Granger → taekook (TERMINADA)

22

1982

Namjoon dejó su firma en el blanco y liso papel que yacía en la mesa gruesa de madera. Dejó el lápiz con suavidad a un lado y suspiró profundo, dejándose caer por completo hacia atrás en la silla de cuero que tenía desde años atrás. 

—Ya está —dijo, mirando con determinación al castaño—, faltas tú. 

Taehyung sintió su corazón acelerarse, pero lo ignoró. Habían situaciones que podían causarle taquicardia más que aquella en específico, no le daría el gusto a su sistema nervioso. Tomó el mismo lápiz y la pasta negra se dejó ver en la línea indicada, dejó plasmada con tinta su firma, de forma clara y concisa. 

Era libre. 

Sintió un peso caerse de encima e irse lejos de él. Pronto, sintió la respiración más clara, limpia y su pecho airearse, casi como si hubiese dado una calada por primera vez de aire sin contaminación. Moría por salir corriendo de allí con una gran sonrisa, más mantuvo su compostura hasta el final. 

—Bien —el abogado que tuvo a cargo tomó las dos hojas ya firmadas por ambos y les miró con una pequeña sonrisa en los labios, pudiendo saborear la victoria del caso. Aquello le traería buen dinero del doctor Kim—. Podemos dar este tema como finalizado parcialmente. Señor Kim, se encuentra oficialmente divorciado con una indemnización de veinte meses. Por lo demás, también tiene una indemnización hacia el hospital por el retiro de fondos hurtado, aquello se devolverá completo, sin cuotas y con intereses—casi podía hablar con una sonrisa en el rostro. Lo sentía.

Taehyung mordió su lengua y se mantuvo serio en todo momento, su rostro nunca mostró una sonrisa, más bien era una linea en sus labios.

 Agradeció eternamente al abogado del caso por toda su disposición y participación, prometiendo ir algún día por una bebida, más salió del lugar lo más rápido que pudo con las manos en su bolsillo. 

Aquel día iba más casual, podía decir que nunca en su vida se había vestido de aquella manera. Una camisa blanca desabotonada solo un poco al cuello, unos jeans desgastados y zapatillas bajas. Definitivamente podía ser confundido con cualquier adolescente que caminaba por allí. 

—Bien, entonces...esto termina aquí —Namjoon volteó a él subiendo sus lentes. Él llevaba un maletín a su lado, viéndose profesional y prolijo al lado de Taehyung—. Lo siento, Tae. Lo he dicho muchas veces, pero siento que nunca fueron las necesarias. Lo sabes.

—Yah, Namjoon. Dejémoslo aquí. Terminó el infierno al fin, esto quedó en el pasado, te lo he dicho varias veces. Puedo descansar porque sé que ambos están en la cárcel, quizás...era lo mejor —bajó su tono de voz, sabiendo que hablar de más quizás le haría llorar en cualquier momento—, quizá era una señal, no lo sé. Lo único que tengo seguro es que no siento ningún tipo de arrepentimiento por todo lo que hemos hecho, lo merecía. Ella...ella lo merecía —inevitablemente, sentía un poco de tristeza. 

La mujer quien creía amar se había extinguido al parecer, para siempre. Al menos para él.

—Las cosas son para mejor, Tae. Piénsalo así —palmeó su hombro con un apretón suave, más que aquello no podía brindarle—. ¿Irás a casa? Te invitaría a tomar algo pero debo volver al hospital ahora —miró la hora en su pequeño reloj de bolsillo. 

—No, no. Ve, tengo otros asuntos —un brillo en sus ojos inigualables apareció. Aquellos destellos no podían pasar desapercibidos en absoluto. Namjoon lo vio y solo tragó las palabras que su boca quería decir. 

—Está bien entonces, nos vemos. Recuerda, aquí estoy si quieres hablar. 

Taehyung asintió, haciendo que su cabello se moviera un poco más y con un apretón de manos se alejó de Namjoon, quien lo observó curioso con una ceja alzada.