Bario

2.4K 225 44
                                    

Kohaku estaba muy concentrada en su examen.

Era muy cuidadosa en cada pregunta que respondía, ya que esta era una de las materias que peor se le daba.

Afortunadamente su novio Senku, un completo genio, había pasado varios días ayudándola a estudiar.

Respondió a la mayoría de preguntas con bastante seguridad de que se encaminaba a aprobar con una buena nota, recordando todo lo que su novio le había enseñado para este momento.

Pero al llegar a cierta pregunta su seguridad comenzó a desmoronarse.

¿Qué elemento ocupa el decimoctavo lugar en abundancia en la corteza terrestre?

Muy bien, ella sabía que debía investigar los elementos más abundantes en la corteza terrestre, lo sabía, e iba a estudiarlo pero entonces…

-¡Ah, esto es muy emocionante también! Debería ser pan comido para ti después de aprender sobre los metales alcalinotérreos. Los elementos más abundantes…- Senku se interrumpió al verla bostezar.

Al captar su mirada malhumorada, Kohaku sonrió nerviosamente.

-Lo siento, solo que ya hemos estado tres horas estudiando y… ¿tal vez un pequeño descanso sería conveniente ahora mismo?- sugirió rascando su nuca, esperando no ofenderlo ya que al fin y al cabo no tenía la obligación de ayudarla.

-Sí querías un descanso debiste decirlo y ya. Más vale que hayas estado prestando atención porque no pienso repetir nada de lo que dije.- frotó su oreja con sumo fastidio.

-Si preste atención. Yo soy la mayor interesada en que estas clases funcionen.- rodó los ojos. -Solo quiero un pequeño descanso. Sé que eres todo puro trabajo y rara vez te relajas pero tampoco hay que irse a los extremos.- se cruzó de brazos.

-¿Quién dijo que rara vez me relajó?- alzó una ceja. -Sé perfectamente cuando debo descansar.-

-Ja, no se nota.- lo miró ceñuda. -Nunca tuviste problemas en dejarme plantada para seguir con tus proyectos. No pareces muy relajado para mí.-

-Ya me disculpe por eso.- hizo una mueca. -Pero no lo hice por gusto. Debe ser diez billones por ciento obvio a este punto que prefiero pasar mi tiempo libre contigo.- volvió a rascar su oído con una mirada desinteresada.

Pero Kohaku abrió mucho los ojos.

-¿En serio?- no pudo evitar conmoverse.

Eran muy raras y contadas las ocasiones en las que Senku le decía esas cosas bonitas.

-Sí, sí. ¿Quieres tus veinte minutos de descanso o…?...- calló cuando ella se le tiró encima, arrojándolo a la cama con ella sobre él.

-Creo que veinte minutos no van a ser suficientes.- sonrió traviesamente antes de besarlo con todo su entusiasmo, enredando sus manos en su cabello y pegándose completamente a su cuerpo.

Él de inmediato correspondió y sus manos rápidamente se metieron debajo de su vestido, tocándola en lugares que en pocos segundos la tuvieron jadeando contra su boca.

Así que… ahora en vez de recordar los elementos más abundantes en la corteza terrestre, todo lo que Kohaku podía recordar eran las manos de Senku bajo su ropa y su lengua más ocupada en compartir saliva en vez de compartir conocimientos.

Empezó a sudar frío al ver esa pregunta sobre el decimoctavo elemento más abundante, intentando recordar algo más que la apasionada sesión de sexo con su novio cuando debían haber estado estudiando.

Con cascaditas en los ojos, tuvo que dejar sin responder esa pregunta y pasar a la siguiente, porque más que estar recordando la respuesta solo le estaban dando ganas de ir a arrastrar a Senku fuera de su salón de clases y encerrarse en el baño de la escuela por un buen rato a revivir el recuerdo.

Aprobó con una nota bastante alta, aún así.

Cuando le contó a Senku lo que estuvo pensando en clases con la intención de que pudieran volver a tener un buen momento juntos, él le dijo que la respuesta a la pregunta era "bario" y que la próxima vez no podían descuidarse y aspirarían a que sacará la nota máxima, a lo que Kohaku rodó los ojos y simplemente volvió a lanzarse sobre él.

Fin.

Tabla Periódica SenHakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora