¡Quiero matar a mi jefe!

Epílogo

Izan's POV

Ha pasado un año y medio desde que mi abuelo se apareció vivito y coleando en mi sala después de hacerse pasar por muerto. Ahora continúa con su jubilación y sigue viajando por todo el mundo.

Las empresas están en su mejor momento y las colecciones que Alaska ha creado están revolucionando el mundo de la moda. En especial después de la última que sacó al mercado en colaboración con Jean Luck. A ella y al francés se les ocurrió la brillante idea de hacer desde blusas y camisetas, hasta abrigos y ropa de dormir, con estampados y carteles, con frases que diría ella. Las frases van desde divertidas y sin sentido, hasta pullas sarcásticas. Y si, hay un cartel que dice “Quiero Matar a mi Jefe”. Y para satisfacción personal de Aska es uno de los más vendidos. Mikel lleva semanas riéndose a mi costa por causa del dichoso cartelito.

La relación con mi familia es simplemente cordial. Después que se dieron cuenta, de que lo de los despidos, iban en serio se han mantenido sin dar problemas.

En cuanto a Aska y a mí, después de más de un año de vivir juntos le pedí matrimonio. Eso fue en noviembre del año pasado ahora estamos en marzo.

-Y eso fue muy divertido«interrumpe Aska risueña.

-Creí que era yo quien estaba relatando lo que hemos vivido este último tiempo«alego mirándola con una ceja enarcada.

-Ya pero tú no vas a hacer toda la historia de como me pediste matrimonio y fue muy divertida como para no contarlo.

-Divertido para ti para mi no tanto«y vaya que no fue nada divertido.

-Por eso vamos a hacer uso de un narrador para contar lo que pasó, así que si alguien quiere saber que tome asiento y escuche atentamente.

-Genial, esto va a ser muy divertido cariño. No solo interrumpes mi narración si no que además un narrador va a contar como me avergoncé a mi mismo pidiéndote matrimonio. Gracias eres un encanto.

POV Narrador

(Con voz profunda y atrayente proporcionado por la escritora a petición de Alaska, son libres de imaginarse al narrador)

Noviembre

Era viernes 3 de noviembre y Aska e Izan cenaban en un acogedor y familiar restaurante italiano que se había convertido en su favorito para ir a cenar juntos después del trabajo, en especial cuando habían tenido una semana especialmente larga.

Llevaban ya un rato allí y estaban terminando de cenar, solo faltaba el postre. Estuvieron todo el tiempo hablando de temas al azar y planeando las próximas vacaciones que se iban a tomar en diciembre.

Aska podía notar que su novio estaba algo tenso y podría jurar que algo nervioso. Para alguien de afuera era imposible de notar, porque Izan seguía siendo bastante bueno disimulando sus emociones pero para ella era obvio que algo pasaba. Desde hacía unos días se había dado cuenta que tanto él como el rubio se traían algo entre manos pero no tenía idea de que podía ser. Cualquiera en su lugar podría pensar que le estaba mintiendo o tenía algo que esconder pero estaba segura que si fuera algo malo, para Mikel hubiera sido imposible guardar el secreto. Además sabía que su novio se ponía nervioso cada vez que tenía algún regalo o una sorpresa para ella. Y eso le parecía adorable.

Después que terminaron de cenar el camarero les trajo el postre, que está vez Izan había ordenado para los dos. Consistía en dos copas de helado preparado manualmente en el restaurante, de chocolate con pequeños trozos de fruta y sirope de chocolate.

Aska en seguida empezó a disfrutar del magnífico postre que tenía frente a ella.

-Eh cariño, tal vez deberías masticar bien los trozos de fruta no quiero que tengas un accidente«pide Izan llamando la atención de su novia que lo mira y después asiente para comenzar a disfrutar del helado más despacio y masticando la fruta.