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1982 

—Te escuché muy temprano, hijo. ¿Te dolía algo?

La mujer comentó mientras tiraba el maíz y trigo a una cubeta para alimentar a sus gallinas. Jungkook tomó la botella de leche fresca mientras vertía un poco en su vaso. Sonrió con sus labios sellados porque él amaba la leche en las mañanas, lo ponía de buen humor. Le quedó un pequeño bigote de blanco encima de sus labios. Su madre lo vio riéndose y quitándolo con cuidado.

—Me despertó el vecino, con música. Pensé que estaban intentando robar pero solo fue eso.

—¡Oh!—lo tomó por los hombros, arreglando su jardinera—. Que extraño. Creo que se mudó el hijo del doctor Kim, es lo que le escuché a tu abuela, ella sabe más que yo. Debió haber sido él—rio, sorprendida de haber olvidado algo tan importante como eso.

Jungkook asintió. Así que él era el hijo del doctor del campo. Se veía muy joven, demasiado, aunque solo pudo observarlo a la distancia por lo que quizás aún estaba medio dormido y somnoliento.

—Má, ¿qué edad crees que tenga?—dijo curioso, dejando el vaso ya vacío en la mesa con imágenes de la madrugada en su mente.

La mujer hizo unos cálculos rápidos con sus dedos mientras soltaba algunos murmullos poco entendibles e iba de vuelta a la cubeta.

—Cuando tú naciste él tenía cuatro o cinco años—dijo más para ella que para su hijo, haciendo memoria—, así que debe tener unos veintiséis o veintisiete. 

Jungkook formó una perfecta ''o'' con sus labios. Asintió. Él se veía joven y efectivamente lo era.

—Ahora que lo dices, quería invitarlo. Nos conviene también, así nos compra a nosotros los productos y no a los Park.

—¡Mamá!—Jungkook se volteó a ella para enfrentarla, ella lo miró con un respingo—. No digas eso, la madre de Jimin es muy buena con nosotros.

—Lo sé, Jungkook. Pero debes abrir un poco más los ojos y no ser ingenuo, dinero es dinero. Es preferible que llegue aquí que allá, nos beneficia, además...—dejó la cubeta llena en las manos de su hijo—. Es conveniente llevarnos con él, ante todo, nos ayudará con la salud. Yo estoy envejeciendo rápido y tú vives con heridas. 

El azabache asintió y le dio la razón, porque era su madre y la tenía. Quizás era ingenuo, pero no le gustaba hablar mal de los Park, porque él solía ir mucho a su casa y comer ahí comida demasiado buena, incluso viceversa. Encontraba un poco hipócrita que todo se manejara así, pero no podía hacer mucho para cambiarlo, es como el mundo estaba hecho.

Su madre se despidió de él indicándole que iría donde la abuela a pasar la tarde, lo que significaba que debía atender solo si alguien quería comprarles algo, así que solo asintió diciéndole que le trajera más higos del árbol para que pudiera comer en la noche.

Con la cubeta en su pecho salió al granero para abrirle el paso a las gallinas. Les dio todo el maíz volteándolo, buscando a Otis. No estaba, como si fuera sorpresa. 

Bufó, porque se había escapado de nuevo y si caía por error a las garras de su madre ella lo cocinaría. Lo sabía. Eso había ocurrido anteriormente con su cerdito y algunos conejos que crio de niño, esta vez Otis había tenido mucha, mucha suerte.

—¡Vengan, vengan! Aliméntense, niñas. Crezcan fuertes para que arranquen de mamá y huyan muy lejos como me gustaría hacerlo—Jungkook se puso de cuclillas mientras tomaba maíz en su puño y se los dejaba en el suelo, sintiendo cosquillas por las plumas.

Si había algo que amaba era el poder alimentar a sus hijitos, como él solía llamarle a los animales del criadero. Era un poco cómico, porque eran todos comprados por sus padres, pero era él quien los cuidaba todos los días, les alimentaba, les daba agua y limpiaba sus lugares de dormir.

Granger → taekook (TERMINADA)حيث تعيش القصص. اكتشف الآن