Donde Jeon Jungkook es un granjero con escasa educación, torpe y un poco pertinaz mientras que Kim Taehyung es un reconocido doctor que va contra todas las reglas éticas.
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√ Taekook.
√ Contenido +18, leer bajo responsabilidad.
√ La obra es totalm...
El pulso de Jimin era disparado. Creía que el haber tomado coca-cola le había afectado aún más porque su corazón no dejaba de palpitar ni saltar como si fuese a darle un ataque en cualquier momento y estaba muy seguro que eso no era debido a la edad, si no por lo que estaba viviendo.
Pareciera como si hubiese visto cien fantasmas juntos, esto era peor que eso. ¡Era el fantasma de la esposa del doc!
Oh no. ¿Qué debía hacer?
¿Decirle a Jungkook? Mala idea.
¿Escondérselo a Jungkook? Terrible idea.
¿No hacer nada? Pésima idea.
No tenía escapatoria. A penas había visto la cara del hombre huyó como la gallina que era hacia el terreno de los Jeon tropezando con sus propios pies y casi cayendo encima de las plantaciones de otra vecina.
Había ido de paso para dejarle el cambio que había prometido al doc y separándose de Jungkook, el cual mencionó que debía bañar a Otis.
Su cabeza no dejaba de dar vueltas y era una guerra entre el qué hacer y qué no debía hacer.
Paró un momento y respiró afirmándose en la cerca de madera que daba hacia la entrada del terreno de los Jeon.
La mujer del doctor se encontraba allí, en su propia casa. A penas hace una hora atrás le había mencionado a Jungkook que si no la había traído era por una razón clara, ¡era un idiota! ¿Qué ocurría con el doctor y por qué esa mujer se encontraba ahí?
Por cierto, una mujer demasiado guapa para su parecer.
Pero ese no era el tema.
—¡Jimin!
Y murió de un ataque, estaba seguro.
—H-hola señora Jeon. Yo...yo solo tomaba aire, sí, nada pasa. ¿Cómo está? —en un intento absurdo le hizo una seña con la mano de que todo se encontraba bien.
—Yo bien, hijo. Justo voy donde tu madre a tomar un poco de jugo fresco. ¿Vienes por Jungkook? Me dijo que había estado contigo toda la tarde.
—No, no se preocupe. Digo, sí, vengo porque...porque vengo por el cuaderno de Yuna, ella le prestó y me pidió que lo buscara.
La mujer asintió, extrañada por la actitud de Jimin pero no le tomó importancia. Después de todo así eran los chicos.
Se despidió con la mano haciéndole saber que el muchacho se encontraba en el granero con todas las gallinas.
Bien.
Debía ser un buen amigo y un buen hombre. Las cosas se afrontaban de esa manera, no podía ocultarle algo tan importante a su mejor amigo. Se acomodó los pantalones y marchó hacia su objetivo.
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