Hasio

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Hace ya muchos años que habían derrotado al hombre del Why y estaban en proceso de despetrificar a toda la humanidad.

Aunque ya no eran solo unas pocas decenas de personas, sino que ya casi la inmensa mayoría de Japón había sido restaurada y habían muchas más personas encargándose de la meta de recuperar la civilización y salvar vidas. Por lo tanto, los primeros humanos en ser despetrificados ya podían descansar mucho más, vivir no tan a las apuradas y asentarse, formando familias y viviendo tranquilamente.

Incluso Senku se había asentado, se casó con Kohaku, para sorpresa de muchos ya que habían varios que la veían solo como una salvaje sin educación. Hasta estaban esperando un bebé y todo.

Pero incluso casados y con un hijo en camino, esos dos no podían dejar de trabajar por el bien de la humanidad.

Senku, que era consciente de que muchos niños podían haber perdido a sus padres por culpa de la petrificación, creó el primer orfanato del mundo de piedra. Y Kohaku, que amaba a los niños, constantemente lo ayudaba a asegurarse de que los pequeños estuvieran en las mejores condiciones posible.

Ahora que no tenía ningún proyecto científico demasiado grande, Senku le estaba dando más tiempo al orfanato. Ya que sería padre dentro de unos meses, interactuar más con mocosos seguro le serviría.

Kohaku amaba ir allí, así que iban juntos varias veces a la semana. Y un día se encontraron con un caso muy particular.

Un niño recién despetrificado que tenía unas marcas de petrificación muy parecidas a las que Senku tuvo una vez llegó al orfanato.

Y resulta que este pequeño era un huérfano desde siempre, no como la mayoría de los que estaban allí, cuyos padres aún no habían sido encontrados.

El niño los miró con sus ojos marrones muy abiertos cuando su rescatador lo dejó a su cuidado.

-¿Cómo te llamas, pequeño? -Kohaku se inclinó para acariciar su cabello.

Él la miró muy sorprendido.

-¿Eres una princesa? -preguntó inocentemente.

Senku rió entre dientes, mientras que Kohaku pareció confundida.

-Técnicamente sí, lo es. -Era la hija del jefe, aunque fuera desheredada.

-Wow... -Siguió mirándola maravillado.

-¿Por qué no le dices tu nombre a la princesa, eh? -Sonrió suavemente.

-Pero yo... -Sus ojos se aguaron-. Yo no tengo nombre... -Bajó la cabeza, apretando sus pequeños puños.

-¿No tienes? -Kohaku lo miró sorprendida-. ¿Cómo puedes no tenerlo? ¿Nadie te ha puesto uno?

-En el orfanato me llamaban "pirata"...

-Ese es un apodo genial -opinó Senku.

-Pero me decían así porque un accidente me dejó ciego de un ojo. -Llevó su mano a su ojo derecho-. Nunca me gustó que me llamen así. Ahora que me desperté otra vez mi ojo estaba sano, así que ya no podrán burlarse de mí, así que no tengo nombre. -Pisoteó, aún aguantando las lágrimas.

-¡Ja, esa es la actitud! -Kohaku volvió a revolver su cabello-. No dejes que nadie se burle de ti, tú puedes elegir tu propio nombre.

-Princesa, ¿puedes ponerme un nombre? -preguntó emocionado-. ¡Si una princesa me pusiera mi nombre, yo sería como un caballero real!

-¿Eh? -Kohaku aún no entendía referencias modernas.

-Solo elige un nombre para el mocoso. -Senku rió entre dientes, rascando su oído con el meñique.

-Bueno... todos en la Aldea tienen nombres de minerales ¿no? Podemos elegir algo como eso -sugirió con entusiasmo.

-Bien, pero a cambio no lo haremos con nuestro mocoso.

-Mmm. -Apretó la mandíbula, descontenta, pero asintió-. De acuerdo, trato hecho. Entonces, ¿qué se te ocurre?

-Pues... No lo sé. Veamos, niño. -Se volteó hacia el pequeño-. Ayuda a la princesa, cuéntale algo sobre ti. ¿Tienes algún color, cosa, comida o número favorito? ¿Algo?

-¡Oh, mi número favorito es el 108!

-¡Qué específico!

-¡Es porque cumplo años el diez de agosto! ¡Además mi libro de cuentos favorito tenía ciento ocho páginas! ¡Y mi programa favorito ciento ocho capítulos! ¡No puede ser coincidencia! -Asintió solemnemente, con una linda sonrisa orgullosa.

-Que niño tan raro eres, espero que mi mocoso no salga así... -se quejó Senku, ganándose que Kohaku le encaje un codazo en el estómago.

-¡Eso es algo muy bello! ¡Ese número sin duda es especial! -Le sonrió dulcemente al pequeño, antes de mirar mal a Senku que seguía retorciéndose del dolor-. Vamos, ¿alguna idea para su nombre? -susurró.

-Bueno... -Una vez recuperó el aliento, no tuvo que pensar mucho sus siguientes palabras-. Ya que le gusta tanto el 108, no puedo evitar pensar en el "hasio", que es un elemento sintético de la tabla periódica cuyo número atómico es el 108. Pero realmente como nombre suena horrible así que no recomendaría...

-¡Pequeño, tu nombre será Hasio!

-¡¿Qué nunca me escuchas?!

-¡Increíble, ese era el apellido de uno de mis personajes favoritos en uno de los cuentos de mi libro favorito! -El pequeño la miró con ojos brillantes-. ¡Muchas gracias, princesa! ¡Mi nombre es Hasio y es genial! -Se abrazó a sus piernas, derritiendola de ternura.

Senku bufó, llevándose las manos a la cintura.

¿Por qué sentía que todos lo ignoraban?

-Muy bien, muy bien, suficiente. Escucha algo, Hasio. -Al escuchar que era llamado por su nuevo nombre, el niño finalmente le prestó atención-. La princesa en realidad no es una princesa...

-¿No? -Se vio sumamente confundido.

-No, ella es mi esposa, y yo tengo el puesto de su padre, así que ella técnicamente es una reina. -Sonrió ladinamente.

-¡WOW! ¡Eso es aún más genial! -Alzó las manos al cielo-. ¡Mi nombre me lo ha dado una reina! ¡Súper!

Senku rió divertido, mientras que Kohaku solo pudo mirarlo con el rostro enrojecido.

Unos meses más tarde, nació una verdadera princesa, su princesa. Y Hasio, ya adoptado por una buena pareja, prometió ser el caballero que la protegería de todo mal.

Fin.

Holaaaaaaaaaaaaa :D

Tarde pero aquí tienen un nuevo OS para el reto de la tabla periódica uwu

Cada vez que salen elementos demasiado raros o elementos sintéticos (mis peores enemigos ò.ó) siempre me salvan las tradiciones raras de la aldea Ishigami XD

Ojalá que les haya gustado! nwn

Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaa!

Tabla Periódica SenHakuWhere stories live. Discover now