Cesio

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Senku estaba teniendo una gran mañana. De hecho, ¡una de las mejores mañanas en mucho tiempo! O al menos sí en el sentido de lo tranquilo y alegre que se sentía.

Aún después de salvar a la humanidad derrotando al hombre del why hace muchos años ya, Senku nunca dejó de tener muchísimo trabajo para devolver la civilización a su antigua gloria y superarla también. Pero aún así con los años se hizo tiempo para casarse y tener una hija.

Mayormente no podía pasar tanto tiempo como quería con su familia, pero luego de un año particularmente duro lidiando con problemáticas de la Aldea Ishigami para adaptarse al nuevo mundo moderno decidió que se tomaría unas vacaciones y este era su segundo día sin tener ninguna obligación real en mucho tiempo.

Había tenido un agradable desayuno con su esposa e hija, y luego pasó un par de horas enseñándole sobre química a su pequeña de cuatro años, así que ahora estaba de un humor excelente y planeaba pasar el resto del día de una forma muy relajada.

O ese era el plan hasta que vio a Kohaku abrir la puerta de su casa para recibir a unos invitados que no habría esperado ni en diez billones de años.

Dos niños de cinco años, los gemelos de una pareja de aldeanos que eran conocidos por ser un par de traviesos incorregibles… ¡y ahora habían invadido sus preciosas vacaciones!

Tragando saliva, se acercó a Kohaku con el ceño fruncido.

El padre de los niños, un aldeano de nombre Titan que en el pasado había sido un pretendiente de Kohaku, estaba sonriendo nerviosamente mientras sus engendros corrían a su alrededor gritando quién sabe qué mierdas incomprensibles para un adulto.

—De verdad estoy muy agradecido, Kohaku-chan, no podía encontrar a nadie que cuide de ellos. Parece que todo el mundo está ocupado… —Eso o bien no querían cuidar a esos diablillos, pensó Senku con una mueca—. Sabes que mi esposa y yo estamos educándonos para conseguir mejores trabajos ahora que la pesca y la costura ya no tienen tanta demanda, y tendremos exámenes en solo unas horas así que queremos repasar en paz antes de asistir. Eh… mis niños son un poco… traviesos… —Tosió incómodamente—. S-sí te dan problemas puedes llamarnos, tampoco queremos exigirte demasiado.

—Vamos, no te preocupes. —Kohaku agitó una mano despreocupadamente, restándole importancia a sus preocupaciones—. Mi niña también es un poco traviesa, estoy segura de que podré manejarlos. Además, tienen casi la misma edad, seguro que se llevan bien.

—Eso esperó… Bueno, mi esposa me espera. ¡Gracias por tu ayuda! Y suerte… —agregó eso último con nerviosismo antes de retirarse.

El niño y la niña hijos de Titan se quedaron en la entrada, mirándolos con ojos muy amplios. Kohaku les sonrió dulcemente y los invitó a pasar, mientras que Senku solo pudo sentir su tranquila tarde de vacaciones desvanecerse en diminutos trocitos.

Kohaku llevó a los dos mocosos con su hija y ellos de inmediato la saludaron efusivamente.

—¡Soy Seshi! —se presentó el niño.

—¡Y yo Umu! —dijo la niña.

—Emm… —Su hija entrecerró los ojos—. Mi nombre es Tsukiku pero… ¿Ustedes son hijos de aldeanos, verdad? ¿No tenían todos nombres de minerales y eso? —Ladeó la cabeza.

Tabla Periódica SenHakuWhere stories live. Discover now