Capitulo 40

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Presente.

Adam

Secuestraron a mi hermana

Tomo a Beetzi de las caderas y la escucho gemir cuando le muerdo el lóbulo de su oreja.

En los dos días que llevamos encerrados en su casa, solo hemos salidos para comer y para probar alguno de los productos que nos ha dado su hermano.

Ella no ha querido visitar a Francesco porque según ella necesita algunas bases para poder manipularlo y prácticamente esos dos días ha vivido dentro de su computadora.

Sin embargo, no hemos avanzado mucho ya que ni siquiera encuentra pruebas contundentes de que el tal Ferrangi está vivo. Ayer tuvimos una discusión sobre él y fue cuando me di cuenta que estoy acabado. Me puse celoso de un puto zombie.

****

Hace un día.

Llevo una hora entera viendo el techo sin saber lo que pasa por mi cabeza. Tengo miles de preguntas danzando en mi mente y no sé quién podrá responderlas.

La chica, la loca que tengo al lado parace muerta, y tengo que estar confirmando su respiración cada minuto por los nervios que me recorren al pensar que la lastimé mientras me la follaba en la noche. He revisado sus heridas y sus puntos no se abrieron, pero igual siento que fui mi brusco y por primera vez me arrepiento de haberlo Sido.

Toco su cabello y lo deslizó por su rostro. Ella mueve su nariz suavemente y me hace reír cuando se pega más a mí, aprisionandome con sus piernas. Como si herida fue en el hombro izquierdo, decidimos cambiar nuestros lados de la cama.

Ni siquiera sabía que teníamos un lado, hasta que ayer tuvimos que cambiarlos para que estuviera más cómoda, ya que ella tiene una obsesión con dormir encima de mí y no me molesta. En serio ni siquiera me moleste a un poco, más bien me encanta ser capaz de pasar mis dedos por su rostro y observarlo dormir, porque es el único momento de día donde está callada y parece un ángel.

¿Le acabo de decir ángel?

Estoy pasando demasiado tiempo con ella.

Le jalo un mechón con fuerza y ella se levanta vuelta loca, mirando a todos lados.

-¿Que paso? ¿Que pasó? - pregunta desesperada y me mira con los ojos hinchados, parpadeando. Pasa sus manos por el rostro y se quita los mechones de cabello de la frente.

-Pasa que me estabas babeando todo. Mira esto. - señalo mi camisa y ella entrecierra los ojos para ver mejor .- Ahora tengo todas tus bacterias en la camisa.- ella alza la mirada y me mira varios segundos sin saber que decir. Supongo que la tomé desprevenida.

- ¿Me estas jodiendo? - pregunta y se limpia la baba que le cae por la mandíbula, haciendo una mueca ¿Cómo es posible que así toda bobosa y despeinada se siga viendo bella? Aquí huele a brujería.

-No te estoy jodiendo. Me llenaste de baba.- señalo la mancha en mi camisa negra. Ella la mira y un segundo después me aniquila con una almohada. No la veo venir hasta que me lanza hacia el suelo con su pierna. Casi golpeo mi cabeza contra la mesita, se salva que soy una persona ágil.

Me arrodillo y la escucho partirse de la risa, tocando suavemente su hombro, mirándome con gracia. Apoyo mis brazos en la cama y niego con la cabeza mientras ella respira para acabar con la risa.

-No te quejas de la baba cuando estoy haciendo garganta profunda.- presume y no puedo evitar reír cuando arquea sus cejas con superioridad. No puedo creer que está loca sea mi novia, de verdad.

-Estas loca.- se encoje de hombros y sin pensarlo le lanzo un almohadazo. Ella grita y se lanza hacia atrás, girando por completo hasta caer al suelo. Suelto un bufido para cubrir la risa antes de correr hacia ella, para encontrala cubriendo su boca, tratando de que no salga la risa de ella.

Divina Obsesión (+18) CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora