© heather ↬ park jimin

06: Signos y misterios.

Eunji:

Tomé mi chaqueta sin imaginarme que pasaría después, y con las zapatillas puestas comencé a correr a pesar de la garúa.

Estaba llorando y por la poca batería que mi tablet había tenido antes de apagarse supe que la medianoche se acercaba.

Las lágrimas comenzaban a caer y la lluvia parecía tornarse más y más furiosa. Tan furiosa como yo con mi padre.

Cuando sentí mis mejillas arder supe que en cualquier momento caería al suelo, con la mirada desorientada trataba de hallarle un sentido a todo lo que me sucedía.

Un pequeño humo de cigarrillo me desorientó por completo. Según yo había corrido muchos kilómetros pero con lo cansada que me encontraba apenas había logrado cruzar la autopista del barrio.

Park estaba sentado en la vereda con un cigarrillo entre los dedos. Traté de no hacerme notar y me sequé las lágrimas.

— ¿Eunji? —no pude ni cruzar, ni siquiera tratar de regresar a casa ya que se suponía era demasiado tarde para salir.

— Hola. —dije sin mirarlo.

— Es la primera vez que te veo sin uniforme. Luces mucho más alta que de costumbre.

Subí la mirada y lo vi totalmente serio, pero mantenía la misma dulzura de siempre.

— ¿Se puede saber que haces aquí tan tarde? Es muy peligroso andar por aquí de noche, y más en este barrio que no es digno de fiar. —viré los ojos por lo bajo y traté de sonreír.

— Solamente quería caminar, ya sabes el estrés de la secundaria a veces me causa insomnio. ¿Y tú? No sabía que fumabas.

— El estrés me tiene un poco alterado, comencé el año pasado y es algo que ya no puedo controlar.

— Osea que es un vicio. —respondo.

— Por así decirlo. Pero descuida no llega a ser algo de lo que despenda todo el tiempo.

— ¿Puedo probar? —dije.

— Por supuesto que no. No te ayudaría a entrar en algo que te va a matar lentamente.

— Pero dicen que no daña si lo sabes controlar.

— Tarde o temprano dependerás de ello. Y no quiero ser yo el que te ayudó a este vicio que nada bueno traerá a tu vida.

Bufé y miré al suelo, no podía enojarme después de todo él tenía razón al respecto.

— Es mejor que vayas a tu casa, probablemente a tu padre le disguste la idea de que andes sola a estas horas, y más si te ve con un muchacho como yo.

Asentí y caminé lentamente pero él se adelantó y tiró el cigarro al suelo y lo pisó.

— Te acompaño. —propuso. Yo no dije nada solo me mantuve callada pensando en todo lo que habría hecho de no ser por encontrarme a Jimin en la calle.

Cuando llegamos a mi puerta solamente me quedé parada, él me regaló una sonrisa y volteó despidiéndose con la mano derecha.

— ¡Eh! Espera… —susurré yendo detrás de él y tomándole el hombro para impedir su huida. —Ni una palabra de esto por favor.

Él rió mostrando los dientes y asintió.

INCÓMODA. ASÍ ESTABA.

Al día siguiente ni siquiera pude verle a la cara, el lucía completamente diferente a aquel Jimin con el cigarrillo en la mano.

— Parece que me has estado evitando. Jeon y yo te hemos buscado por todo el receso.

— Estaba ocupada. —dije.

— ¿Puedo preguntarte algo?

Apenas estaba recogiendo mis cosas del salón, y él ya estaba esperándome en la puerta como si fuéramos… algo…

— Que sea rápido, tengo que ir a casa antes de que llegue mi padre.

— ¿Estás evitandome? ¿Es por lo del cigarrillo? Si me lo pides puedo-

— No, no, no, no, no es eso. —lo interrumpí.

— ¿Entonces? ¿Quieres distancia?

— Eres demasiado intenso, ¿de que signo eres? —eso pareció sacarlo de sus casillas, estoy segura de que esa pregunta no se la esperaba.

— Ehhh… libra, pero eso no va al tema.

— Eres de libra, me parece algo interesante.

— Estás evitándome.

— Estoy sacando tema de conversación, algo que usted no hace mucho al parecer.

— Literalmente soy el único que habla cada vez que vamos juntos a casa.

— Ese no es el punto, yo inicio las conversaciones y tú las sigues como un loro.

— No es mi culpa que usted se coma la lengua cada vez que alguien se le acerque.

— Ese no es el punto, otra vez no acertaste.

— ¿Entonces? ¿Es porque no te caigo bien?

— Me caes de maravilla, por favor cállate.

— A veces eres mala. —ambos reímos despacio y comenzamos a caminar juntos por el pasillo.

— Y dígame señorita de los horóscopos. ¿De qué signo es usted?

— Eso no importa.

— Se supone estábamos teniendo una conversación, mmm déjeme adivinar. ¿Escorpio?

— Son lindos pero no. —vi la cara de decepción de Park y por dentro me reí, me centré en cerrar bien mi casillero y salir de la escuela mirando hacia todos lados para no ser arrollada por ningún auto.

— Creo que me tomará toda la tarde adivinar tu signo. Si al menos me dijeras tu fecha de cumpleaños trataría de adivinar.

— No tienes porqué saberlo, no es importante ya te lo dije.

— Mira, por ejemplo yo soy del trece de octubre. Jeon es del primero de septiembre, probablemente ustedes sean compatibles.

— ¿Jeon es virgo? —sonreí entusiasmada.

— Todo el mundo odia a los virgos. —responde Park sacando una tarjeta del bus.

— No son taaaaan malos como aparentan ser, en el fondo pueden llegar a ser un ser lleno de amor.

— Solo lo dices porque es Jeon.

CÓMO SABE —pensé sorprendida.

Me quedé estática en la parada del bus.

— Hoy yo pago por ambos, te he quitado tiempo y debes llegar rápido al parecer.

Su sonrisa me hizo confiar y subí al bus cuando este llegó.

Me dejó subirme a la ventana y él se sentó en el asiento de atrás.

Como todo iba callado pude escuchar una música a lo bajo, era él que se había colocado unos audífonos y a todo volumen escuchaba una canción.

— ¿Escucha a Nirvana? —pensé cabizbaja.

Había recordado lo que Jeon me había dicho, que él y Jimin tenían ciertos desacuerdos a la hora de poner música.

No sabía que Jimin y yo podíamos ser tan iguales. Bueno en algo.

Yo también me coloqué los audífonos y sin mirarlo más comencé a escuchar una canción al azar.

Cuando el bus se detuvo en nuestra parada ambos bajamos y nos despedimos con una sonrisa.

Sentía que conocía a Jimin, pero no quería ser su amiga. Al menos no por ahora.

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no se olviden de que las tqm mucho, tomen awita y duerman a sus horas.

gracias 💗

—𝚝𝚊𝚎𝚖𝚒