Cap 30: ¡Si, se rindió! Gané, yo gané y él perdió

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Alaska's POV

Ya ha pasado una semana desde que secuestré al perro de Izan. Y no, todavía no ha pagado el rescate. Pero está a punto de darse por vencido, lo sé. El perro por su parte está pasándola de lo lindo en mi apartamento. Anker que es el que trabaja de noche lo saca a pasear cuando el ruso y yo estamos en el trabajo.

¿Qué ha pasado está semana? Digamos que la tabla de puntuaciones está más o menos pareja. Y puede que me las haya arreglado para que el ruso me odie cada vez más.

En serio ese hombre me odia, y yo lo único que he hecho ha sido echarle sal al café. Bueno, y convertir sus inmaculadas camisas blancas en camisas rosa flamenco con ayuda del personal de la tintorería. Arruinar uno o dos de sus trajes extremadamente caros después de derramar sobre ellos café, sopa, agua, jugo y otros líquidos "accidentalmente" claro. Bueno puede ser que fueran tres o cuatro. Y sí, secuestré al perro, pero en mi defensa tengo que decir que el pobre animalito es una lindura que no se merece vivir con ese ogro. Y lo pienso devolver. Cuando pague el rescate obviamente.

Además, yo también he tenido que lidiar con la nueva versión bromista que ha decidido atormentarme. Digamos que un par de zapatos y un bolso murieron dignamente en combate. Incluso se atrevió a llenar un globo con pintura que fue a parar a mi cabeza. Tuve que lavar mi pelo cinco veces para que saliera toda la pintura verde chillón.

Y por si fuera poco rompió mi silla con el objetivo de que fuera a parar al piso. El problema fue que el que se cayó de la silla fue el pobre informático que vino a actualizarme el antivirus.

Hoy es viernes y la verdad que mi cerebro no da para más. No se me ocurre nada con que molestarlo. Y estoy segura que a él también se le acabaron las ideas porque desde ayer ha estado inusualmente tranquilo.

Mi celular suena con la entrada de un mensaje y lo saco del bolso para leer.

"Estoy camino a dejar el dichoso helado. Así que me gustaría tener a mi perro de regreso lo más pronto posible."

Dulce Amargura

¡Si, se rindió! Gané, yo gané y él perdió. Empiezo hacer un raro baile moviendo mis manos y caderas en círculos. Otro mensaje anuncia su llegada interrumpiendo mi baile de la victoria.

"No celebres tu victoria todavía. Ganaste esta batalla«igual que todas pienso»pero no la guerra. Que page el rescate no significa que me rindo"

Dulce Amargura

De eso estoy segura, este no se rinde hasta que no se muera. Y después me dicen que yo soy terca. Vamos a joder un poquito. Empiezo a teclear las palabras en el teléfono con una pequeña sonrisa diabólica y satisfecha.

"Sigo sin tener idea de que me habla querido señor Ivanov. Ya le dije con anterioridad que no tengo a su querido can. Pero me alegra saber que va a pagar el rescate para que le devuelvan al pobre animalito. Que tenga buen día"

Casi me lo puedo imaginar gruñendo y mascullando insultos hacia mi persona.

"😡😡😡eres un 😈"

Dulce amargura

Suelto una carcajada al ver el emoji del diablito. Pero si yo soy un angelito. Ahora a llamar a Dani para que recoja y me guarde el heladito.

¿Por qué Dani? Porque tiene uno de esos refrigeradores industriales y me lo puede guardar sin problema, además darle el número de mi apartamento al ruso es declararme culpable y eso nunca. Así que le mandé la dirección de un parqueo al otro lado de la ciudad desde un móvil prepago. Como pueden ver me tomo muy en serio esto de los secuestros. Después de todo son parte del negocio familiar.

¡Quiero matar a mi jefe! Where stories live. Discover now