Setenta y nueve

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No alcanzó a pasar una hora desde nuestra llegada y yo ya estaba solo en la habitación; Yoongi había tenido que salir a atender una llamada urgente, y de eso ya iban unos 15 minutos. Yo decidí tomar un baño, necesitaba quitarme esta sensación de incomodidad que recorría mi cuerpo desde que entramos en la casa.

Un baño de burbujas, agradables y aromáticas, que quizás en otro momento hubiesen sido excelentes para relajarme, ahora no hicieron más que apretar mi estómago y aumentar mi incomodidad. Al salir del baño me di cuenta que nuestras maletas estaban vacías y la ropa estaba acomodada perfectamente en el armario que estaba al salir del cuarto de baño; realmente no había mucho respeto por la intimidad. ¿Qué hubiese pasado si en esas maletas hubiesen cosas poco decorosas? Incluso agradecí haber cambiado mi ropa interior en su totalidad hace unas semanas, no había nada de qué avergonzarme allí.

Tomé el único pantalón ceñido que tenía y una polera negra, me parecía todo muy apagado y monótono, todo era negro, incluso mi ropa interior era negra, no debía haber ningún motivo para dar una mala impresión. Ajusté mis pantalones con un cinturón y miré al espejo que tenía frente a mí, mi cabello estaba largo y desordenado, incluso podía ver cómo se hacían algunas ondas entre medio, y no había nada más que hacer, eso era lo mejor que tenía para mostrar sin verme extravagante y fuera de lugar.

Al darme la vuelta pude ver como Yoongi me observada desde la puerta y soltó una sonrisa pícara que me dio bastante risa.

- Creo que entiendo por qué no ocupas ropa ajustada.

- ¿Tan mal me queda? – Dije algo inseguro ante su comentario.

- ¿Mal? ¿Te has mirado bien al espejo? Ven aquí – dijo haciendo un gesto con su mano. Al acercarme lo abracé y él puso sus manos en mi trasero y lo apretó fuertemente. – Te vez jodidamente caliente.

- ¿Pero qué dices? – Solté una risa, y acto seguido él besó mi cuello con necesidad. – Yoonie... - Dije sin pensarlo.

- Te amo bonito.

Yo te amo más, Yoonie...

Sentimos un golpeteo en la puerta, y tras mirar su reloj, mi alfa indicó que debíamos bajar a almorzar. Bajamos las opulentas escaleras tomados de la mano, era evidente que mi alfa sentía lo nervioso que estaba, no tenía cómo disimularlo, e incluso sentía que mis manos sudaban demasiado.

- Hijo – escuché a lo lejos una voz masculina. Estaba sentado en la sala de estar, en el lugar que antes habíamos ocupado nosotros; tenía su cabellera levemente grisácea, y de estatura era casi de mi porte. Se veía imponente, me preguntaba dónde estaban todas las dolencias que había descrito la señora Choi, porque aquel hombre que saludaba fuertemente a mi novio, no era en absoluto lo que tenía pensado.

- Papá, él es mi novio, Kim Taehyung – me presentó Yoongi, a lo que respondí con una pronunciada reverencia.

- Es un gusto conocerlo señor Min. – Dije intentando no tartamudear.

- Hmm... Un gusto. – Eso fue todo, no dijo absolutamente nada más.

En eso llegó la señora Choi, ahora vestida con un ceñido vestido negro y nuevamente me observó escaneando cada centímetro de mi ser, pude ver el desdén en su actitud, no había sido aprobado nuevamente.

Quizás había sido demasiado informal, es decir, estaba usando una polera negra sin ninguna pisca de elegancia, pero tampoco tenía mucho más, mi ropa era en su mayoría de tiendas de segunda mano o vintage, no me gustaba invertir en ropa de temporada que solo durase unos meses, prefería comprar algo que me durara años, algo que tuviese valor para mí. Ahora me lamentaba un poco nunca haber invertido en un buen traje y camisa.

Fragancia [Taegi/Yoontae] Historia CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora