Diecinueve

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Era cierto entonces, hyung tenía un omega, o lo tuvo en algún momento, me siento extraño al escuchar su historia, yo en mi delirante estado, siempre soñé con la idea de la pareja predestinada, me parecía del máximo romanticismo, conocer a quien será tu pareja en cada una de tus vidas, el amor perfecto...

No existía.

Sin darme cuenta acerqué mi mano a la suya y entrelacé nuestros dedos, sus manos estaban frías, la temperatura había bajado considerablemente y el vaho comenzaba a salir de nuestras bocas.

- Jimin se volvió loco cuando le dije eso, se puso de pie rápidamente y comenzó a gritar cosas que nunca logré entender, yo me senté en la cama y mantuve la mirada baja, no podía creer que esa haya sido la salida que encontré, terminar con él, con mi Jimin, terminar nuestra relación para siempre – apretó un poco mi mano – él lloró demasiado y recuerdo que me suplicó que lo pensara mejor, que podíamos darnos un tiempo, e incluso estaba dispuesto a permitir que yo saliera con otros si eso era lo que necesitaba, él esperaría por mí, porque es mi omega. Yo simplemente sequé sus lágrimas, y repetí que me perdonara, pero ya lo había decidido, necesitaba liberarme de todo esto... Y pensé que así había sido...

Dejó de hablar repentinamente y bajó su mirada, mi corazón automáticamente se aceleró pensando que quizás lloraría, yo no sabía que hacer en esas situaciones.

- Al día siguiente todo nuestro círculo cercano estaba enterado, absolutamente todos; recibí cientos de mensajes insultantes, muchos me decían que era una mierda de ser humano, que Jimin era el mejor omega que conocían, y jamás encontraría a alguien así de nuevo, otros me decían que lo reconsiderara porque existe el mito que si un alfa rechaza a su omega, este puede llegar a morir, y muchas cosas por el estilo. La madre de Jimin se reunió con los míos exigiendo respuestas, pidiendo cumplir con los compromisos hechos cuando éramos pequeños; mi padre no se mantuvo al margen y viajó ese mismo día a Seoul, me golpeó e insultó con tal brutalidad que fui llevado de emergencia al hospital con un par de costillas rotas, yo no me defendí, en ese entonces lo único que deseaba era morir.

No odiaba a Jimin, él fue criado de esa forma, desde pequeños pensó nuestro futuro juntos, todos decían que así debía ser, no había otra forma distinta, no teníamos otra opción, y definitivamente terminar con él lo afectó demasiado.

Mi padre me quitó el financiamiento, prácticamente me desheredó, sentía tanta vergüenza de mí que hizo desaparecer todo rastro de mi existencia en su casa, desde entonces los Min solo tenían un hijo, yo estaba muerto.

Tuve que congelar otro semestre en la universidad, buscar un empleo, una habitación, pensar mi vida de nuevo, y por mucho tiempo creí que no tenía salvación, que había cometido un pecado tan grabe que merecía permanecer con vida y mantenerme en la constante angustia de vivir con mis errores.

Namjoon me encontró varias veces desmayado en el apartamento que compartíamos, mi cuerpo no aceptaba la comida y prácticamente me alimentaba de distintos tipos de pastillas, estaba en lo profundo de una cloaca, y no tenía ninguna intención de salir de allí – Yoongi hyung hizo contacto con mis ojos repentinamente.

- ¿No andas con algún cigarrillo hoy? – preguntó, yo asentí y le acerqué la cajetilla junto al encendedor, mis ojos estaban llorosos, me sentía tan triste por él.

- No llores Tae – dijo dejando la cajetilla en la banca y acercando su mano a mi mejilla – ya estoy muchísimo mejor, es solo una historia y tú pediste escucharla.

- Lo sé hyung, es solo que me da muchísima pena que haya pasado por todo eso... S-sé lo que se siente sentirse un error y que todos te den la espalda, escuchar que vio algo así me hace recordar momentos tristes que quiero olvidar, y espero que usted también los olvide – sollocé.

- No digas eso niño bonito, hay cosas que no debemos olvidar, no importa si son tristes o no, cada momento que vivimos nos hace quienes somos; vivimos momentos tan tristes y complejos en nuestras vidas y aún estamos aquí para tomarnos las manos y comer ramen en medio de la noche, es porque quizás eso que vivimos era necesario para que nosotros pudiésemos conocernos aquel día en la cafetería, así que no llores que te ves feo – dijo apretando suavemente mi nariz.

Yo lloré más fuerte, me dolía el pecho demasiado y sentía que todo lo que había estado guardando desde hace semanas salía en grandes explosiones de mi pecho: los problemas con mi madre, los tratamientos médicos, la envidia que me producía la nueva relación de mi amiga Chungha, y por supuesto, lo mal que me sentí cuando vi a Jimin, el omega de hyung, sentado junto a él en la cafetería.

- Eres un bebé, ven acá – dijo finalmente y me abrazó fuertemente, yo le respondí el abrazo y dejé que mis lágrimas empaparan su chaqueta, él acariciaba lentamente mi espalda en un patrón circular, provocando que algunos minutos después mi llanto cesara y fuera capaz de alejarme un poco para mirarlo a los ojos.

- No llores bebé, no lo hagas más – dijo manteniendo una pequeñísima distancia entre ambos, podía sentir su cálida respiración rozar mis labios, estaba allí tan cerca, tan dolorosamente cerca.

- Lloro por usted y por mí hyung, lloro porque en el fondo estoy tan feliz de haberlo conocido – dije entre pequeños sollozos mientras mis ojos no se separaban de sus pupilas negras y brillantes.

- Entonces debo llorar yo también Kim Taehyung, debo llorar porque al igual que tú, estoy feliz de haberte encontrado, de estar esta noche contigo, de verte llorar y poner caritas feas – dijo en un susurro cálido.

Mis pupilas temblaron un poco entre mis lágrimas cuando sentí como su mano se colocaba detrás de mi cuello y su aliento estaba mucho más cerca y cálido, estaba allí, amenazando con eliminar completamente nuestra distancia; una de mis manos se aferró con fuerza a su chaqueta mientras la otra se posicionó en su muslo derecho apretándolo delicadamente.

En un suspiro lleno de necesidad nuestros labios terminaron de juntarse, se unieron de una forma tan cómoda y delicada, mi poca experiencia cedió ante los movimientos traviesos de sus labios, de su lengua y sus manos, era una sensación que jamás había sentido, mi corazón latía tan fuerte que sentía que en cualquier momento se detendría.

Un gemido abandonó mis labios cuando luego de segundos infinitos nuestros cuerpos se separaron, temía abrir mis ojos y ver el arrepentimiento en su mirada, no sería capaz de soportarlo.

- Eres hermoso, Taehyung – al escucharlo abrí mis ojos y me encandilé con su mirada, sus pupilas completamente dilatadas dejaban ver un brillo similar a las estrellas en las zonas campestres, tan luminosas y bellas; sonreí, sonreí como hace mucho no lo hacía, Min Yoongi había calado en el fondo de mi corazón.

Fragancia [Taegi/Yoontae] Historia CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora