Cap 29: Una broma, un secuestro y un perro.

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-No«su negación me deja sorprendido.

Mikel es un mujeriego de primera, si conoce una chica que le gusta se la lleva a la cama, si ella no le da bola simplemente busca otra. Que me diga que pasó la noche con una mujer y que no durmió con ella me sorprende. Enarco una ceja en su dirección a modo de interrogante.

-Aunque no lo creas no me acosté con ella. Y no porque no tuviera ganas, porque joder ese vestido que llevaba le quedaba espectacular. Y ella también quería, lo sé por la forma que me miraba cuando bailábamos. Pero en algún momento empezamos a hablar de cualquier cosa y para cuando me di cuenta estábamos en una de esas cafeterías de 24 horas a las 3:00 de la madrugada. La llevé a su casa y nos despedimos. Me dio su número pero desde un principio me advirtió que no quiere nada serio.

-Pero ella realmente te gusta«afirmo.

-Sí, no sé porque pero me gusta de verdad. Tal vez no resulte pero por primera vez quiero conocer a alguien en vez de llevarla directo a la cama.

-Te entiendo.

-Y claro que me entiendes si a ti te pasa lo mismo con la bruja. Lo que ella ya te tuvo en su cama y a ti te gustaría tenerla otra vez pero eres demasiado orgulloso como para admitirlo.

-¿Qué no estábamos hablando de ti?«inquiero tratando de desviar la atención de mí.

Mikel bufa por lo bajo antes de cambiar de tema.

-¿Y qué crees qué debería hacer?«pregunta con expresión nerviosa.

-Deberías hablar con Alaska, es su amiga al fin y al cabo. Ella sabrá que decirte para que consigas acercarte al mapache.

El asiente de acuerdo conmigo y termina su café.

-Deja de llamarla mapache, es una mujer muy bonita como para que la llames así.

-Estoy de acuerdo con que es muy bonita pero sigue estando más loca que un mapache con rabia«afirmo sin ninguna duda.

Un rato más tarde ambos bajamos del auto para ir hacia mi oficina.

Mi asistente se encuentra sentada tras su escritorio y apoyado sobre este está el rubio que fue a recogerla al aeropuerto. Ambos ríen de algo y el rubio le entrega una bolsa de lo que parece ser comida antes de darle una fuerte abrazo y un beso en la mejilla.

Los escucho despedirse a medida que nos acercamos. El rubio pasa por nuestro lado y después de saludarnos entra en el elevador.

-Hola brujita, parece que te trajeron el almuerzo«comenta Mikel para luego darle un beso en la mejilla.

¿Qué tiene la gente hoy con los besos en la mejilla?

-Hola a ti también Mikel, y si me trajeron el almuerzo. Tienes los documentos que necesitas para la reunión que tienes con los italianos después de almuerzo.

Me informa y yo asiento.

-Está bien, avísame cuando lleguen.

Entro en mi oficina con Mikel siguiéndome y voy directo a sentarme tras mi escritorio. Cojo la carpeta con los documentos para revisarlos y con ella en las manos me viene una idea para devolverle a la bruja la bromita de ayer. 

-¿Cuánto tiempo crees que te tome conseguir una botella con vinagre?«pregunto mirando a Mikel.

-Cinco minutos si la pido a la cafetería de aquí«levanta la cabeza extrañado por mi pregunta»¿Para que quieres tú una botella de vinagre?

Simplemente le doy una sonrisa  torcida, le pido que busque la botella y la traiga lo más rápido posible.

Regresa después de diez minutos con una bolsa de papel en la mano. La deja sobre la mesa y yo examino el contenido. Una pequeña botella con vinagre. Vuelvo a sonreír de esa manera torcida imaginándome la cara de la víbora cuando le juegue una pequeña bromita.

¡Quiero matar a mi jefe! Where stories live. Discover now