Ochenta y tres

266 68 4
                                    

Dormir, comer algo, ver televisión, comer y dormir; en eso se había convertido su vida las últimas semanas, ni siquiera había asomado su cabeza fuera del departamento que arrendaba su madre por él. Todo se había vuelto nada. De Jeon Jungkook no sabía nada, tras ese extraño e incómodo último encuentro, no habían vuelto a tener contacto, él suponía que se debía a que el menor había comprendido lo inapropiado de su actuar, o incluso quizás estaba deprimido porque su maravilloso "omega destinado" se había ido de la ciudad a vivir una mejor vida.

Extrañaba muchísimo a sus amigos de Daegu, pero tras el incidente con su ahora ex mejor amiga, repentinamente había dejado de recibir respuesta a los mensajes que enviaba; suponía que la alfa había contado todo lo que había pasado, y pese a la paupérrima carta que le envío pidiendo unas disculpas y un tiempo para pensar, ella decidió cortar por lo sano y expulsarlo de su vida. No podía quejarse ni sentirse ofendido, él la había tratado muy mal, había herido sus sentimientos pese a que ella quería ayudarlo, siempre estuvo allí para él, pero Jimin era un mal amigo, lo sabía, era una persona arrogante y egocéntrica; tarde se había dado cuenta de lo mucho que necesitaba de otras personas en su vida.

Su estómago rugía con fuerza. ¿Qué hora era? No tenía idea, tampoco le importaba demasiado, pero sentía que necesitaba dar un paseo, tantas horas acostado en su cama le estaban pasando la cuenta, y sentía sus músculos doler.

No se arregló demasiado, solo se puso una chaqueta y un gorro y salió sin más, caminó tranquilo por las calles llenas de gente, suponía que debías ser un fin de semana por la cantidad de personas. Estaba tranquilamente esperando que cambiara de luz el semáforo cuando sintió una mano posarse sobre su hombro.

- ¿Jimin? – Una voz sorprendida se escuchó tras de él.

Al darse vuelta pudo ver el ceño fruncido de Kim Namjoon, quien vestía su típica ropa de "día libre", todo muy cómodo y en tonos sepias.

- Hola – dijo Jimin con sorpresa. – Tiempo sin vernos.

- Si, bastante. ¿Cómo has estado? – Se notaba un poco incómodo, de seguro hubiese preferido no encontrarse con él.

- Bien, ¿y tú? – preguntó mirándolo intensamente.

- Uff, muy bien, todo está muy bien. ¿Pero qué haces acá? Yo te hacía en Daegu.

- ¿Tan predecible soy? – Jimin se acomodó su cabello con cuidado. – No he ido a Daegu desde hace tiempo, incluso estoy arrendando un departamento muy bonito por aquí cerca.

- Pensé que regresarías cuando descubrieras que Yoongi se iba... - Cortó lo que estaba diciendo. – Mierda... Tu... Tu no sabías.

- Claro que lo sé, regresó a Daegu para encargarse de la empresa de los Min, obvio que lo sé, mi madre me llamó para contarme los detalles y exigirme volver a casa... Pero no quise, estoy algo aburrido y cansado de perseguir a Min Yoongi, desde que anda con ese chiquillo flacucho y extraño se ha vuelto un hombre bastante simplón y aburrido; acá hay muchas cosas entretenidas con las que me puedo divertir – estas palabras salieron de su boca con seguridad, pero por dentro sabía que en realidad era la primera vez que hacía algo desde hace ya algunos días.

- Me alegro entonces Jimin. Me alegro que al fin estés haciendo cosas por ti... Nunca es tarde para encontrar algo que te guste, o un trabajo o qué se yo...

- Claro, he estado pensando en eso – mentira – debería buscar algún trabajo emocionante... De seguro hay muchas cosas que puedo hacer – mentira, sabía que no tenía estudios, solo había terminado la educación secundaria y nunca se había interesado por estudiar algo más, no tenía experiencia en algún oficio, y eso de seguro significaría que le sería imposible encontrar algo de su agrado.

Fragancia [Taegi/Yoontae] Historia CompletaUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum