18: Kakaotalk.

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Eunji:

— Daría mi vida por él.

Me sorprendía la madurez de Jimin, si Jungkook me dijera que esperaría por otra mujer e inclusive daría su vida por ella, yo ya estaría llorando mares.

— Entonces realmente lo amas mucho. —me sonríe. — Es lindo tener un amor adolescente, estamos en la edad en la que nos enamoramos de todo y todos.

Tenía la certeza de que en su vida pasada fue un anciano, ese al que todos corrían a platicar con él cuando se sentían mal.

— ¿No te incomoda que te pregunte no? —me pregunta buscando el ticket de pago al escuchar su nombre por el pedido.

Negué a su interrogante y me sonrió.

— Soy curioso, eso es todo. —me guiña el ojo y dice: — Ve a traer a las niñas, el pedido ya está listo.

Asentí obediente y las llevé a lavarse las manos al baño. Cuando salimos Jimin estaba ordenando la mesa.

Las pequeñas tomaron todo lo que quisieron y pudieron, todo estaba a sumercé.

Apenas podía creer que estaba comiendo con alguien, si papá se enteraba terminaba por matarme lo más pronto posible.

Vivía con ese pánico. Había descubierto un nuevo trauma ese día. Miraba por todos lados tratando de ver que nadie que conozco o me conoce estaba cerca.

Jimin terminó por darse cuenta y me dijo: —Si no te sientes cómoda podemos irnos ya.

Negué. Mis miedos no tenían por qué afectar la mini salida que estábamos teniendo.

Miré a la ventana y me quedé un largo rato disociada. Era típico de mi y casi siempre la gente se asustaba cuando sucedía.

Sony y Yoora habían terminado pronto, agradecieron por la comida y pidieron ir a sus respectivas casas a tomar la siesta.

Ambos asentimos y tomamos a nuestras hermanas para salir de la tienda.

Por ratos creía ver el carro de papá, pero recordaba que no teníamos uno desde hace años. Por ratos veía su silueta, pero eran maniquíes. Ese maldito hombre me había generado un miedo tan inmenso que no podía disfrutar de simplemente salir a tomar aire con un amigo.

Y es que eso era lo que más me aterraba. Saber que podía hacerle daño a Jimin o a cualquier muchacho que siquiera respirara en frente mío. Me aterraba completamente.

Me sentía un prófugo de la cárcel.

Agradecí a Jimin por la comida, indicando que para la próxima yo invitaría. Él me sonrió y Yoora se despidió de nosotras con la mano.

Hasta eso Sony ya se había dormido por lo que estaba en mis brazos. Me despedí una vez más y entré al departamento.

A duras penas hice que Eunji se cepillara los dientes junto conmigo e hice que duerma en su cama.

Nadie merecía esto. Yo solamente quería disfrutar de salir a comer sin miedo a lo que pueda pasarme o pasarle al resto.

La ira que sentía se transformó en pequeñas lágrimas. El nudo en la garganta me comenzaba a doler por lo que fui a tomar un vaso de agua.

Recordé el mensaje de Jungkook hace rato.

Eran ya las tres y media cuando escuché las llaves, mamá y abuelita habían llegado a casa cansadas.

Para eso yo ya me había servido un plato de comida y estaba atenta a la tablet mientras comía.

Abuelita detestaba eso.

© heather ↬ park jiminWhere stories live. Discover now