Carbono

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Honestamente, Kohaku no tenía ni idea de qué estaba haciendo con su vida.

"Soy patética", se reprendió a sí misma con un aura depresiva rodeándola.

Algunas personas nunca podían superar a sus difuntas parejas, otros no podían superar a sus ex parejas… y luego estaba ella, que no podía superar a su flechazo de la adolescencia.

Gran parte de su adolescencia se la pasó creyendo que el amor era completamente innecesario en su vida, hasta que conoció a Ishigami Senku y, después de un par de años de amistad, se dio cuenta de que estaba completamente enamorada de él.

Cuando se dio cuenta de que Senku, un importante científico de los más brillantes de su generación, nunca iba a corresponderle, intentó alejarse de él y salir con otros hombres, pero ninguno era como Senku, con ninguno podría llevarse tan bien como con él, ninguno le despertaba la misma calidez y cariño que sentía al solo verlo o hablar con él.

Se dio cuenta de que probablemente nunca podría olvidarlo y era más feliz solo siendo amiga de Senku que saliendo con hombres que no amaba. Así que a eso se dedicó los siguientes años.

Volvió a tomar cercanía con Senku y se volvieron mejores amigos casi inseparables. Mientras todos sus amigos conseguían parejas, se casaban y tenían hijos, Senku y Kohaku se divertían jugando videojuegos, asistiendo a convenciones anime, comiendo comida chatarra mientras veían malas películas y siendo los tíos solterones y consentidores.

A sus veintisiete años, teniendo vacaciones en su trabajo, Kohaku siendo una atractiva mujer soltera en vez de ir a playas, bares o discotecas decidió que se iría de viaje a África junto a su mejor amigo para una de sus investigaciones científicas.

Este año Senku se interesó en la paleontología y por supuesto que cuando le dijo que se iría un mes a África ella tuvo que ofrecerse a acompañarlo como el desastre enamorado y patético que era.

Pero bueno… realmente no necesitaba de un gran romance en su vida. Ella era feliz junto a la persona que amaba, no es como que se la pasará lamentándose porque nunca la miraría como a algo más que una amiga. Y si algún día otra persona se apareciera y lograra quitar a Senku de su corazón, entonces lo aceptaría y quizás hasta lo agradecería, pero ella no intentaría forzar este amor a desaparecer. Ya lo había intentado y eso dolió más que el simplemente aceptar ser la eterna mejor amiga de su amado.

Si… no odiaba su situación actual ni se la pasaba llorando por los rincones, pero a veces si que se sentía un poco mal al respecto… sobre todo cuando alguna acción de Senku despertaba en su corazón una mínima esperanza de ser correspondida.

Como ahora, teniéndolo abrazado a su cuerpo otra vez mientras compartían una cama.

No habían hecho nada pervertido, por supuesto. Simplemente que en el pueblo en el que Senku quería hacer su investigación no había edificios ni muchos sitios para turistas, realmente… así que terminaron compartiendo una habitación en una pequeña cabaña rentada. Una habitación era la cocina y comedor, otra el baño y otra el dormitorio en el que apenas había espacio para la cama y todos los materiales científicos de Senku.

No era la primera vez que dormían juntos en la misma cama, o en un sofá, o en medio del bosque compartiendo un saco de dormir, pero por alguna razón ahora era él el que se abrazaba a ella, cuando en las veces anteriores siempre era ella la responsable de acabar enroscados juntos.

Tabla Periódica SenHakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora