Setenta y ocho

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El tibio viendo entraba velozmente por la ventana abierta del auto, por el rabillo de mi ojo lograba ver como mi novio sacaba una de sus manos hacia el exterior para juguetear con el viento mientras mantenía su cuerpo en forma de ovillo acurrucado en el asiento, lo miraba de vez en cuando sin comprender cómo podía mantenerse tantos minutos en esa posición sin que el cinturón de seguridad le molestase o se le acalambraran sus largas piernas, pero allí estaba él, acurrucado mientras jugaba y entonaba hermosas canciones que de seguro eran del gusto de mis abuelos.

Habíamos salido hace unas horas, la carretera estaba un poco congestionada, pero se mantenía una velocidad constante agradable, eran cerca de las 11 de la mañana y me estaba dando un poco de hambre, supongo que era la ansiedad expresándose. Taehyung había insistido en que solo paráramos una vez en todo el camino, justo a mitad de viaje, según él, habían en ese lugar unas cafeterías muy buenas y sería una buena oportunidad para visitarlas sin desviarnos mucho del camino.

Cuando finalmente apareció la pequeña ciudad, nos bajamos a estirar las piernas; era un lugar agradable, con una decoración algo extraña pero acogedora, nos ubicamos en una de las mesitas de la terraza, aprovechando que hacía buen clima, Tae me comentaba lo mucho que había querido venir a este lugar, pero nunca había podido ya que no solía viajar demasiado. Yo lo miraba embobado, cada movimiento de su cuerpo me parecía hermoso, como sus ojos se achicaban cada vez que sonreía y las palabras que a veces salían a tropezones de sus labios.

Sabía que ambos estábamos nervioso, se acercaban grandes cambios, y yo deseaba hacer todo lo más llevadero para él, estaba consciente de que mi familia era complicada, y definitivamente mi madre no sería fácil de tratar, ella había prometido mantenerse al margen, pero sabía perfectamente que intentaría inmiscuirse en nuestras vidas, y temía un poco cómo iba a recibir eso mi omega. Estaba preocupado.

Sin darnos cuenta a lo lejos se comenzó a ver la ciudad de concreto, los antiguos locales de la calle principal y algunos nuevos edificios con tiendas de moda, me sentía un poco nostálgico y al parecer Taehyung también.

- Siento mi estómago apretado, y eso que yo nunca viví en plena ciudad, solía venir muy poco para acá, solo cuando queríamos comprar algún videojuego con Jungkook, o alguien organizaba alguna salida con el resto de nuestros amigos... Realmente no me gustaba mucho esta ciudad, pero creo que después de haber vivido en Seoul, todas las grandes ciudades parecen un poco iguales... No hay como la vida en el campo. – Dijo frunciendo el ceño.

- Yo tampoco vivía en el centro, y venía hacia acá solo por cosas específicas, verás los lugares que frecuentaba mientras avanzamos a la casa de mis padres.


Mientras avanzábamos el paisaje cambiaba rápidamente, dejamos atrás los oscuros edificios residenciales con prácticamente nulo espacio en sus balcones, para adentrarnos a un espacio mucho más amplio y verdoso, cada calle tenía una hilera paralela de pasto muy verde, incluso parecía artificial, pero era evidente que de plástico tenía nada. Ya no habían tantos negocios, solo pequeños Street centers con un número limitado de tiendas, algunos pequeños supermercados, pastelerías, y florerías, entre otras cosas que no pude identificar.

Llegamos a la entrada de un condominio que era protegido por unas puertas eléctricas de color negro mate, y a un costado había una caseta de seguridad de donde salió un hombre de mediana edad vestido completamente de negro, siendo todo bastante formal.

- Señor Min, buenos días, ha pasado bastante tiempo desde que viene por aquí. – Dijo el hombre con tono agradable.

- Buenos días, señor Lee, si, han sido algunos años. – Dijo mostrando una pequeña sonrisa.

Fragancia [Taegi/Yoontae] Historia CompletaOnde histórias criam vida. Descubra agora