Capítulo 15: Sinceridad

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POV Jade/Hermione
En el colegio, en vez de difundirse rumores de Harry como en el libro, se hablaba de mi habilidad y destreza de duelista, pero sabía muy bien que el próximo en ser agredido sería Justin Finch-Fletchley, me preocupaba el que Harry se enfrentara a eso, pero tampoco es algo que pudiese evitar…

Los ataques al gallinero comenzaban a ser más evidentes, por lo que en cualquier momento encontrarían al alumno y a Nick petrificados, solo tenía que vigilar a Harry y ayudarlo si se le iban encima los alumnos, tal vez también haría callar a Peeves si se atrevía a hacer comentario alguno…

Pasaron los días en los que estuve siguiendo a Harry, mientras leía uno de los libros que me interesaban llegó a mí una idea para mi libro, por lo que saqué pergamino y pluma para redactar esas ideas que se negaba a abandonar mi cabeza, solo fue un instante, pero perdí de vista a Harry.

Lo busqué con la mirada y decidí avanzar a paso tranquilo para no alarmar a nadie, el lamentablemente tenía la mala suerte de encontrarse en los lugares menos adecuados, por lo tenía que apresurarme, iba buscando por un pasillo, cuando escuché los gritos de Peeves, el muy idiota estaba dando la ubicación de Harry.

— ¡AGRESIÓN! ¡AGRESIÓN! ¡OTRA AGRESIÓN! ¡NINGÚN MORTAL NI FANTASMA ESTÁ A SALVO! ¡SÁLVESE QUIEN PUEDA! ¡AGREESIÓÓÓÓN! — eso fue lo que oí, y fue suficiente para que saliese corriendo a su encuentro.

Cuando llegué Harry estaba acorralado contra la pared por una ola de estudiantes realmente molestos. Al instante la atravesé molesta y me coloqué frente a Harry adquiriendo una postura amenazante para aquel que se acercara a él, los profesores pronto pidieron calma, pero no hacían caso, por lo que utilizando el hechizo Sonorus, gritando “¡silencio!” a lo que todos en el pasillo se callaron. Hice el contra hechizo y bajé la varita, mientras la profesora McGonagall junto con otros alumnos venían llegando.

— ¡Te han cogido con las manos en la masa! —gritó Ernie, con la cara completamente blanca, señalando con el dedo a Harry.

— ¡Ya basta, Macmillan! —dijo con severidad la profesora McGonagall, y yo lo veía con un coraje mal disimulado haciéndolo palidecer.

Mientras los profesores se inclinaban sobre Justin y Nick Casi Decapitado, examinándolos, yo me voltee a Harry, quien parecía realmente afectado con la situación. Peeves no había dicho nada, simplemente desapareció, sabía que me enojaría si hacía comentario alguno con todo lo que estaba pasando.

Los profesores Flitwick y Sinistra, del departamento de Astronomía, fueron los encargados de llevar a Justin a la enfermería, pero nadie parecía saber qué hacer con Nick Casi Decapitado. Al final, la profesora McGonagall hizo aparecer de la nada un gran abanico, y se lo dio a Ernie con instrucciones de subir a Nick Casi Decapitado por las escaleras.

Ernie obedeció, abanicando a Nick por el corredor para llevárselo por el aire como si se tratara de un aerodeslizador silencioso y negro. De esta forma nos quedamos solo tres en el pasillo, la profesora nos miró a ambos suspirando.

— Potter, Granger, por aquí — dijo y avanzamos tras de ella.

— Profesora —le dijo Harry enseguida— le juro que yo no…

— Eso se escapa de mi competencia, Potter — dijo de manera cortante la profesora McGonagall. Caminamos en silencio, doblamos en una esquina, y ella se paró ante una gárgola de piedra grande.

— ¡Sorbete de limón! — dijo la profesora.

Se trataba, evidentemente, de la contraseña, de repente la gárgola revivió y se hizo a un lado, al tiempo que la pared que había detrás se abría en dos. Incluso aterrorizado como estaba por lo que le esperaba, Harry no pudo dejar de sorprenderse, y yo estaba emocionada admirando esa escena. Detrás del muro había una escalera de caracol que subía lentamente hacia arriba, como si fuera mecánica.

¡¿Soy Hermione Granger?!Where stories live. Discover now