COPENHAGUE

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Buenas florecillas!!!!!!!
Si queréis saber porqué el capítulo se titula así ¡¡¡A leer se ha dicho!!!

Durante los cinco años que habían pasado desde aquella fatídica noche, —la llamo fatídica por el resultado que ha tenido ahora, porque hasta el momento me parecía incluso una locura divertida—, había vivido serena y tranquila

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Durante los cinco años que habían pasado desde aquella fatídica noche, —la llamo fatídica por el resultado que ha tenido ahora, porque hasta el momento me parecía incluso una locura divertida—, había vivido serena y tranquila. Tenía mis encontronazos con la prensa más que controlados y la estrategia perfecta para evitar los paparazzi meta estudiada, pues con él estallazo de la noticia bomba, todos mis planes se habían ido a la mismísimo infierno, allí donde prefería ir ahora en lugar de vivir toda esta odisea.

Recapitulemos, ¿Qué ocurrió esa noche?

Mi hermana estaba encantadora con su precioso vestido, de hecho sentí un poco de envidia llevando semejante obra de arte. Los votos en la iglesia fueron bonitos a nivel escapada de lagrimita y durante la ceremonia habían decidido sentarme junto a todos los primos de los novios, eso incluía los míos y los del propio Bohdan, un rollo poli cultural según nos dijeron, así que allí estaba el más cazurro de mi pueblo sentado al lado de un rey.

«Ver para creer»

La cuestión es que de la mesa de primos en la que me encontraba, Salió un pequeño grupo que decidió continuar la fiesta y entre ellos como no, estaba yo y estaba Alexandre, que de los miles idiomas que hablaba, al parecer también incluía el español.

No me preguntéis como sucedió, la cuestión es que acabamos en su avión privado camino de Copenhague para continuar la fiesta y como iba con mis primos, mi madre me dejó ir con ellos —imagino que estaba demasiado efusiva con el hecho de que su hija fuera reina para pensar que le había dado vía libre a la menor de ellas—

Así que allí estábamos, en la ciudad más fiestera que jamás había estado, las llamadas Vegas de Europa.

«Las malditas Vegas de Europa habría que decir»

Yo pensé que esas cosas no sucedían a este lado del charco, que los matrimonios hechos así de improviso y con locura no eran reales, que eso se quedaba en un limbo imaginario del que jamás trascendería.

«A la vista está que no»

Todo iba genial mientras íbamos de bar en bar, discoteca o pub, nada se nos resistía, yo pensé que me pedirían el carnet en más de un lugar, pero quizá como ellos eran bastante mayores que yo, daban por hecho que tendría su edad. Tampoco faltaba mucho para que cumpliera los dieciocho, solo eran unos pocos meses para ser mayor de edad y mis primos me tenían vigilada en todo momento.

Bueno, vigilada hasta que llegó el momento de la noche que cambiaría mi futuro.

A mi queridísimo primo Pablo —no tengo nada en contra de él, me cae genial pero tuvo una idea pésima aquella noche—, no se le ocurrió otra idea que la de bromear con que Alexandre y yo nos casáramos ficticiamente. Yo no tenía ni la menor idea de que en Copenhague se hacían bodas estilo las Vegas, pensé que solo era una especie de imitación a ese lugar, algo divertido que hacer esa noche fingiendo que te casas pero que todo queda en eso, un mero recuerdo.

De Plebeya a Reina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora