Noventa y siete

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No recibió un llamado esa noche, claro que no lo recibió, no existía ninguna razón para que alguien le comunicara lo sucedido. ¿Por qué le preguntarían a él? Se enteró al día siguiente, mientras bajaba su maleta por las escaleras escuchó la susurrante voz de su madre que hablaba por teléfono, solo escuchó algunas palabras "... Desapareció... Se lo llevó un hombre... Yoongi está vuelto loco..." Solo eso. ¿Yoongi está vuelto loco? ¿Por qué estaría vuelto loco? Min Yoongi era un hombre inquietantemente tranquilo, casi como un ser sin alma, bueno, lo era hasta que apareció ese omega... Si está vuelto loco, es por ese omega. Jimin estaba completamente seguro de eso.

Su madre colgó la llamada y lo miró con una extraña sonrisa.

- ¿Puedes creer lo que les ha pasado a los Min? Supongo que es el karma, no pueden vivir por sobre los demás toda la vida, desde hace unos meses que les llueve sobre mojado. – Soltó una risita.

- ¿A qué te refieres?

- Yoora me ha llamado, me comentó que el omega de Yoongi ha desaparecido, según me dijo un hombre llegó a su departamento, lo golpeó a él y a la asistente de Yoongi, y luego se lo llevó. Su hijo está vuelto loco, me dijo que la asistente la llamó aterrorizada, no por el desaparecido, si no porque Yoongi estaba destruyendo todo a su paso, gritando y llorando desesperado, tuvieron que llamar a una ambulancia y tras luchar un poco, lo sedaron. Y comenzaron la búsqueda según la información que la asistente les dio... Está esperando que su hijo despierte para ver qué hacen, es una situación extraña, Yoora cree que el omega ese tenía a otro alfa y simplemente vino a reclamar lo que era suyo. – Soltó otra risita mientras bebía un poco de té.

Jimin sintió como su estómago se revolvía. Hace unos meses él hubiese compartido la alegría de su madre, se hubiesen sentado juntos a burlarse del sufrimiento de Yoongi, porque era lo que se merecía por haberlo abandonado. Pero ahora veía todo con otros ojos, parecía que esa neblina que cubrió por tantos años sus ojos al fin se había disipado. Ahora veía y sentía con más claridad, y comprendía el daño que había hecho. Su corazón dolía por Yoongi y por ese omega.

Parte de él quería correr a la casa de los Min y saber qué estaba pasando, pero esta vez era algo genuino, era una real preocupación. Pero sabía perfectamente que no sería bien recibido, no después de todo lo que había pasado entre ellos, decidió hacer vista ciega y caminar hacia la puerta, dejó en el aire un simple "hasta luego" y salió cabizbajo. El trayecto a Seoul fue largo y angustiante, en su corazón añoraba ver a Jungkook y dejarse arropar por él, quería un poco de contención ante todos los pensamientos negativos que estaban rondando su cabeza.

Al llegar al departamento se dio cuenta que el aroma del alfa estaba presente, Jungkook había ido a su piso, había pasado la noche allí en su ausencia; sería mentirse a si mismo si negaba que aquello lo emocionaba demasiado. Las mariposas se apoderaron de su cuerpo, quería verlo y esconderse entre sus fuertes brazos, y olerlo, aspirar hasta la última esencia que se arrancara de aquel fornido cuerpo.

Jeon Jungkook estaba acostado sobre las sábanas blancas, su cuerpo solo lo cubría un pantalón de deporte y una sábana que no llegaba a cubrir sus piernas completamente. Lo veía respirar tranquilamente, completamente ignorante de lo que estaba sucediendo en el universo, allí estaba su alfa, durmiendo en completa paz.

Jimin dejó sus cosas en un costado y se acostó en la cama, teniendo cuidado de no despertar al menor, lo miró fijamente mientras compartían almohada, lo olió sutilmente y se sintió más tranquilo. Allí se sentía en paz, o eso quería creer.

- ¿Jimin? – Soltó el menor entre quejidos llenos de cansancio.

- Ya regresé. ¿Me extrañaste?

Fragancia [Taegi/Yoontae] Historia CompletaWhere stories live. Discover now