Extra 2: Libres.

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Jungkook sentía su corazón latir con fuerzas, este casi saliéndose de su pecho cuando veía a las familias a su alrededor reunirse con sus seres queridos, abrazándoles con desesperación, amor, tristeza y felicidad.

Se sentía pequeño entre medio de toda la gente, pero tenía a Jimin a su lado junto a Hoseok los cuales habían decidido acompañarlo en ese día tan importante para él. Le agradecía a sus mejores amigos el apoyo de estar con él en ese momento, si hubiese estado solo, de seguro habría llorado a penas puso un pie fuera del distrito observando a todas esas familias reuniéndose.

—No entiendo por qué no sale —murmuró mordiendo sus uñas, observando los rostros de todos los hombres que pasaban y ninguno era el que buscaba. 

—Hoy es el día donde todos se van luego de dos años, será difícil encontrarlo, quizás aún está haciendo papeleo allí dentro —le animó Jimin abrazándolo de medio lado sintiendo a Jungkook tiritar bajo él. 

Hoseok en cambio le ayudó a detectar el rostro entre tanta multitud sin tener demasiado éxito. 

Jungkook llevaba una bolsa de regalo en una de sus manos la cual apretaba contra su pecho. Dentro tenía un chocolate grande y una pequeña rosa color azul que había comprado antes de ir y si bien sabía que era poco, no había tenido tiempo de hacer algo más elaborado porque el trabajo le estaba consumiendo su tiempo por completo. Pero a él le gustaría. ¿No?

Hacía casi cinco meses que no veía a Taehyung. Había sido una eternidad. A penas y habían tenido comunicación para esa fecha y deseaba tener que recibirlo sano y salvo entre sus brazos ese mismo día. No sabía si tendría paciencia para aguantar un poco más.

Se elevó de puntas alargando su cuello lo más que pudo, tratando de ir más allá y oh...

Un rostro a la lejanía le sonó demasiado familiar. El guardia que estaba en la puerta le tomaba algunos datos mientras él asentía a lo que este le decía con una gran mochila en su hombro y con su uniforme verde puesto. Su cabello corto y una línea en sus labios acompañaban su rostro y cuando parecía que por fin había dado con quien buscaba, Jungkook se zafó de los brazos de su hyung para correr como si su vida dependiese de eso.

Corrió lo más rápido que sus piernas le permitieron para acortar esa distancia que parecía eterna. Quería que supiera que estaba ahí, él le esperaba, no estaba solo, ¡lo esperaba! ¡lo estaba esperando como prometió!

—¡Tae! —sacó su voz con fuerza, no sabiendo si le había escuchado por el bullicio del lugar, esquivando personas y familias recibiendo malas caras, pero no le importó para nada de eso.

Este parecía no escucharlo, porque parecía perdido, buscando a alguien y cuando ese alguien apareció en su campo de vista a unos cuantos metros volteó por completo su cuerpo afirmando la mochila en su espalda y formando una pequeña sonrisa en sus labios.

Jungkook se impulsó hacia delante, corriendo lo más rápido que sus pies le permitieron y de pronto se vio traicionado por su propio cuerpo enredándose entre sus pies sumado el esquivar a la multitud, cayendo en seco al piso. Pudo agarrarse tan solo del aire. Quedó tumbado en su estómago mientras las personas lo miraban horrorizadas al verlo botado tras la caída. Una señora se acercó de inmediato a auxiliarlo.

—¡Dios mío! ¿Estás bien? —la mujer bajó a la altura tratando de poner de pie a Jungkook quien se tornó colorado hasta casi reventar al sentir miradas sobre él por su torpe caída. Intentó ponerse de pie lo más rápido que pudo para no perder de vista a Taehyung pero...

—El regalo...no...—murmuró viendo la bolsa en su mano, la cual amortiguó su caída, por lo tanto, el chocolate se había trizado dentro por completo y la rosa estaba aplastada—. E-estoy bien, yo...

Granger → taekook (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora