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1982

Terminó de dar su última sonrisa cuadrada a una señora regordeta, la cual no conocía para nada. Ajustó un poco el cinturón de su traje y le agradeció con un apretón de manos, finalmente retirándose del cementerio con Suk a su lado.

Fueron horas y horas en donde tuvo que escuchar condolencias de personas a las cuales no conocía, muchas interesadas en la herencia y otros solo eran curiosos que no tenían idea de quién era aquel entierro tan lujoso, pero se acercaban de todas maneras.

Por último tomó su auto para marcharse con su esposa a un lado. Esta fumaba un cigarrillo en un elegante vestido negro, confeccionado por ella misma. Miraba por la ventana y tiraba las cenizas en el cenicero, sin decir ninguna palabra por un largo tiempo.

—Lo estuve pensando—comentó ella, rompiendo el silencio.

Taehyung dejó su vista fija en la carretera, camino hacia el gran hospital. Él sabía lo que venía, la conocía como la palma de su mano.

—Fue egoísta pensar mal de ti. Si quieres ir y dar servicios rurales, te apoyo—suspiró ante lo último—. Iré los fines de semana, a menos que tenga desfiles muy importantes, no puedo faltar. Después de todo solo serán meses, ¿no es así?—miró el perfil de su marido, quien iba concentrado en la pista.

—Sí, un par de meses—confirmó en ese momento, para voltearse hacia ella unos segundos—. Esa es mi mujer.

La mujer sonrió, consentida por el comentario. 

Poco después Taehyung había estacionado en el hospital dejando a Suk dentro del auto, él solo dejaría un par de papeles confirmando su licencia y se marcharía otra vez. 

Entró recibiendo miradas de mucha gente, la mayoría curiosa. La muerte del doctor Kim había impactado a la mayoría, pues él había sido quien fundó muchas de las áreas de aquel hospital, por consecuencia de ser hijo de alguien importante los ojos curiosos nunca abandonaban la incertidumbre y el querer leer lo que pasaba en la vida del muchacho. 

—Kim Taehyung.

—Kim Namjoon—respondió de vuelta, con el mismo tono.

El hombre frente suyo con lentes y bata blanca se acercó a él con mucho cuidado. Dejó a un lado las hojas que llevaba en su mano apartándolo hacia donde no hubiesen pacientes que los oyeran, la recepción.

—Supe lo que pasó. ¿El viejo te estaba dando esperanzas?

—Claro que sí—Taehyung ordenó su cabello castaño hacia atrás con un movimiento—. Sabes como es, le encanta crear esa chispa dentro de sus pacientes, lástima que me sé el juego de memoria.

—Te dije que no lo llevaras a ese hospital.

—Tenerlo aquí hubiese sido mucho peor, créeme. 

—¿Has llorado?—el joven con piel de canela examinó los ojos de Taehyung meticulosamente—. Te ves malditamente bien y vienes de un funeral que para el colmo era de tu padre, ¿acaso no lloraste?

—No me da el tiempo, Namjoon-ah. No puedo ir llorando por allí si tengo que mantener mi imagen—resopló, causando una negación en el contrario.

Pero eso solo era una carcasa.

Porque mierda, dolía.

Su corazón dolía por perder a su padre, ¿cómo no iba a hacerlo? Estaba quedando solo en el mundo y se preguntaba si era alguna especie de karma que estaba pagando por ser mala persona en su vida pasada.

—También eres humano, hombre. Sé que eres un médico rudo y vas por ahí siendo frío y calculador...y también un jefe de urgencias aterrador para los internos—agregó lo último, con una expresión graciosa—, pero fuera de eso eres una persona. Sé una, te hace falta.

Granger → taekook (TERMINADA)Where stories live. Discover now