50: Excusas y citas.

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Eun Ji:

Miré a mi alrededor, la habitación de Jungkook seguía siendo la de un niño pequeño que coleccionaba muñecos de Marvel por todos lados.

— Me iré a duchar. —me dice él al terminar.

No me dejó ni asentir porque ya había abandonado la cama.

Me sentía ridículamente sola otra vez.

Me tapé con las sábanas por un tiempo hasta que él saliera para poder ducharme después e ir a casa.

Miré mi uniforme tirado en el suelo, junto al de Jungkook.

Recordé lo de hace dos días, con respecto al beso que le había dado a Jimin.

— Mierda Eun Ji, tienes que estar borracha para recién darte cuenta de que te gusta más que nadie. —sentenció mi mente al momento de tomar mi teléfono y ver la hora.

Probablemente mamá me regañaría otra vez.

Ya no me importaba nada de eso, pero tampoco me gustaba hacerla sufrir por mi espera.

Casi al instante en que Jungkook salió del baño yo ingresé, rápidamente me duché y sin decir más salí de su habitación.

— Cuídate. —me habría dicho sentado en su escritorio, escribiendo en una laptop un word, seguramente era tarea.

A veces me preguntaba porqué seguía acostándome con él si al final de cuentas me trataba igual.

Hacíamos cosas de pareja; ¿no podía al menos fingir un poco para no dañarme?

Siempre se excusaba con que yo había aceptado ser su amante, que no podía reclamarle un amor que sólo le pertenecía a Hyolin.

Definitivamente yo era la otra mujer, pero quería sentirme querida por él aunque sea una sola vez, no me importaba si fuera real o no.

Corrí cuanto mis piernas lo permitieron, y tomé el bus sin esperar nada.

Inclusive al inicio de todo esto caminaba lento con la esperanza de que fuera detrás de mí a al menos robarme un beso o desearme las buenas noches.

.

Suspiré dos veces pensando en una sensata excusa para mamá. Eran cerca de las nueve de la noche. ¿Otra vez estaría en la biblioteca con Hyolin?

Metí mis llaves sin imaginar que mamá se adelantaría y me abriría la puerta.

— Buenas noches señorita. —me habría dicho sin cariño. Se había vuelto costumbre hablarme brusco, no existía más una madre cariñosa y eso me hacía desear a veces no llegar más a casa.

— Buenas noches. —dije queriendo entrar.

— ¿Otra vez en la biblioteca hasta tarde? —me habría preguntado deteniendo mi trance y parándose al medio de la entrada.

— Sí, ya sabes, estaba con Hyolin.

Tragué saliva pesadamente al ver su cara.

— Qué curioso. Si estaban juntas; ¿por qué ella llegó primero que tú?

Maldita sea.

Mamá se había salido del camino y ahí estaba Hyolin en la sala, coloreando entretenida junto a Sony.

Mamá me sacó y cerró la puerta detrás de ella.

— ¿En dónde estuviste Yoo Eun Ji? —pregunta tocando mis hombros y queriéndome ver a los ojos para asegurarse de no recibir alguna mentira como respuesta. — Tienes el uniforme mojado… Eun; ¿te duchaste?

© heather ↬ park jiminWhere stories live. Discover now