19

11K 1.4K 353
                                    

1982 

Los labios de Jungkook tarareaban una canción sin mayor importancia mientras tiraba con mucho cuidado a su canasto las rojas y lindas frutas de su pequeña huerta. Era de él, su propia cosecha. 

Esta era muy pequeña -a comparación de la huerta Jeon-, como solía ser llamada. Era utilizada para venderle a grandes negocios en la ciudad, gente de la zona y también a pequeños emprendimientos. Esto venía desde generaciones pasadas. 

Jungkook tenía desde muy pequeño su propio espacio donde cultivaba algunas frutas que usaba muchas de las veces para realizar mermeladas o simplemente para él mismo. Esta había sido cuidada con mucho esfuerzo. Aquellos años atrás el rogó e imploró a sus padres tener un poco de tierra para poder sembrar, como buen hijo único ellos aceptaron. Siempre fue cuidadoso, procuraba de regar, mantener limpio y fresco el lugar. 

Es por eso que con un canturreo recogía las fresas, muy grandes y bonitas que habían allí. Su esfuerzo.

—Me pregunto si le gusta la mermelada o el batido de fresa —susurraba para sí mismo, escogiendo las más sanas y maduras. Su idea es que fuesen perfectas—. Mh, tiene cara de que le gusta el batido....—sacó otra más, dejándola en el canasto colgado a su brazo—...con leche. Sí, fresas y leche.

Estaba muy emocionado.

Si bien no había visto al doctor hace ya un par de días, creía que era solo por su muy ocupado trabajo. Cosas de doctores. 

Es por eso que no se había molestado en ir a tocar su puerta ni tampoco a preguntar por él. No era tan bobo, sabía que ese trabajo realmente demandaba gran parte del tiempo de su día, mucho más el cargo que poseía. Kim era dueño de un área entera de un hospital muy concurrida y céntrica, su tiempo era acotado. 

Solo había dejado pasar los días, ciertamente estaba siendo un martirio. Sus dedos casi 

Aquella mañana se levantó muy temprano, decidido de manera absoluta que haría algo especial. Debatió consigo mismo entre galletas o algún pastel. A decir verdad, era pésimo cocinando, sin embargo, quería intentarlo. Él daría lo mejor

Descartó la idea cuando supo que mucho dulce podía hostigar al doctor. Se veía como una persona que mantenía su línea muy cuidada y para nada amante de los sabores hostigantes. A él le gustaba mucho, dudaba que al doctor también. 

Con saltos corrió hacia su cocina, buscando el implemento para poder moler las fresas. Dejó el canasto encima de la pequeña encimera y tomó una botella en las que solían guardar leche. Tomó una por una lavándola bien, así se prevenía algún dolor de estómago. 

Más tarde, comenzó a molerlas en una pequeña fuente dándole a penas una cucharada de azúcar encima a todas las fresas. Su cabello caía encima de su frente, debía cortarlo, los pequeños rizos comenzaban a formarse y aquello le molestaba por el calor que había en la zona. Ya le diría a Hoseok que se ocupara de su imagen. 

—Kook —su padre entró, causándole una impresión. Suspiró y dejó de lado su labor limpiando sus manos torpemente en su ropa. 

Jeon padre se sentó en una de las sillas que poseía la cocina mientras sacaba su sombrero para tirarse aire. El hombre estaba sudado y con su rostro rojo por completo.

—¿Estaban los sacos en el galpón? —preguntó mientras cogía un vaso y le vertía agua de la llave para dárselo a su padre, debido al calor. 

—Sí. Terminamos de subir todo a la camioneta —asintió recibiendo el vaso de agua tendido por Jungkook, tomó un sorbo—. Me preguntaron por ti, dije que ibas a trabajar con el doctor y por eso habías faltado, pero hoy no vi al hombre. Debiste haber ido con nosotros, nos hizo falta una mano.

Granger → taekook (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora