Ohana - (1001 Cuentos de Albalia)

55. Felicidades, bichito

Un día como hoy hace 6 años, nos cambió la vida para siempre.

Un día como hoy hace 6 años, nació nuestra primera hija. Nuestra Elena.

Por eso me despierto sonriendo, porque hoy es uno de los días más bonitos del año.

Hoy mi pequeña sopla las velas. Hoy celebramos su vida, que también es la nuestra.

Me giro hacia el otro lado de la cama y encuentro dormida a mi cómplice culpable de que hoy estemos de cumpleaños.

La mujer que hace 6 años le dio la vida a mi hija. La mujer que hizo realidad uno de nuestros grandes sueños.

Natalia, la madre que me hizo madre.

Dejo un sigiloso beso en su mejilla, pero una perezosa sonrisa me pide que no tenga cuidado. Que ella también se ha despertado. Así que hundo mis labios en su piel mientras ella va abriendo los ojos, y luego me dejo caer en la almohada para disfrutar del espectáculo de verla amanecer.

—¿En qué momento han pasado 6 años? —suspira con la voz de recién levantada, acariciándome la cara con suavidad. Yo atrapo su mano sobre mi boca para besar sus dedos, largos y finos.

—No lo sé... 6 añazos, amor. Si hace nada era un bebé—susurro.

—Ay, dios mío, ya solo nos quedan otros 6 para que vaya al instituto y empiece con las drogas, el alcohol y el rock and roll. No estoy preparada—entra en pánico, haciéndome reír a primera hora de la mañana. Me encanta que su humor no entienda de horarios.

—Deja de decir tonterías y dame mi beso de buenos días.

—Po' toma rima mañanera. Buenos días, mi amorrr—me desea en un tono intenso y vacilón, subiéndose sobre mí. Su boca cae sobre la mía en un largo pero superficial beso, un beso que rebota dos veces más. Porque siempre nos damos tres para empezar el día—. Felicidades por tu sexto año como mejor mami del mundo, Alba Reche.

—¿Vas a decírmelo todos los años? —se me escapa una risa tierna.

Nat defiende que el cumple de nuestra hija es también el nuestro. Sí, lo sé, entre lo extra que es y lo que le gusta una celebración... ¿Cómo no iba a aprovecharse de algo así? El caso es que su particular teoría tiene algo de sentido: el cumpleaños de Elena es nuestro aniversario como madres.

Hoy hace seis años que nos convertimos en mami y en mamá.

—Te felicitaré todos los años si sigues conservando tu título. Ahora... Si te conviertes en una cacota de mami, pues no, no te felicitaré—bromea, haciéndome una pedorreta en mi cuello que me hace encogerme entera.

—Felicidades a ti también por ser otro año más la mamá más buena, cariñosa, chula y divertida que puede tener Elena.

—Ay, Albi... Que me pones blandita—se derrite en mi pecho—. Por cierto.

—Dime.

—Te ha faltado sexy. También soy la mamá más sexy.

—Ay, perdón, y sexy—suspiro entre risas.

—Ahora sí.

—Y muchas más cosas—le aseguro, peinándole las greñitas que ahora bañan su nuca. Qué rápido le ha crecido el pelo. Me pregunto si volverá a cortárselo o lo dejará crecer.

—¿Muchas muchas?

—Muchísimas. Eres la mejor mamá que podría pedir para mi hija—le confieso, y ella se queda mirándome con ojos de cristal durante cinco eternos segundos.