GANANDO PUNTOS

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¿Quien más echaba de menos a la madre de reinas?
Disfrutad del capítulo flores!

Que la prensa baraje la posibilidad de un supuesto embarazo aún no confirmado por casa real, incluso hasta se la habían apañado para sacarme fotos en las que supuestamente tenía barriga donde no la había —o eso quería creer—, pero una cosa era men...

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Que la prensa baraje la posibilidad de un supuesto embarazo aún no confirmado por casa real, incluso hasta se la habían apañado para sacarme fotos en las que supuestamente tenía barriga donde no la había —o eso quería creer—, pero una cosa era mentir a la familia de Alexandre por una razón obvia y además mantener en vilo a la prensa con sus teorías, y otra muy diferente mentirles a mis padres.

No podía decirles que estaba embarazada cuando no lo estaba, pero tampoco podía negárselo sin un motivo y sabía que decirles la situación que acontecía iba a preocuparles, más aún después de lo sucedido con Celeste.

¿Y si les decía que no y alguno se iba de la lengua en esos días?

—No os quería decir nada porque es demasiado pronto...

—¡Lo zabía!, ¡Ve Migué como tenía rasón!, ¡Por ezo ha zalío tó a la lu! «¡Lo sabía!, ¡Ves Miguel como tenía razón!, ¡Por eso ha salido todo a la luz!» —comenzó a gritar mamá.

¿Todo a la luz? Y supuse que había asociado el anuncio de nuestro matrimonio hace cinco años y mis funciones como reina consorte debido a un embarazo.

Visto así, no era tan descabellado pensarlo.

—Nada de esto a tu club de fans —le señale con el dedo en modo advertencia. —Ni siquiera sé como iba a decirles poco después de su partida que ya no existía tal heredero sin admitir que todo era mentira.

Tarde o temprano les confesaré todo, al menos mi conciencia quedará tranquila.

—Zoy una tumba —acreditó mamá señalando la boca y haciendo un gesto como si estuviera cerrando una cremallera.

Sonreí. Era agradable ver la ilusión que parecía hacerles ser abuelos de nuevo, incluso podía ver el brillo en sus ojos y me dio realmente tristeza que no fuera cierto.

Espera. Espera. Espera. ¿Realmente estaba triste por no estar embarazada de verdad?

Puf, como no salga pronto de aquí acabo viendo cerdos volando y todo.

El paseo por palacio continuo sin incidencias. Mamá grababa de vez en cuando y la dejé solo porque ella era feliz con eso, si aquella sería su única visita al palacio de Bélgica pues al menos la disfrutaría y tendría pruebas de ello. Por otro lado papá parecía bastante interesado en las armaduras y retratos de la familia de Alexandre, él siempre se había mostrado curioso por todo aquello y era admirable.

—Venga suéltalo —le dije a mamá una vez que llegamos a su habitación y comenzaron a deshacer su equipaje—. ¿Cuál te gusta más? —pregunté divertida y completamente segura de que tendría su elección—. Te aseguro que mantendré la boca cerrada o no me ofenderá tu respuesta.

Mentira. Pensaba ir con el cuento a Celeste en cuanto pudiera.

—¿Te cree que zoy tonta? —inquirió—. Si me pregunta tú te via desí que ezte y si me pregunta tu hermana le via desí que er suyo. É ovio «Si me preguntas tú, te voy a decir que este y si me pregunta tu hermana le voy a decir que el suyo. Es obvio —contestó sorprendiéndome.

—Gallina —refunfuñé y se largó hacia el baño con una sonrisa encogiéndose de hombros como si le diera igual mi acusación.

Mis padres y yo llegamos puntuales a la hora de almorzar y me sorprendió no ver a nadie, ¿Es que tal vez era demasiado pronto? Pero en mi reloj faltaban solo cinco minutos para la hora exacta en la que solía servirse el almuerzo, así que miré extrañada a mi alrededor y vi como Alexandre venía hacia nosotros.

Desde luego nunca me acostumbraría a verle con aquella figura tan impresionante. Lucía un traje azul oscuro que le quedaba como un guante y mantenía la mirada altiva fija en nosotros, incluso a esa distancia lograba mojarme las bragas y eso que aun no podía apreciar bien sus rasgos.

Pero, ¿Qué estoy diciendo? Yo me estoy volviendo majara de verdad, ¿Aquí que le echan al agua?, ¿Drogas?

Ni me reconozco.

—¿Qué leh dan de comé a eztoh hombres? «Que les dan de comer a estos hombres? —exclamó mi madre poniendo voz a sus pensamientos y casi se me escapa la carcajada aunque no podía estar más de acuerdo.

—No tengo ni idea, pero seguro que es algo procedente de los Dioses —susurré y percibí que mi madre estaba absorta, con la mirada fija en Alexandre y a punto de caérsele la baba al suelo.

Pues si que le ha causado buena impresión a la mujer... ni con Bohdan se quedó así de pasmada.

—Quien tuviera treinta años menos —soltó hasta con las eses incluidas y todo y tuve que llevarme la mano a la boca para evitar una carcajada en toda regla.

¡Que me quiere robar el marido y tó!

Ver para creer

Pero viendo semejante perfección personificada, hasta a mi abuela se le caerían las bragas.

—Disculpen la tardanza, me habría gustado venir con antelación pero me ha resultado imposible —habló finalmente Alexandre en un perfecto castellano.

—¡Y encima habla españó, si lo tiene tó! «¡Y encima habla español, si lo tiene todo!» —dijo mamá en voz baja pero le entendí a la perfección.

—¿Disculpe? —preguntó Alexandre en tono amable dirigiéndose hacia mi madre que se quedó muda y embelesada mirándole.

—Papá, mamá, este es Alexandre Leopold I, rey de Bélgica y mi marido, aunque le visteis en la boda de Celeste y Bohdan quizá no le recordéis —intervine tratando de amenizar la conmoción de mi madre.

—¡Oh yo soy Efigenia, la madre!, ¡Déjame desirte que por foto ere guapo, pero en persona ere mucho, mucho, pero que mucho má guapo aún! —Abrí los ojos estupefacta y esperé la reacción de Alexandre que sonrió amablemente.

—Es todo un halago viniendo de la madre de mi esposa. Es un placer conocerla señora Efigenia. Siempre he considerado a Adriana especialmente bella, ahora entiendo de donde procede su belleza —soltó y escuché el gritito de placer de mamá.

Buah, prepárate Celeste porque mamá ya tiene yerno favorito.

Papá se acercó para darle la mano y saludarle, a lo que Alexandre agradeció con un gesto que me enterneció por completo.

—Déjenme decirle que poseen unas hijas encantadoras y se lo deben a ustedes, no podrían ser de otro modo si no fueran unos padres excelentes.

¿Se había estudiado el discurso o le salía de forma natural?

Cuando tomamos asiento en el comedor, intuí que nadie más vendría y de no ser por la falta de Eloise y David habría creído que solo era una ofensa, pero Alexandre mencionó que les presentaría al resto de su familia en la cena. Había deseado aprovechar el almuerzo para tratar con mis padres de una forma más cercana sin intervenciones ajenas y eso me demostró que realmente deseaba conocerles ademas de causarles una buena impresión.

¿Por qué si yo me marcharía en apenas cuatro meses?, ¿Para qué tomarse tantas molestias? Tal vez él era así, no importaba la situación, Alexandre tenía aquella forma de ser por principios, no había más que ver como había sido su comportamiento conmigo desde el principio.

Definitivamente es perfecto. Es jodidamente perfecto.

 Es jodidamente perfecto

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De Plebeya a Reina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora