Capitulo 49

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Beetzi

Iremos a terapia

La teleraña de la conciencia comienza a desprenderse de mi cerebro poco a poco hasta que mis ojos se abren, acompañados por un enorme bostezo que me da más flojera de la que ya tengo.

Siento un calorcito delicioso que me hace girarme hacia un lado para ver a Adam completamente dormido. Cómo siempre, estaba durmiendo sobre él, así que hago malabares para no despertarlo mientras me levanto, buscando mi teléfonos en las mesas para revisar la hora. Cuando la encuentro, veo que son las cinco de la mañana.

Es demasiado temprano para estar jodiendo por ahí, pero sé que si me acuesto, no voy a poder dormir más, por lo tanto, voy a mi baño, me cepillo y mientras hago eso, verifico que mi pedido esté aquí temprano.

Todavía tengo que convencer a Adam para que se disfrace. Estoy segura que me va a costar una mamada y yo feliz de dársela.

Al terminar, camino hacia mi computadora en silencio y conecto el artefacto que Victor le entregó a Adam. No puedo creer que no lo recordara. Nunca lo conocí, no realmente, pero cuando estuve secuestrada, escuché muchas cosas sobre él. El malo, es cruel, un demonio vestido de humano que ama escuchar los gritos de agonía de sus víctimas.

Mi cejas se arquan cuando veo una sola carpeta con un nombre que me revuelve el estómago. Sánnikov. El hogar del laboratorio biológico más mortífero del planeta... Y dónde Artem pasa más tiempo. Él es el dueño, después de todo.

Ahí se creó el arma por el mi vida fue arriesgada hace tres años.

Miro detrás de mi hombro cuando el sonido de la cama me pone alerta, pero es solo Adam moviéndose, buscándome en sueños. Mi corazón se agita al ver esa escena y una sonrisa gobierna mis labios cuando me giro a ver de nuevo la pantalla.

Necesito saber más.

Entro en la carpeta y comienzo a leer la información de la isla. Al ojo de los civiles, la isla es considerada un mito fantasioso que inventan los marinos para asustar a sus compañeros. Tengo pocos conocimientos sobre ella, pero lo poco que sé me pone los vellos de punta, ya que los científicos que habitan ahí, no tienen límites. Ellos crean armas, virus, sin importar el riesgo que corra la raza humana. A ellos les da igual todo, solo quieren seguir creando lo que sus cerebros le permitan.

Artem fue su creador, pero lo que inició como un centro científico para encontrar la cura a las peores enfermedades, se transformó en algo por el que el ser humano debería sentirse atemorizado. Usan humanos como pruebas y el día que uno de esos humanos, reaccione de mala forma a esos experimentos, ese día ellos temblarán.

Están jugando con fuego y estoy segura, que se van a quemar.

Conozco la Isla. Entre en sus archivos cuando investigue a Artem... Sin embargo, tengo curiosidad sobre lo que Victor tiene aquí.

- ¿Que haces? - salto entre la voz de Adam y lo veo soñoliento dentras de mí. Se ve tan guapo con el cabello todo desordenado y la marca de mis uñas en su torso desnudo. No entiendo cómo es posible que se vea tan apetecible con solo respirar.

-Investigando.- sonríe ante mis palabras.

- ¿Qué has descubierto? ¿Mi padre es un extraterrestre que huyó del área 51? - una carcajada brota de mí niego con la cabeza.- ¿Te has infiltrado en el área 51? - asiento y se mueve inquieto. - ¿Exis...? - no termina la pregunta, pero de igual forma asiento. ¿Es en serio. - lo miro.

-Si.- señalo la computadora para no profundizar en el tema. Si lo hacemos, dudo que salgamos de aquí en las próximas horas y necesito ir a ver a Alina, saber si funcionó todo.- ¿Victor te dijo que esto contenía información sobre tu padre? - el aparta la mirada de incredulidad y se fija en la carpeta sin abrir que lleva el nombre Sánnikov.

Divina Obsesión (+18) CompletaWhere stories live. Discover now