Cap 15: Mickey Mouse

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Alaska's Pov

Martes

Bajo del taxi que tomé para venir a casa del ruso luego de pagarle al taxista. Saludo al portero y cojo el elevador hasta el quinto piso. El lugar está remodelado y da la impresión de ser una casa grande en vez de tres apartamentos en uno. Tomo las llaves de mi bolso y abro la puerta encontrando el recibidor. Me saco la chaqueta y la dejo junto al bolso en uno de los grandes sofás ubicados en la enorme sala.

Sin poder evitarlo recorro el lugar con mis ojos deleitándome con la bonita decoración. Todo en tonos negros, grises y blancos. A excepción de algunos detalles y objetos que son de un rojo intenso y que supongo buscan resaltar.

Antes de que pueda buscar la habitación de mi jefe para coger la ropa una bestia peluda me tumba y caigo sentada en el suelo. Acabo de tener un deja vú.

-¡Pero si es la mole de pelo!«digo mientras acaricio al enorme rotwailer que lame mis manos emocionado»Eres una cosa hermosa pero si sigues tirándome de esa manera me quedo sin culo.

Me levanto del suelo y camino por el apartamento. Después de encontrar la cocina, un baño, un gimnasio y un despacho por fin doy con el cuarto del ruso. Y luce una decoración en tonos azules y plateados a diferencia del resto de la casa. Es preciosa y de muy buen gusto, pero como la oficina y todo este lugar es fría e impersonal, a pesar de ser un lugar hermoso y bien decorado carece de la calidez que lo vuelve algo personal, como si nadie durmiera aquí.

Solo tres fotos colgadas en la pared frente a la enorme cama rompen con el esquema impersonal que se apropia del cuarto. Me acerco a ellas y reconozco a un pequeño Izan sonriente junto a Mishenka y su esposa en la foto del centro. En la derecha está con sus sobrinos y a pesar de no sonreír se puede ver cierto brillo en sus ojos. La de la izquierda sin embargo es la que más llama mi atención, un Izan de unos diez años sonríe ampliamente mientras sostiene a una niña de seis años y ojos verdes en su espalda. La niña también sonríe abrazada a su cuello y reconozco el lugar en el que fue tomada la foto. San Petersburgo, Rusia, durante una de las “Beliye Nochi”. Las noches blancas son un fenómeno muy popular en San Petersburgo y todos los años el centro se llena de personas para ser partícipes de ellas.

Desvío mi atención de las fotografías y me acerco a las dos puertas que hay en la habitación. Abro la de la derecha y me recibe un amplio baño, lo que deja la otra como el closet. Una vez abierta la otra puerta me dedico a elegir dos trajes. Para Mikel un traje azul oscuro con una camisa en un tono de azul más claro y una corbata del mismo color. Para mi jefe uno negro, camisa blanca, corbata gris a cuadros y un pañuelo del mismo color que la corbata. Tomo la ropa y salgo de la habitación. Me despido de la mole de pelos y después de ponerme mi chaqueta salgo del apartamento.

Veinte minutos después ya estoy en el elevador camino a la oficina para darles la ropa. Cuando salgo puedo ver a Mikel poniendo otra caja en mi escritorio, este no aprende. Me detengo antes de llegar y me quito uno de mis zapatos para después tirárselo a la cabeza. El dramático se lleva la mano a la zona afectada antes de voltearse en mi dirección.

-¡¿Por qué me pegas bruja?!

Cojo el zapato y señalo la caja sobre mi escritorio antes de ponérmelo.

-¿Cómo sabes que no es un regalo lindo?

-Después de que amenazaras con mandar el zoológico de New York apuesto lo que quieras a que ahí hay otro pobre animal víctima de tus pobres intentos de deshacerte de mí. Así que será mejor que cojas la ropa y te largues antes de que te vuelva a dar otro zapatazo.

Sin replicar coge la ropa que le doy y se va. Entro en la oficina de mi jefe y lo encuentro sentado detrás de su escritorio hablando por teléfono, me hace una seña indicándome que espere. Después que termina la llamada le doy la ropa.

¡Quiero matar a mi jefe! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora