¡Quiero matar a mi jefe!

Cap 2: Puto karma

Izan's Pov

Hoy por fin me mude a mi nuevo apartamento. El edificio si bien es bastante cómodo y grande, no es de los más céntricos. Además compre toda la última planta que son tres apartamentos y me encargué de remodelarlos para hacer uno más grande. Aquí no tengo que lidiar con mi familia, la prensa, ex novias locas y demás. Beneficio de vivir solo en un edificio donde nadie va a venir a buscarme, al menos por ahora.

Hace cinco años cuando el abuelo me pidió hacerme cargo de las empresas y la marca desde New York para tomar vacaciones, el resto de la familia no se tomó muy bien que yo me quedara a cargo de todo.

Independientemente de que para hacer algo que los afecte de alguna manera es el abuelo el que decide.

Yo soy el CEO de las empresas, pero el dueño sigue siendo él. Es la persona que más admiro, él y mi abuela trabajaron muy duro y lograron crear lo que hoy es Alice's, una de las marcas más reconocidas en el entorno de la moda a nivel mundial.

Empezaron por una empresa en Rusia y fueron trabajando hasta llegar a lo que es hoy, un conglomerado de empresas de ropa, zapatos, joyas, accesorios y perfumería, distribuidas por todo el mundo.

Cuando tenía 12 años trasladamos la sede de la compañía a New York, después de que la abuela muriera, para cumplir con su voluntad de que la marca Alice's estuviera en su ciudad natal. Nos trasladamos a la empresa de aquí y la convertimos en la sede principal, aunque la de Rusia es la segunda.

Estoy en la cocina tomando mi desayuno y recuerdo que tengo que darle de comer a Constantin. Lo empiezo a llamar hasta que oigo la puerta del frente cerrarse.

Mierda, olvidé cerrar la puerta cuando regresé de correr y la mole de pelos que tengo por mascota acaba de largarse. Tiene dos años y es muy travieso, así que para evitar que cause problemas solo lo saco si es con la correa.

Además no es muy sociable, sobre todo con las mujeres, y nadie quiere tropezarse con un Rotwailer de 44 kilos por el pasillo. Salgo corriendo detrás de él con la correa en la mano y lo veo bajar por las escaleras al piso de abajo. Condenado perro, corre más rápido que un caballo.

Bajo las escaleras todavía corriendo y lo pierdo de vista en el pasillo que va hacia el elevador, cuando escucho a alguien maldecir en...francés, creo. Cuando doblo la esquina y llego al pasillo lo veo lamiéndole la cara a una mujer que esta tirada en el suelo.

¿Y este desde cuando juega con una mujer y más una desconocida? Aunque hay que reconocerle que tiene buen gusto el cabrón, con el tamaño y la consistencia de ese culo no creo que haya recibido mucho daño al terminar en el suelo.

-¡Constantin ven aquí, deja a la señorita en paz!

Corrí hasta él y le puse la correa mientras seguía deleitándome con la vista que me daba la hermosa mujer que tenía delante. La escuche decir algo más, en lo que creo es francés, cuando me acercaba.

-Qu'homme pour le dieu.

Después de preguntarle a mi perro que si estaba bien como si este fuera a responderme, me gire hacia la chica y le pregunte que si se había caído.

¿Qué? Sé que es una pregunta estúpida, pero en lo único que podía pensar era lo tentadores que se veían esos labios.

A lo que ella me respondió de una forma muy sarcástica y me dejó claro que mi perro tenía la culpa de su situación. Y no se me ocurrió mejor idea que despedirme y largarme antes de verme tentado a pedirle su número de teléfono. Después de la última aventura de una noche que tuve con una vecina que terminó en desastre, y una de las causas por la que me mudé, decidí que no iba a involucrarme de ninguna manera con otra vecina nunca más.  Así que ya estaba dándome vuelta para irme a darme una ducha fría, cuando su voz me detuvo.