6

14.8K 1.9K 1.5K
                                    

1982

Jungkook jugaba con Otis mientras tomaba la oportunidad de darle comida a todas sus niñas. Con una cubeta de fierro en mano, tiraba maíz con un sonido en sus labios para que todas se juntaran a tener su festín.

Su sombrero de paja típico le acompañaba y ciertamente ese día se sentía con un poco más de energía. Tenía su tobillo mejor y su pequeña herida del dedo parecía haber cicatrizado perfectamente.

La mañana había pasado un poco aburrida, pues Jimin había ido a un partido de caballos con su familia entera y su abuela había decidido ir a la casa de otra de sus vecinas con su abuelo.

Su padre y madre estaban dentro de casa haciendo cosas de padres y él...solo existía. Muy, muy aburrido. Solo estaba rodeado de gallinas que le picaban las pantorrillas y lo querían únicamente para darles de comer.

No fue así hasta que vio acercarse a él de manera elegante y fina al hombre que había ocupado sus pensamientos durante todos esos días.

—Jeon Jungkook.

Y juró que su estómago temblaba con miles de aves picoteando dentro.

Se levantó rápido dejando a Otis en el piso y se acercó con sus botas llenas de lodo hacia la cerca de madera que los separaba.

—Señor Kim. Hola, hola —sonrió torpe llegando hacia él. Unos blanquecinos frontales se divisaba en la cara del hombre al ver cómo es que podía ser tan sumiso ante él.

—Debo ir al pueblo a dejar algunos papeles al hospital, ¿gustas ir conmigo?

—¿Y-yo? —exclamó de repente sonriendo un poco más grande y emocionado. Normalmente nunca iba al pueblo a menos que fuera algo urgente como chequeos médicos o trabajo de su padre, siempre le emocionaba el camino que debía hacer para llegar.

—No veo a nadie más aquí —por obviedad miró a su alrededor.

—Digo...digo sí. ¡Quiero! Le avisaré a mis papás que no estaré. Espéreme, por favor.

Y salió corriendo con dificultad por sus botas aún así logrando llegar hacia el living de la casa. Avisó a sus padres, estos solo le dijeron que sí sin mucha importancia porque después de todo aquello les beneficiaba.

El hecho de tener relación con el único médico del sector no podía ser más grato.

Corrió para cambiarse las botas sucias por su único par de zapatillas desgastadas, dejó su sombrero de paja colgado en un clavo y bajó de par en par la pequeña escalera para llegar hacia el exterior de la casa. Divisó a lo lejos al señor Kim recargado el auto fuera de su mansión.

El hombre jugaba con una flor entre sus dedos.

Oh.

Su corazón saltó.

Corrió cerrando sin mucho esfuerzo la reja de madera para llegar a él algo torpe con sus pies enredándose entre sí.

Jungkook llegó a su lado, no sabiendo bien qué hacer y...

La sangre de todo su cuerpo subió a sus orejas cuando Taehyung le tendió la pequeña flor que tenía entre sus manos, sin decir ninguna palabra más que alzar sus cejas para indicarle que la tomara, cosa que Jungkook no dudó en hacer.

—Adelante —por cortesía abrió la puerta del copiloto para subir hacia lo que era el lujoso auto de generación.

Con las mejillas rosadas miró a su alrededor. Era maravilloso cómo es que podía verse todo tan limpio allí dentro, el espacio que existía para estirar sus pies por completo y el olor a eucalipto y mentolado desprendiéndose de unos pequeños aparatos colgados. Ni siquiera era comparado al auto de su hyung Hoseok. Ese llevaba mucho polvo y una radio echa trizas.

Granger → taekook (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora