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1982

Uh, sus manos sudaban quizás con un poco de exageración. Arañaba de forma pasiva sus palmas con las uñas, un poco ansioso mientras disimulaba que solo quería ir hacia el baño para encerrarse y no salir de ahí nunca más.

Ah, ese olor era tan típico. Un olor que conocía muy bien. De niño batallaba de forma constante con su salud -inclusive ahora-, por lo que no era desconocido, le recordaba años atrás.

Las personas iban y venían, parecían no tener un interés en mirar hacia su alrededor. Es decir, ¿estaba bien, no? Después de cuentas, todos estaban ocupados en su trabajo, todos tenían una rutina acelerada, por lo cual detenerse un segundo para apreciar algo, era pérdida. El tiempo volaba y era oro para estas personas. 

Dio un gran suspiro cuando vio la cabellera castaña aparecer. Estaba tan aliviado de hacerlo, sus pies no paraban de moverse en la misma posición. 

—Jungkook —le llamó, haciéndole una seña con la mano con intención que se acercara a donde estaba.

Jungkook atendió al llamado y se paró rápido, un poco torpe como de costumbre y miró sus pies calzados de los zapatos de charol negro (por supuesto, los que habían sido un regalo), una camisa blanca suelta y pantalones medianamente formales los cuales le había pedido prestado a su hyung. Bien, no estaba tan mal. 

—Ella es Sumin —le presentó a una atractiva chica con mirada atenta. Esta llevaba su cabello amarrado, un bonito uniforme azul marino y sonrisa brillante—, es enfermera de turno. Se encargará de comenzar con las clases de práctica. ¿Te parece bien si se conocen? 

El menor tragó asintiendo. 

—Estaré en mi oficina —avisó neutral, sus labios en una sola línea y mirada dura. Sin embargo, por dentro quería decirle a esa mirada nerviosa y perdida que todo estaría bien, no había por qué preocuparse, irían despacio, pero todo aquello debía ser oculto ante la vista de los demás—. Cualquier cosa, contáctenme. 

Se despidió y salió del campo de visión de Jungkook alejándose con su bata blanca, elegancia en su caminar, bordada con su nombre.

—Hola, Jungkook —la chica le saludó, haciendo que Jungkook se sonrojara un poco—. Ven, adelante, vamos al box. 

Entraron ambos hacia una sala de tamaño espacioso. En ella se observaba el escritorio, camilla, muchos insumos médicos y también figuras anatómicas pegadas hacia la pared. Estaba pintado de un blanco invierno y debido a que comenzaba a hacer frío, habían calefactores pequeños en la esquina. 

Olía a frutilla y eso le encantó. El olor.

—El doctor Kim ya te ha dicho mi nombre —dijo risueña, mientras tomaba un par de libretas y las acomodaba para luego sentarse en el otro lado del escritorio—, aún así, mi nombre es Sumin. Soy enfermera, trabajo hace siete años aquí —volvió a sonreír.

Oh, era muy linda. Se veía bastante joven.

—Me llamo Jungkook —dijo algo torpe, debatiendo consigo mismo mientras hacía una reverencia.

—Lo sé, el doctor me habló mucho de ti. Estarás en buenas manos, así que no te preocupes por eso. Siento que primero deberíamos conocernos mejor, darte a conocer mi metodología para que puedas ir adaptándote y hacerme saber si está bien. Tengo un certificado en docencia, más bien en docencia de enseñanza superior —se corrigió—. Así que, Jungkook, comencemos esto. 

 

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Granger → taekook (TERMINADA)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon