Cap 33: La dignidad se te cayó junto con las bragas

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Alaska's POV

El lunes por la mañana me dejo caer en caer en la silla tras mi escritorio y preparo la agenda para hoy. La colección de invierno va viento en popa y si seguimos así lograremos terminar en tiempo. 

Ayer hablamos con la mamá de Ethan y le contamos nuestro plan para ayudarles. Luego de convencerla y ayudarla a recoger lo poco que tenían los ayudamos a mudarse al apartamento de Diana en un par de horas. Le dejó una nota a su esposo informándole de que iba a quedarse un par de días en casa de una hermana suya para que este no los buscara inmediatamente. Se quedarán dentro de la casa la mayor parte del tiempo, por lo menos hasta que el caso sea llevado a juicio.

Está mañana Gabriela y Alexei fueron a presentar la demanda por malos tratos e iniciando el proceso de divorcio pidiendo la custodia total de los tres niños con una orden de alejamiento. Víctor por su parte pidió algunos favores y ya está buscando pruebas que evidencien los malos tratos, además ya consiguió las denuncias que fueron presentas y nunca se tomaron en cuenta.

Yo me puse en contacto con Ian y lo puse al tanto del caso. De acuerdo a su opinión tendrán que hacer pruebas pero es muy probable que puedan operar a la niña a tiempo.

Empiezo a teclear datos en la computadora hasta que me veo interrumpida por la llegada de Izan.

-Buenos días«saluda mi querido jefe con una sonrisa traviesa que le llega a los ojos y que provoca que frunza el ceño de inmediato.

-Buenos días«devuelvo el saludo algo extrañada por su expresión.

Su sonrisa se hace más amplia y entrecierro los ojos. Este está planeando algo.

-¿Cómo va el asunto del chico?«pregunta poniéndose serio.

-Muy bien, ya pusimos en marcha lo que tenemos en mente. Si las cosas se dan como esperamos todo estará resuelto en un par de semanas, de todas formas estamos preparados para cualquier imprevisto.

-Fue algo admirable lo que hicieron por él ayer y lo que están haciendo para ayudarlo. De una forma u otra le están salvando la vida.

-No hicimos ni haremos nada que alguien más no pudo haber hecho«digo encogiéndome de hombros restándole importancia a lo que dijo»Además tú y los chicos también están ayudando.

-Yo no me subí a un ring ni le di 150 grandes como si nada Alaska. No dudaron en tenderle la mano sin poner trabas ni detenerse a pensar, simplemente lo hicieron.

-Mi familia tiene muchos defectos, pero jamás le hemos negado la ayuda a alguien que lo necesita. Mis abuelos desde que era una niña repetían constantemente un dicho “Has bien y no mires a quien”. No importa quien te necesite, si puedes ayudarlo hazlo.

Él asiente de acuerdo conmigo.
-Cambiando de tema ¿Ya te dije lo bien que te queda ese vestido?«pregunta coqueto señalando con su dedo índice el vestido negro, con botones dorados casi al costado.

Cruzo mis piernas y enarco una ceja.

-Y las botas negras por encima de las rodillas me matan.

-¿A dónde quieres llegar Ivanov?«pregunto directa.

-¿Yo?«inquiere señalándose con inocencia»Nada. Simplemente recalco lo bien que luce mi asistente esta mañana. Ahora si me disculpas, tengo papeles que firmar y cosas de jefe que hacer. Adiós.

Y así sin más se metió en su oficina como si nada luego de despedirse y plantarme un beso en la boca. Me encojo de hombros y lo doy por imposible. Este tiene más cambios de humor que yo cuando me viene la reina roja.

-Eso es todo lo que tienes que hacer hoy«concluyo apagando el iPod luego de repasar juntos la agenda del día de hoy media hora después.

Me levanto de la silla en la que estaba sentada y me doy vuelta con la intención de salir de la oficina.

¡Quiero matar a mi jefe! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora