Erbio

1.8K 177 99
                                    

Luego de horas y horas de trabajo, Senku y su equipo científico finalmente lograron terminar la segunda parte del segundo gran proyecto de una máquina capaz de teleportar materia.

Mientras brindaban con champán, uno de sus compañeros le señaló a Senku su celular abandonado en su escritorio personal y él lo tomó con curiosidad, viendo que hace tan solo unos segundos perdió una llamada de su esposa y esa fue solo la última de veinte llamadas.

Kohaku nunca lo molestaba cuando estaba trabajando, a menos que se pasara demasiado tiempo en eso o bien que tuviera un motivo importante.

Decidió hacer una video-llamada.

—¡Senku! —Su voz furiosa atrajo la atención de todo su equipo científico—. ¡¿Tienes idea de qué día es?!

Él se frotó el oído con desinterés.

—¿Nuestro aniversario o algo así?

—¡No! O al menos no que yo recuerde… —Apartó la mirada por un segundo, antes de sacudir la cabeza y volver a mirarlo furiosamente—. ¡Es Navidad, Senku! O bueno, lo será en un par de horas. ¡Y tú dijiste que ibas a estar aquí! ¡Pero sigues en tu laboratorio en Estados Unidos!

—Agh, mierda… —Su desinterés murió—. El proyecto se retrasó y ni siquiera me di cuenta de la fecha o de la hora… ¿Ella me odia, verdad? —preguntó resignado.

—¿Tú qué dices, Tsukiku? —Apuntó la cámara del celular a su hija, que estaba sentada en una silla alta con un atuendo navideño, las mejillas infladas, un puchero exagerado, el ceño muy fruncido y rastros de lágrimas en sus mejillas.

—Papá malo. —Fue todo lo que dijo su niña de tres años.

—Princesa, perdón… —Mierda, mierda, quería lanzarse a un pozo de ácido sulfúrico ahora mismo—. I-iré mañana, lo prometo… Técnicamente seguirá siendo navidad…

Ella no pareció complacida.

—Papá malo —repitió—. Promesa rota.

—¡Monstruo! —gritó uno de sus compañeros que entendía japonés mientras la culpa aplastaba a Senku, para después explicar todo al resto.

—¡Tú cállate, Gray! —gruñó silenciando el audio un momento antes de volver a mirar a su hija—. Vamos, princesa, mañana temprano estaré ahí con muchos regalos para ti —prometió volviendo a activar el audio.

—Papá mentiroso. —Sus ojos estaban llenos de lágrimas—. ¡Quiero ahora, quiero ahora! —chilló pataleando.

—No puedo ir ahora. —Suspiró, sintiéndose una escoria como su esposa debía estar pensándolo ahora—. El vuelo tarda horas… Llegaré mañana temprano, princesa.

—No habla de ti, estamos enojadas contigo —dijo Kohaku poniéndose en el rango de visión de la cámara.

—¡Enojadas! —repitió su hija.

—Habla de los regalos. Quiere los regalos ahora. —Negó con la cabeza—. Ha estado llorando por eso toda la tarde. Sabes que ella no habla mucho, pero todo el día ha estado hablando de los regalos que le prometiste. Y le dijiste que le darías regalos antes que Santa Claus.

Tabla Periódica SenHakuWhere stories live. Discover now