Capitulo 55

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La luz entraba por un pequeño espacio que había entre los bloques, lo que me decía que ya era de día, así que tendría 12 horas enteras para tratar de escapar, ser golpeada brutalmente, interrogada hasta el cansancio y después torturada.

Miro hacia la puerta y después veo mis pies, llenos de suciedad, lo que me llena el cuerpo de ira, la cual contento porque nadie tiene el derecho de provocar emociones que dañen mi buena vibra, porque me podrán hacer lo que sea, pero si no dejo que me afecte, no me destruirá.

La puerta se abre y cierro mis ojos ligeramente cuando veo entrar aquel hombre de ojos oscuros, ojos que me han observado divertidos mientras me tortura y trata que le diga todo lo que sé.

Ojos que ahora me miran con ira, con odio.

Ojos que yo miraba prácticamente todo los días antes de llegar a este lugar, amarrada y durmiendo sobre agua podrida, que ya había infectado una de las heridas en mi pie. Pero la ignoraba. Eso no me iba a matar, nada podía porque todavía no era mi hora.

Necesitaba venganza y que Dios me perdone, pero lo necesito.

- ¿Estás lista para hablar? - me pregunta con ese acento Italiano que escuché tantas veces.

- Sei pronto pero andare all'inferno ? - le pregunto en su idioma natal y él se ríe, para después hacerse a un lado y dejar entrar a tres hombres, todos ellos vestidos de negros y con capuchas.

"¿Estás listo para irte a la mierda?"

- Terminarás hablando, querida y estaré para escucharte.- me dice y yo niego con la cabeza mientras veo como ellos conectan aparatos.

Electricidad.

Me van a electrocutar, más no tiemblo, porque eso no me causa temor, no me causa nada, de todas formas lo van a hacer, por lo que simplemente observo y espero a que ellos se acerquen a mí.

- ¿Por qué no me sueltan? - pregunto con mi tono más dulce y ellos se ríen, ignorándolo por completo, así que sonrío feliz y muevo mis ataduras ligeramente, sin que ellos se den cuenta de lo que estoy haciendo.

- ¿Por qué haríamos eso? - pregunta uno de ellos mientras mueve una toalla mojada. Observo el italiano y pienso bien en lo que haré, porque no dejaré de luchar, así me tengan un año aquí, así me quede toda una vida aquí, nunca dejare de luchar.

- ¿Por qué soy muy  bonita? - pregunto y les sonrío coquetamente. Ellos niegan con la cabeza y se acercan a mí.

Son cuatro hombres y yo puedo con ellos, solo tengo que ser lo suficientemente inteligente, rápida y fuerte para al menos salir de esta habitación e ir a un baño normal, porque estoy segura que no podré salir de aquí, al menos no por mi cuenta, porque estaba en una propiedad alejada de la sociedad, con cientos de hombres patrullando día y noche, esperando que un ser desconocido entre en la propiedad para poner en prueba sus armas, para usar su instinto asesino que les han implantado desde hace años.

El primero se acerca con la toalla y yo espero un segundo antes de terminar de soltarme de mis ataduras y agarrar la toalla de sus manos.

Como siempre, ninguno espera mis movimientos,  lo que me facilita  envolver el cuello del primero con ella. Él trata de soltarse, pero yo pateo al segundo y le quiebro el cuello a este, llevándolo al suelo y arremetiendo contra uno de ellos, agarrando un cuchillo que tenía en su cintura el segundo y clavándosela al tercero en pleno corazón antes de patear al segundo contra el suelo y clavarle el cuchillo en el ojo.

Todo pasa en segundos que me parece un borrón, pero cometí un error y fue esperar no asegurar al italiano, que en este preciso momento me apunta con un arma, a la cual le sonrió y abro los brazos, mostrando lo que acabo de hacer con orgullo.

Divina Obsesión (+18) CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora