado al hospital de urgencia por un fuerte sangrado de nariz y algunos desmayos, los médicos decidieron cancelar todo tratamiento y optar por terapias naturales, que vale mencionar, nunca funcionaron.

¿Cómo podía decirle esto a mi alfa? De seguro Jungkook se sentiría triste, el siempre soñó con estar juntos una eternidad, pero mucho de eso era básicamente porque nos criamos juntos, y por lo mismo, en mi corazón estaba el constante temor de ver como él se iba con otra persona y me abandonaba.


Cuando Jungkook cumplió los 17 años todo cambió, el niño tierno y cuidadoso que alguna ves fue había desaparecido, ahora se había convertido en una fuerza de la naturaleza imparable, era un perfecto alfa, sin importar de qué clase fueran todos estaban embelesados con él. Los alfas lo miraban como un referente, los betas buscaban ser sus amigos y quizás uno que otro ser su pareja, y los omegas... Los omegas desprendían un aroma insoportable solo al sentir su presencia. Para todos yo era la sombra de Jeon Jungkook, y no su pareja.

Él siempre se mostró tranquilo al respecto, me decía que no le importaba que yo no tuviese aroma, su amor por mí superaba cualquier carencia que tuviese, él me amaba, y yo lo amaba a él, para mí, él era mi futuro.

Pero todo terminó rotundamente; cuando el primer celo de Jungkook llegó, él decidió que quería pasarlo conmigo, siempre fue su idea que a penas llegara el momento, debíamos sellar nuestro lazo, y para ser sincero, yo estaba completamente fascinado con la idea, quería que todo el mundo viera que éramos el uno para el otro, que fuera público, que todos lo sintieran, que pese a no tener una fragancia propia, la esencia de mi alfa estuviera en cada poro de mi cuerpo.

Y así llegó aquella tarde, todo fue tan rápido que no logro recordarlo con claridad, entre besos y caricias lo único que podíamos escuchar eran nuestros corazones agitados y los gemidos que escapaban de nuestros labios.

Yo estaba extasiado, intentaba con todas mis fuerzas obviar los dolores producto de mi primera vez, todo aparentaba estar bien, hasta que sentí que repentinamente todos los vaivenes se detenían y abrí mis ojos; Jungkook me miraba con desagrado, con disgusto e incluso podía decir que sentía asco.

- A-amor, ¿pasó algo? – pregunté confundido y con el corazón acelerado.

- No puedo hacer esto Taehyung, esto no es como pensé que sería – respondió saliendo completamente de mí.

- ¿A qué te refieres?

- No siento nada, hyung... E-esto está mal, se siente extraño – diciendo esto se sentó al costado de la cama dándome la espalda ­– será mejor que te vayas a casa, hyung.

Mi corazón al escuchar esto se rompió. Me había echado de su casa.

Con mis manos temblorosas intenté tocar su hombro.

- No me toques... No lo hagas...

- ¿H-hice algo mal, Kookie? Lo siento... Y-yo... Es mi primera vez, no sé muy bien cómo hacer esto... Puedo esforzarme más... Podemos intentar... - me acerqué a él despacio, pero mi lenguaje corporal dejaba ver que estaba asustado y suplicaba por una reivindicación.

- Hyung, no siento nada, absolutamente nada, estaba dentro de tí pero todo estaba mal... No tienes aroma hyung, es como estar teniendo sexo con un ser inerte... Y-yo lo siento hyung, pero necesito que te vayas... No quiero hacerte más daño y mis palabras solo salen, te amo hyung... Te prometo que lo hago, pero... - sus manos sostenían su cabeza inclinada, como si buscara respuestas en algún lugar lejano.

Yo solo me puse de pie aguantando todos los dolores físicos que sentía, mi espalda baja dolía muchísimo y ni hablar de mis piernas y caderas, pero debía irme de allí, no tenía opción, debía salir lo más rápido posible de esa habitación.

Sin saber como me vestí en un minuto, tomé mi bolso y sin mirarlo nuevamente salí de su habitación con el corazón acelerado, me dolía el pecho, sentía que algo se iba a salir de allí y me mataría instantáneamente.

Caminé las diez calles que separaban nuestras casas, lo hice rápido para evitar las miradas curiosas, de seguro estaba llorando desconsolado, pero no me importaba, nada importaba en ese momento.

Cuando llegué finalmente a casa, entré a la ducha y me bañé, restregué fuertemente cada centímetro de mi cuerpo, esperando que todas las memorias y sensaciones se fueran con el agua, estaba llorando desconsolado y sintiendo como Jungkook me dejaba.


No fui al colegio durante el resto de la semana, me sentía tan física y emocionalmente. Jungkook no había llamado ni respondido mis mensajes, no había rastros de él. Cuando el lunes finalmente fui a clases, me encontré con una imagen que jamás olvidaré; Jungkook estaba abrazando de la cintura a Jennie, una linda omega de su clase.

Me acerqué a ellos, y ella me vio de reojo y sonrió amablemente.

­- Kim Taehyung, al fin aparece el chico que tanto quería conocer, Jungkook oppa, me dijo que tenía que conocer a su mejor amigo, pero no has venido los últimos días.

- Disculpa – Le respondía no entendiendo absolutamente nada.

- Vamos Kim, ¿a qué no estás contento? Jungkook aceptó la propuesta de Jennie al fin, ahora son pareja – dijo Jackson abrazándome por los hombros.

- ¿Qué? – respondía casi como un susurro.

- Tae hyung... Sí, Jennie me preguntó si nosotros teníamos algo... Y... Buenos sabes que lo nuestros es algo de mejores amigos, ya sabes, todo eso de que somos novios y eso... Pero no podemos jugar más hyung, Jennie me propuso que fuéramos novios, y ya ves no pude negarme ¿Estás contento por nosotros, cierto? – dijo tomando mi mano.

Yo no podía creer lo que escuchaba, ni siquiera creía que había entendido sus palabras... Estaba en shock y solo pude asentir con mi cabeza mientras mirada como él soltaba mi mano para tomar la de ella... Y allí estaba el dulce aroma a lavanda y miel de ella, era tan dulce y empalagoso que revolvía mi estómago... Me despedí de ellos y me alejé rápidamente de la escena... Jungkook me había traicionado, me había dejado sin darme explicaciones... Pero ¿realmente tenía razón para cuestionar algo? De seguro Jennie era mucho mejor omega que yo.

Fragancia [Taegi/Yoontae] Historia CompletaWhere stories live. Discover now