Cap 23: Soy una chica golosa

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Alaska´s POV

El entrecierra los ojos mirando primero mi mano y luego mi cara. Me mira con desconfianza antes de asentir y tomar mi mano llevándome a la pista de baile. Pongo mis manos alrededor de su cuello, él por su parte lleva las suyas a mi cintura. Se acerca a mi oído para luego hablar.

-¿A qué estás jugando?

-A nada«me encojo de hombros restándole importancia a su pregunta.

Por encima de su hombro puedo ver la sonrisa burlona de André y la cara de fastidio que tienen Pinki y Cerebro, hay que ver lo perras que podemos ser las del sexo femenino.

Sonrío un poco y el ruso sigue mi mirada y se tropieza con la cara de culo que tienen sus anteriores acompañantes. Vuelve a mirarme y enarca una ceja luciendo su mejor expresión de ¿En serio me acabas de coger para esto? Le dedico una sonrisa inocente y pestañeo exageradamente, eso logró sacarle una carcajada. Una carcajada fuerte y ronca, carcajada que simplemente se me antoja preciosa.

Nos movemos lentamente por la pista mirándonos a los ojos. Nos limitamos a bailar sin cruzar palabra. Una de sus manos deja mi cintura y se desliza con suavidad por mi espalda desnuda mientras me pega más a él y pone su mejilla junto a la mía.

-Se siente bien por fin hacer esto«susurra cerca de mi oído subiendo ambas manos a mi espalda y haciendo que mi piel se erice ante su contacto.

La canción termina y suspiro antes de separarnos. Toma mi mano y la lleva a sus labios para besarla sin quitar su penetrante mirada de mis ojos. Pone su mano en mi cintura y sin quitarla me lleva hacia el grupo.

-Nosotros nos retiramos, que pasen buena noche«se despide de todos sin darme tiempo a replicar así que me despido también»André, luego mando a Benjamín por ti.

El mencionado solo asiente de acuerdo y nos dedica una amplia sonrisa. Niego con la cabeza, seguro que ya se imagina el porqué detrás de la repentina decisión de retirarnos.

Ya en el auto camino al hotel por mi mente al fin aparece la pregunta ¿Qué estoy haciendo? Y más importante ¿Estoy segura de hacerlo? Catalina quita la vista del espejo donde se miraba pintando sus labios de rojo para mirarme con una ceja enarcada.

-Ni se te ocurra tener dudas ahora«dice señalándome con el labial en su mano, vuelve a mirar el espejo y continua pintando sus labios antes de continuar hablando»La tensión entre ustedes es obvia. Además, sabes que no vas poder seguir haciéndote la dura. Él te gusta y mucho, y yo no te he dicho que se casen, cosa que no estaría nada mal si te pones a pensar, así que olvídate del que pasará, concéntrate en el quiero hacerlo y vamos a por el ruso.

Concluye tirando un beso a su reflejo satisfecha con el color de sus labios, se acomoda el pelo y se mira las uñas.

-Y ¿Se puede saber donde está Josefina?«me pregunto ante la ausencia de mi racionalidad.

Ella se encoje de hombros y me dedica una amplia sonrisa traviesa antes de levantarse de frente al espejo y pasar por sus hombros su boa de plumas rosa fresa. Ya tengo la respuesta, la pobre Josefina debe estar atada y amordazada en algún rincón de mi cerebro y con ella cualquier vestigio de mi parte racional. Ante el descaro de mi parte lujuriosa mis neuronas se van de vacaciones y las perras de mis hormonas hacen su aparición desfilando una detrás de otra con tacones de infarto, labios rojo fulana y envueltas en plumas.

La mano de Izan sobre la mía me trae de vuelta al ahora y mirando alrededor me pregunto en qué momento llegamos al auto. No pasa mucho tiempo antes de llegar hotel. La inquietud y el apuro del ruso por llegar a la habitación se hacen obvias cuando prácticamente me arrastra tras de si hasta llegar al elevador. No es que me esté quejando, yo también quiero llegar pronto.

¡Quiero matar a mi jefe! Où les histoires vivent. Découvrez maintenant