Capitulo 29

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Mi reina

DESCONOCIDO QUE TODOS CONOCEN

Fuego.

Cenizas.

Las llamas que envolvían aquel lugar se están desvaneciendo poco a poco, dejando la propiedad con un gran olor a humo y a muerte, dejando una imagen digna de película por lo que saco mi cámara y guardo el momento para siempre.

La primera señal.

Me escondo entre las sombras y sonrío ante los bomberos que caminan entre los escombros, buscando sobrevivientes que no van a encontrar. Él fuego arrasó con todo lo que se encontró en su camino. Si no lograste huir, pues ya estás en el otro lado.

Admito que la manera que se llevó a cabo la huida de los Guerreros fue algo... Impulsivo, pero las personas que lo hicieron siempre han Sido así, y ahora estaban pagando el precio. Mi reina pudo resultar herida, y eso es algo que me carcome por dentro porque nadie tiene el derecho de hacerle daño, nadie puede tocarla. Ella merece estar en el altar en que la tengo puesta. Ella merece el mundo entero, y las personas que quisieron arrebatármela ahora estaban tres metros bajo el suelo, quemados hasta los huesos por el infierno que desate en ellos.

Doy un paso atrás y camino hacia mi camioneta negra. Está algo alejada, escondida entre los árboles para que los ojos curiosos no consigan su final de una manera estúpida, ya que a  diferencia de muchos psicópatas, yo no asesino porque me salga del corazón, solo lo hago cuando es necesario y es por eso que soy el mejor.

Soy el rey en el ajedrez. Mis movimientos son calculados para que no haya falla alguna. Un movimiento en falso y la partida se acaba, lo que no puedo permitir porque esto apenas está empezando.

Se ha iniciado el juego, y mi dama se está moviendo en el tablero junto a un peón que tengo que eliminar lo más pronto posible, porque si llega al final puede convertirse en una pieza más importante, y ya está cerca, las acciones de hoy me lo demostraron.

Beetzi no lo dejó.

Él la protegió.

Los golpes de la caída se los llevó él para que mi reina no sufriera. Ella se desmayó, pero despertó y yo pude ver la mirada de dolor desgarrador que lleno sus ojos cuando se encontraron con el peón tirado en el suelo, sangrando y sin despertar. Ella gritó, y ese sonido me calo los huesos hasta el punto en sentir su intenso dolor, lo que me desequilibró por completo.

Ella lo quería y saber eso, verlo con mis propios ojos, sentir que la perdía, que se alejaba de mí lentamente fue un golpe tan duro que mi corazón se agrietó por su causa. Pero eso era mi culpa, solo por mi culpa y solo por eso le iba a perdonar que fuera capaz de querer a otra persona que no fuera yo. Solo por eso.

Maneje por toda la ciudad y estacioné dos cuadras cerca del hospital donde se encontraban atendiendo a todos los heridos de la explosión. La instalación estaba completamente asegurada. Había hombres de negro por todos lados, portando armas de todos los tamaños, completamente alertas ante cualquier movimiento brusco, cualquier ataque hacia la familia que ellos protegían.

Me baje del auto, acomodé mis lentes y mi camisa a cuadros. Mi cabello castaño oscuro casi negro estaba perfectamente peinado, y el resto de mi vestimenta completamente pulida. Mi rostro era desconocido para todos los de esta ciudad. Podría cometer todos los crímenes del mundo, pero mi rostro pasaba por el de una víctima fácilmente, sin ser sospechoso de absolutamente nada y gracias a eso me encontraba entrando en el hospital.

Caminé entre los pasillo, buscando una habitación en específico. No podría preguntar por la estadía de Beetzi Guerrero porque tendría todo un escuadrón de los hombres de Broadleyi encima de mí en un segundo, y no podía preguntar por Adam Stone porque Beetzi estaría encima de mí en un segundo. Eso no me molestaría, pero no era el momento de nuestro encuentro.

Divina Obsesión (+18) CompletaKde žijí příběhy. Začni objevovat