Granger → taekook (TERMINADA)

9

1982

La canción de Michael Jackson seguía sonando fuerte en su cabeza. Llevaba tarareando todo el camino que llevaba una y otra vez lo mismo con los ojos cerrados.

—Recuérdame nunca más salir con él —dijo Hoseok mientras ponía su cabeza en el vidrio, casi sin distinguir los árboles por la ventana debido a la oscuridad.

—No seas así —Jimin le regañó. Miró a Jungkook por el retrovisor. Estaba acostado en la parte trasera mientras jugaba con sus pies y decía un sinfín de cosas sin sentido alguno—. Jungkook siempre nos cuidaba a nosotros. Recuerda que la vez pasada casi metiste tu cabezota a un saco de cemento. 

—Objeción, era un saco de maíz.

—Lo que sea, pero fue él quien te ayudó. No creo que sea malo que disfrute también, es tan...reservado —suspiró por lo debajo—, tiene el derecho.

—Está bien, tienes razón. Solo que me asusté. Las personas pueden aprovecharse de él en ese estado en el que estaba. ¿Viste la cantidad de chicas que tenía alrededor? Puedo jurar que eran...cinco, o más. 

Jimin sonrió ladino.

—Aprendió a su padre.

—¿A su padre?

—A mí, idiota. Soy su maestro de romance.

—Claro que no, tú te enredas con la vecina. Eso no es de respetar.

—¡¿Y tú cómo sabes eso, chismoso?! —Jimin observó de paso que ya llegaban a la casa de Jungkook, la cual estaba antes que la suya.

—Yuna me lo dijo.

—Maldita lunática.

Aparcó fuera de la propiedad de los Jeon. Entre Hoseok y Jimin cargaron a Jungkook por pies y cabeza debido a que este parecía estar totalmente dormido y pesaba setenta kilos o más. Sus ojos permanecían cerrados y un leve ronquido se escuchaba de sus labios. 

—Apesta a trapero.

—Ugh, lo sé. Creo que se tomó hasta la orina de los perros. 

Con mucho cuidado de no hacer tantos ruidos entraron con dificultad por tener que abrir la reja de madera. La gallina de Jungkook llegó a picotearlos inmediatamente. 

—Vete, shu shu —Jimin la alejaba con un pie tratando de no tropezar con su amigo en brazos y causar daños graves. 

Tomaron la llave de repuesto y entraron con mucha precaución de no armar un escándalo gigante y asustador a los dos Jeon que dormían. Lograron llegar al cuarto de Jungkook, sacándole los zapatos y arropándolo de paso.

Este parecía solo ser un tronco. Se dejó y volvió a dormir.

La misión estaba cumplida. Ambos decidieron salir con la misma cautela con la que entraron y se dirigieron a la casa de Jimin. Hoseok pasaría la noche allí debido a que había bebido un poco. Jimin no le dejaría irse así, así que ambos emprendieron nuevamente su viaje en camioneta. 

En medio de su profundo sueño sintió un molesto piqueteo en su panza. Despertó asustado sin ninguna noción del tiempo, notando que estaba en su cuarto y muy calentito envuelto en sus sábanas, lo sabía porque olía a él y a...vómito.