Cap 47: Soy muy romántica, lo juro

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Alaska's POV

Entro colgada del brazo de Anker que lleva un traje de Armani azul oscuro, la camisa azul más clara, casi del color de mi vestido y sin corbata.

Como la fiesta es en nuestro honor entramos de primeros. Y recibimos algunas felicitaciones nada más entrar. Sonreímos levemente con cortesía en agradecimiento y seguimos caminando.

Casi quiero rodar los ojos ante toda la elegancia y opulencia que nos rodea. Si no supiera que nos lo podemos permitir y de sobra, y que además donamos buena parte de nuestro capital a la caridad tendría una charla muy seria con mi abuelo por andar tirando la casa por la ventana.

Estoy segura que él y mi abuela deben haber disfrutado de lo lindo planeando cada cosa al detalle para que todo fuera según lo planearon. Además de aprovechar para exagerar y parecer todos unos ricachones de sociedad. Deben estar burlándose a conciencia de cuanto envidioso y estirado hay en esta fiesta.

Me gustaría decir alguna cursilería como siempre pasa en las novelas y soltar algo como “sentí su mirada sobre mí antes de verlo y enseguida supe que era él” o “nada más verlo me quede sin respiración por la intensidad de su mirada y me sentí desfallecer”. Pues no, lo siento.

Pero yo lo vi porque estaba prácticamente en el centro del salón junto a su familia y sus amigos, además de estar justo frente a mí. De lo contrario hubiera ignorado por completo su presencia, estaba muy ocupada salivando sobre el hombro de mi hermano después de ver una gigantesca fuente de chocolate en una de las mesas con fuentes llenas de diferentes frutas a su alrededor. Y la que diga que yo no soy romántica por ver al chocolate antes que al amor de mi vida, pues lo siento, tengo hambre y esa es una puta fuente chocolate jodidamente grande. Soy muy romántica, lo juro.

En cuanto a verlo y desfallecer por su intensa mirada....lo que se dice desfallecer, si, me sentí desfallecer un poco y hasta me temblaron las piernas. Pero no por la intensa mirada que me está lanzando a mí y a mi sensual vestido, sino por el traje negro, con camisa y chaleco del mismo color y corbata del mismo tono de azul de mí vestido. Madre mía que bien le queda. Y estoy segura que ese pantalón de vestir hecho a medida le hace un culo espectacular. Porque la camisa y chaqueta del traje hacen maravillas con esos brazos deliciosos.

Así que si, casi me ven desfallecer ahí mismo pero no fue por la falta de aire que me causo semejante vista, más bien fue la falta de sexo últimamente la que me pasó factura. Si no estuvieramos en una fiesta con una buena cantidad de invitados y yo fuera parte del centro de atención no me lo pensara dos veces antes de agarrarlo por la mano y encontrar un baño o algún pasillo vacío. Si lo sé, no suena romántico pero me importa un cuerno, yo no quiero ser romántica, solo quiero meterle mano a ese pedazo de cacho rico de hombre monumental. Que es todo mío.

Antes de llegar a Izan las personas se aglomeran a nuestro alrededor para felicitarnos. Hora de poner mi patentada sonrisa comercial y aceptar las felicitaciones de los presentes con buena cara a pesar de que no conozco ni a la mitad, voy a matar a mi abuelo. Juro que lo voy a hacer. Al menos espero que toda esta gente se haya dignado a traerme regalos. Porque ya saben la mejor parte de los cumpleaños, aparte de ser una buena escusa para una fiesta familiar, son los regalos, y la comida.

Para el momento que Izan logra llegar hasta mí estoy a punto de un desmayo con tanta gente felicitándome y sin dejarme llegar a la fuente de chocolate.

En cuanto el ruso llegó a mi lado me tomó por la cintura, aprovechando que ya no estaba colgada del brazo de mi hermano, y me plantó un beso como dios manda, corto y con poca lengua, pero de los que marcan territorio y dejan a una con mareos. Y yo que ya venía con hambre, agregarle un poco de falta de aire y tengo que respirar profundamente para reaccionar.

¡Quiero matar a mi jefe! Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt