Granger → taekook (TERMINADA)

40

1983 
Viaje a Suiza, día 1. 

El frío comenzaba a descender poco a poco en la ciudad, pero por ser las cinco de la mañana aquella no impedía que debiesen ir con más ropa de lo normal. Jungkook jugaba ansioso con una pulsera de hilo que llevaba en la espera de su novio metros más allá moviendo su pierna contra el piso.

Era increíble la manera en la que toda la gente iba y venía en el gran lugar. A pesar de que era espacioso e increíblemente amplio, sentía que era diminuto de alguna forma y que jamás pertenecería a un lugar así. No estaba acostumbrado y probablemente nunca lo haría por mucho que de allí en adelante le tocase emprender aventuras como esas.

En cambio, Taehyung parecía desenvolverse con naturalidad en aquel aeropuerto. A penas llegaron sabía en dónde se ubicaba la máquina de café para comprarle uno y tratar de amortiguar el frío que les calaba los huesos, arregló el papeleo él solo sin ayuda de nadie y le pidió que lo esperara para validar los boletos.

Diablos. Caía en cuenta que realmente le faltaba más mundo. Vivía en una burbuja.

—Todo listo. El vuelo es en dos horas —el castaño volvió a su lado dejándose caer en un asiento, su rostro se observaba un poco cansado por las horas de sueño precarias—. No hubo problema con la validación.

Jungkook asintió un poco avergonzado.

—Gracias, Tae.

—¿Pasa algo?

¿Cómo le conocía tan bien? Era increíble que con tan solo una mirada leyese algo dentro de él, no podía creer que fuese tan transparente.

—Eh...—suspiró— solo pensaba —balanceó sus pies mirándolos fijamente—. Pensaba en que todo esto a mi alrededor no es lo que acostumbro a ver. Incluso sigo sintiendo que el hospital es otro mundo. No estoy familiarizado. Si me dejaras solo, de seguro me pierdo —volvió su mirada hacia los ojos felinos que le miraban atento.

Sabía que podía hablar de cómo se sentía con él y nunca le reprocharía sus pensamientos. Por más idiota que fuese, lo iba a escuchar siempre. Taehyung nunca le miraba extraño por lo que pasaba en su cabeza.

—Siempre hay una primera vez para todo —le regaló una sonrisa pequeña—. Ninguna de estas personas sabía desde antes cómo hacer todo lo que están haciendo. Ni siquiera yo —se señaló a sí mismo—. La primera vez que viajé fue con papá. Me dejó esperando por él en un rincón y yo era un niño. Me fui a ver un puesto de juguetes y me perdió el rastro. Fue caótico porque nuestro vuelo salía en minutos. Mi error.

—¿Y qué pasó? —asombrado, abrió sus ojos aun más intrigado.

—Perdimos el vuelo por mi culpa —una risa juguetona escapó de sus labios.

—Ah...Tae —se quejó con un lloriqueo falso—. ¿Te encontraron mucho después?

—Algo así. Aparecí a las tres horas. No me arrepiento porque pude jugar gratis en una máquina arcade de último modelo. Fui muy feliz. Mi padre se volvió loco pero se alivió de encontrarme —observó sus manos al hablar, encontrando el anillo delgado que usaba todos los días.

El tiempo pasó más rápido de lo esperado, cuando menos se lo imaginaban se encontraban poniendo sus pies en un avión. Era la primera vez que Jungkook hacía algo como eso y era también la primera vez que hacía una locura de tal magnitud. Había calmado su mente mucho antes, por supuesto, tratando de no sobre pensar todo lo que iba a ocurrir. 

Su vida era distinta. Muy distinta a como era años atrás. 

No se hubiese imaginado nunca tomar un vuelo en su vida, pero lo estaba haciendo junto a Taehyung. Aferrado a su brazo sin ser tan obvio antes de que sintiese bajo sus pies que algo comenzaba a moverse y la azafata anunciara por altavoz cosas que no parecieron importantes más que sus nervios.