Cap 18: Río de Janeiro

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Alaska's Pov

Cierro la maleta sobre mi cama después de poner dentro lo último que me quedaba por empacar. El lunes mi querido jefe y yo nos vamos de viaje.

Tenemos que visitar las sucursales principales del conglomerado Ivanov. Dependiendo de como esté la situación de las empresas será la duración del viaje, aunque tenemos pensado estar fuera dos semanas.

Alice's Ivanov Enterprise tiene empresas por todo el mundo. Después de la sede principal aquí en New York y la segunda en Moscú, Rusia están las de Milán, Río de Janeiro, Madrid, Berlín, Londres y París. La intención es pasar dos días en cada sucursal y por último viajar a la de Moscú para luego regresar a New York.

Ya tengo las reservaciones en los hoteles, de cinco estrellas porque su "alteza real "mi jefe así lo dispuso, y el itinerario de lo que tenemos que revisar una vez ahí. Hay reuniones, cenas de negocios y galas, lo usual en este tipo de viajes.

La verdad estoy emocionada por tener la oportunidad de ver de cerca el trabajo que se hace en estas empresas para seguir en los primeros lugares en la industria de la moda. Además de hacer un poco de turismo si tengo la oportunidad.

¿Lo malo? Tengo que estar 24\7 al pendiente de dulce amargura. Y él no estaba precisamente emocionado por tener que lidiar conmigo por dos semanas viajando de un lado al otro. Además luego del beso del viernes estoy segura que quiere deshacerse de mí con más ganas.

Creo que su ego está algo lastimado porque yo no le di mucha importancia a lo que pasó en su oficina. Debe estar acostumbrado a que las mujeres caigan ante él como moscas a la miel.

No voy a decir que besa mal, porque eso sería mentira. Lo admito, besa bien. Muy bien. Pero de ahí a admitírselo a él va mucha distancia. Ya de por sí es un narcisista, no hay porque hacer que se crea más cosas.

Tras hablar con las chicas el viernes estuve ocupada el resto del día, si, lo estaba ignorando, ultimando los detalles del viaje. Ahora solo queda esperar que dios tenga misericordia y me de paciencia, mucha paciencia, porque si me da fuerza lo mato.

Después de mandar al paraíso a mi despertador número 32, tomé una ducha de treinta minutos. Luego de secar mi pelo y hacer ondas en las puntas, me vestí con la ropa que escogí ayer.

Un traje de dos piezas, pantalón ajustado y blusa de mangas largas con botones dorados, ambos de color púrpura vino. Zapatos cerrados adelante con poco tacón de color piel. Cartera negra con la cadena y otros detalles en dorado. El esmalte de uñas y el labial en un tono más oscuro que la ropa. Rímel y delineador para los ojos. Para completar me coloco las gafas y cojo la maleta .

Después de desayunar y despedirme de los chicos, con mi maleta en mano dejo el departamento. Camino en dirección al elevador para tomarlo y bajar a esperar a dulce amargura, quedamos en ir juntos al aeropuerto.

Una vez en la primera planta salgo del edificio. Lo encuentro de espaldas hablando por teléfono luciendo uno de sus acostumbrados trajes Armani hechos a medida.

No es justo, inserte puchero, que luzca tan bien a esta hora de la mañana. Así no hay manera de controlar a mis hormonas y sus constantes huelgas. Bueno Alaska, no queda de otra. Saca pecho, mentón arriba y pretende que no te afecta.

Cuelga el teléfono y por fin se percata de mi presencia. Y a juzgar por su exhaustivo análisis yo diría que le gustó la ropa más que a mí. Le doy una pequeña sonrisa de lado y lo saludo.

-Buenos días señor Ivanov.

-Buenos días señorita Dawson. Sí, me encantó la ropa, ya puedes borrar esa sonrisita de suficiencia que traes.

¡Quiero matar a mi jefe! Where stories live. Discover now