Extra 1 El ruso y la bruja se casan

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Izan's POV

Estamos en el mes de febrero. Aska y yo llevamos alrededor de cuatro meses comprometidos y poco más de un año viviendo juntos.

Si bien al principio fue un poco difícil vivir oficialmente en la misma casa, después de un par de semanas logramos establecer una rutina. El hecho de que estuviéramos viviendo prácticamente juntos desde unos meses atrás, ayudó a que nos acostumbraramos más rápido a compartir espacio.

A sus hermanos no les gustó mucho la idea de tener que, no solo compartir a su hermana, sino además que esta se mudará con su novio. Por más que se quedara en el mismo edificio y solo se cambiara de planta.

Según Aska estuvieron protestando y presentando argumentos para que no se mudara, durante los días que duró la recogida de las cosas que iba a traerse al apartamento. Incluso su padre y abuelo llamaron desde Rusia.

Y como mi suerte no puede ser peor, justo cuando su papá llamó Aska estaba bañándose y me pidió que contestara la llamada. No creo que haya sudado tanto en toda mi vida. ¿Cómo le explicas al padre de tu novia qué esta se va a vivir contigo? No sé alguien más, pero lo que se dice yo, estuve tartamudeando todo el tiempo y balbuceando como idiota. Gracias al cielo que Aska tuvo pena de mi persona y decidió intervenir para hablar ella con su papá nada más salir del baño. Evitando de esa manera que muriera de un infarto antes de los cuarenta.

De verdad no sé que cara de espanto se me quedó después de hablar con mi suegro, que Aska me preguntó si me sentía mal y quería ir a un hospital. Y diganme cobarde, pero la familia de Aska puede ser muy intimidante cuando se trata de cuidarse unos a otros. Y cuidan de sus mujeres más que nada. Para colmo, Alaska es la única chica de cinco hermanos, y la más pequeña.

Después de que mi novia, sacando ese mal genio que suele tener, les dejó claro que ya había tomado su decisión y que esta no estaba abierta a discusión, se vino a vivir conmigo.

Cuando empezamos a convivir juntos también empezamos a viajar a Rusia más seguido, había que ganarse al suegro. Por lo que la mansión familiar de los Komarov se convirtió en algo así como mi segunda casa.

Decir la mansión de los Komarov me parece poco, después de todo, es un antiguo castillo perteneciente a la familia y que luego de la revolución de 1917 empezaron a remodelar. A día de hoy donde estaba el antiguo castillo, está una más que imponente mansión decorada con muy buen gusto. Y creanlo o no, pero si bien tienen desde jarrones de alguna dinastía china a pinturas del renacimiento, los recuerdos familiares, las fotos de todos y la huellas del paso de los niños están por todas partes.

Nunca creí que un lugar tan grande, hermoso y digno de la realeza, pudiera sentirse tan cálido y lleno de vida.

Allí descubrí algo muy curioso. Resulta ser que Aska y yo nos conocimos cuando eramos pequeños. Una ocasión en que mi abuelo vino a visitar a su viejo amigo me trajo con él.

Y por lo que me contaron Aska y yo nos odiamos nada más vernos. Nos hicimos bromas y peleamos, justo como hicimos desde que ella empezó a trabajar en la empresa. Según mi abuelo para el final del día estabamos hechos un desastre pero reíamos a carcajadas. Así que nos tomaron varias fotos durante una de las noches blancas, fenómeno común en San Pertersburgo.

Una de esas fotos está colgada en la pared de mi cuarto. Es una de las fotos que saqué de un viejo álbum que mi abuela guardaba, como no recordaba muy bien a la niña de la foto ni el lugar en el que fue tomada no me di cuenta que eramos Aska y yo. Al menos no hasta que la abuela de mi prometida me enseñó las fotos que ella guarda. Incluida una enorme colgada en una de las muchas paredes de la mansión que están repletas de fotos de la familia.

¡Quiero matar a mi jefe! Where stories live. Discover now