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1982 

El sudor se hizo presente de forma leve cuando ya tenía un buen tiempo de recorrer todo el edificio. El dorso de su mano pasó encima de su frente quitando un poco de este. Sus manos cayeron hacia sus rodillas, flexionándose de forma leve.

Ya eran veinte minutos según su reloj.

Veinte minutos en los que Jungkook parecía haberse esfumado de la interfaz de la tierra y aquello había comenzado a darle un poco de miedo. Miró por última vez el ascensor, no había nadie allí tampoco. Era la quinta vez que pasaba por el lugar luego de perderle el rastro y claro que eso ocurriría. El muchacho era seis veces más veloz que él. 

Tomó una bocanada de aire dirigiéndose a la oficina de Namjoon. Iba a pedirle ayuda para revisar las cámaras, no tenía otra opción más que esa. Así al menos, tendría un indicio de dónde podía estar.

Mientras caminaba al destino solo podía pensar en las palabras dichas por Suk. Un gusto amargo se instaló en su boca tan solo recordar el momento reciente. Él amaba a su esposa, pero no justificaba aquello por ningún lado.

No justificaba aquellas palabras crudas, dichas tan fácilmente. ¿Había olvidado la empatía acaso?

Mientras caminaba rápido hacia la segunda planta observó a lo lejos el área de juegos para niños. Allí había una tv pequeña, algunas alfombras para sentarse a jugar. De paso, juguetes. 

Se rió de sí mismo al pensar que podría estar allí. 

Se aferró a lo último.

Caminó hasta lo que era el área. Olía a dulces y estaba cálido. Se adentró observando la sala vacía y se reprendió por siquiera pensar que él podría estar ahí. 

Antes de salir por completo escuchó un sorbeteo de nariz, casi a la lejanía.  Se detuvo. No supo la razón, pero retrocedió su marcha. 

—Jungkook...

Volvió a entrar al área de niños recorriendo el perímetro con su mirada, atento. Recorrió hasta el rincón más escondido de la sala y bingo. Estaba allí.

Sus manos sujetaban sus piernas mientras parecía ser un pequeño ovillo en la esquina de la sala con bolsas de compras a su lado. Su cabeza caía entre sus propios brazos, no podía ver su rostro pero por el tipo de respiración; sabía que lloraba. 

—Eres bueno jugando escondidas. ¿Lo sabías? —se sentó frente a él en el piso. Frunció sus labios al no tener respuesta— . Me preocupé mucho por ti, pensé que no te encontraría. Iba a revisar las cámaras.

Poco a poco, Jungkook elevó su mirada. Sus ojos grandes estaban más brillantes que nunca debido a lo obvio, había llorado. Su lagrimal seguía derramando gotas que se perdían en sus mejillas, su nariz roja y un puchero en sus labios. 

—¿Por qué huiste? 

—Ella...ella me dijo algo feo. Yo solo molestaba y-y me asusté un poco —habló suave, como si viviera el momento una y otra vez—. Lo estaba molestando a usted también y no quería ser un estorbo pero lo que ella dijo me-...no lo sé. Perdone. 

Taehyung negó rápido con su cabeza. Inconscientemente posicionó una de sus manos sobre la de Jungkook. Sintió una corriente ante el tacto que culpó de ser la electricidad de la alfombra bajo ellos.

 —Ella no mide sus palabras. Sé que fue dura contigo, pero estaba un poco enfadada. No quiso decir realmente eso —se excusó, mintiendo. Él sabía de por sí que su esposa había dicho aquello con intención de alejarlo, sin saber quién era. Pero no era tan cruel como para decírselo—. Cuando a veces nos enojamos decimos cosas que no queremos.

Granger → taekook (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora