Capítulo 42: Giratiempo y Dementores

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POV Jade/Hermione
Crookshanks bajaba las escaleras en cabeza de la comitiva. Remus, Pettigrew y Ron lo seguían, como si participaran en una carrera. Detrás iba el profesor Snape, flotando de manera fantasmal, tocando cada peldaño con los dedos de los pies y sostenido en el aire por su propia varita, con la que Sirius le apuntaba. Harry y yo cerrábamos la marcha.

Fue difícil volver a entrar en el túnel. Remus, Pettigrew y Ron tuvieron que ladearse para conseguirlo. Remus seguía apuntando a Pettigrew con su varita. Los veía avanzar de lado, poco a poco, en hilera.

Crookshanks seguía en la cabeza. Harry iba inmediatamente detrás de Sirius, que continuaba dirigiendo a Snape con la varita. Éste, de vez en cuando, se golpeaba la cabeza en el techo; Harry y yo tuvimos la impresión de que Sirius no hacía nada por evitarlo.

—¿Sabes lo que significa entregar a Pettigrew? —le dijo Sirius a Harry bruscamente, mientras avanzaban por el túnel.

—Que tú quedarás libre — respondió Harry.

—Sí… — dijo Sirius — No sé si te lo ha dicho alguien, pero yo también soy tu padrino.

—Sí, ya lo sabía — respondió Harry.

—Bueno, tus padres me nombraron tutor tuyo — dijo Sirius solemnemente — por si les sucedía algo a ellos… —Harry esperó. — Por supuesto — prosiguió Black — comprendo que prefieras seguir con tus tíos. Pero… medítalo. Cuando mi nombre quede limpio… si quisieras cambiar de casa…

—¿Qué? ¿Vivir contigo? — preguntó, golpeándose accidentalmente la cabeza contra una piedra que sobresalía del techo — ¿Abandonar a los Dursley? — su voz realmente había sonado algo grosera sin querer.

—Claro, ya me imaginaba que no querrías — dijo inmediatamente Sirius — Lo comprendo. Sólo pensaba que… — adoraba ver esta escena en vivo y en directo, con los auténticos…

—Pero ¿qué dices? — exclamó Harry, con voz tan chirriante como la de Sirius — ¡Por supuesto que quiero abandonar a los Dursley! ¿Tienes casa? ¿Cuándo me puedo mudar? — Sirius se volvió hacia él. La cabeza de Snape rascó el techo, pero a Sirius no le importó.

—¿Quieres? ¿Lo dices en serio?

—¡Sí, muy en serio! — En el rostro demacrado de Sirius se dibujó la primera sonrisa auténtica que seguramente no habíamos visto desde que lo conocimos.

La diferencia era asombrosa, como si una persona diez años más joven se perfilase bajo la máscara del consumido Sirius. No volvieron a hablar hasta que llegamos al final del túnel. Crookshanks salió el primero, disparado. Evidentemente había apretado con la zarpa el nudo del tronco, porque Remus, Pettigrew y Ron salieron sin que se produjera ningún rumor de ramas enfurecidas.

Sirius hizo salir a Snape por el agujero y luego se detuvo para ceder el paso a Harry y a mí. Los terrenos estaban muy oscuros. La única luz venía de las ventanas distantes del castillo. Sin decir una palabra, emprendieron el camino. Pettigrew seguía jadeando y gimiendo de vez en cuando.

—Un paso en falso, Peter, y… — dijo Remus delante de ellos, amenazador, apuntando con la varita al pecho de Pettigrew.

Atravesamos los terrenos del colegio en silencio, con pesadez. Las luces del castillo se dilataban poco a poco. Snape seguía inconsciente, fantasmalmente transportado por Sirius, la barbilla rebotándole en el pecho. Y entonces… Una nube se desplazó. De repente, aparecieron en el suelo unas sombras oscuras.

La luz de la luna caía sobre el grupo. Snape tropezó con Remus, Pettigrew y Ron, que se habían detenido de repente. Sirius se quedó inmóvil. Con un brazo nos indicó a Harry y a mí que no avanzáramos. Vimos la silueta de Remus. Se puso rígido y empezó a temblar.

¡¿Soy Hermione Granger?!Where stories live. Discover now