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Franco besaba todo el cuerpo de Bárbara, ella gemía de puro placer, pero la magia termino en cuanto escucharon a Gonzalo y a Fernanda llamarla por su nombre.
Se separaron de inmediato y por unos segundos se miraron fijamente. Bárbara rápidamente se puso su vestido y se arreglo el cabello.
Franco por su parte se vistió más lento, no dejaba de observar a Bárbara.
Esperaron a que ya no se escucharán voces y Bárbara se dirijo a la puerta.
-Espere-. Franco la tomo de la mano.
-¿Qué no se da cuenta que me están buscando? Déjeme ir y tiene mi palabra de que hoy en la noche ire a su casa y ya hablaremos.
Franco la solto y la dejo ir, él permaneció por unos minutos más allí.

-Mi alma ¿En donde estabas? Tenemos rato buscandote-. Gonzalo se acercó para besarla pero ella lo esquivo.
-Hola vida, no sabes el gusto que me da que hayas regresado-. Lo abrazo fingiendo alegría.
-Yo también estoy contento de estar de nuevo contigo, pero no me has respondido ¿en dónde estabas?-
-En el bańo, no me siento muy bien-
-¿Qué tienes mi alma? ¿Quieres que llame a un doctor-. Pregunto Gonzalo preocupado.
-No vida, solo es un dolor de cabeza pero ya se me pasara. ¿Ya va a comenzar la reunión? ¿En donde esta el se Santoro?-
-No lo se, Florecita me dijo que estaba contigo-
-Me dijo que tenía que hacer una llamada y después yo me fui al baño-.

Bárbara.
"Maldita Flor chismosa, aparte de inepta es lengua suelta, pero me va a tener que escuchar la imbecil esa".

Minutos después Franco se presento ante ellos.
-Seńor Gonzalo, muy buenos días-
-Franco ¿en donde se habia metido? Me dijeron que tiene rato que llego, le pido una disculpa por mi demora-
-No se preocupe, yo me entretuve en otras cosas demasiado interesantes. Sonrió al recordar lo ocurrido con Bárbara.
-¿Si? ¿Y que cosas interesantes encontro en esta empresa?-
Bárbara estaba nerviosa, temía que Franco cometiera alguna indiscreción. Para su buena suerte en ese momento llego Camilo, otro hijo más de Gonzalo y el peor de todos, Camilo tenía la sangre fría, era capaz de hacer cualquier cosa por dinero, no le importaba nadie más que el mismo, vivía solo por defender sus intereses. Había estado fuera del país malgastando el dinero de su padre pero como ya se le estaba acabando y Gonzalo no le quiso dar más tuvo que regresar.
Presentaron a Camilo con Franco. Franco a leguas noto lo doble cara de Camilo y no le cayo nada bien.

Pasaron a la sala de juntas, llego Steve y Franco lo presento ante todos.
Después de varías horas llegaron a acuerdo, la asociación entre Lácteos y Power Milk se haría pero solo hasta que Lacteos mejorará su economía y saliera de deudas, eso le daba tiempo a Bárbara de convencer ya sea a Franco o a Gonzalo de que desistieran de esa idea.

Llegando las 9pm Bárbara se encontraba con Gonzalo en la habitación.
-Vida, tomate tus pastillas, ya es hora-.
Gonzalo tomaba constantemente pastillas, según para estar más activo pero de vez en cuando Bárbara se las cambiaba para dormir y justo esa ocasión necesitaba que Gonzalo se durmiera toda la noche para poder ir a su encuentro con Franco.
No pasó mucho tiempo para que Gonzalo se durmiera. Bárbara se metió a bańar y al salir busco el mejor de sus vestidos, siempre le gustaba estar presentable pero por alguna razón que ni ella misma entendía quería estar impecable para Franco.
Franco por su parte estaba impaciente por la llegada de Bárbara, también estaba demasiado presentable para una simple visita, pero resulta que Bárbara no era una visita cualquiera. Esa mujer le gustaba y mucho.

11pm.
Bárbara llego a las animas, se vio por última vez en el espejo que llevaba en su bolso y toco el timbre.
Franco al verla con ese vestido, con ese maquillaje quedo embobado, de verdad que era atractiva. Tenía ese toque de verse tierna y al mismo tiempo extremadamente sensual.

-Seńora Bárbara, buenas noches ¡Buenas noches!, pase por favor, déjeme decirle que se ve muy guapa el día de hoy-
Bárbara entro a la enorme casa y sin voltear a ver a Franco, le dijo -¿El día de hoy? Yo siempre estoy guapa Franco-.
-Bueno, eso si-. Se paro frente a ella. -Pero hoy se ve más guapa de lo normal-
-Gracias por el alago pero no es algo que necesite escuchar, mi marido me dice siempre lo atractiva que soy y el espejo también-
Franco no pudo evitar sonreír. -Que bueno que lo tenga claro, una mujer como usted no debe dudar nunca de su belleza-
-No lo hago, creame, estoy consiente de todos mis atributos y también de lo que provoco con ellos- Miro los labios de Franco y sonrió. -Basta de pláticas sin sentido Santoro, digame ¿Que quiere de mi? ¿Cuántas noches con usted me van a costar su silencio?-.
Franco rió fuertemente para luego cambiar totalmente su expresión. Miro serio a Bárbara y pegandola contra la pared le dio un beso.
-Pensé que era más inteligente Bárbara, yo jamás le pediría sexo a cambio de su palabra y eso de que las noches al lado mio le costarían es una vil mentira-. Volvio a besarla.-Si usted se entrega a mi sera por decisión propia y no me va a negar que los encuentros que hemos tenido le han encantado-
Bárbara como pudo se safo del agarre de Franco, no quería demostrarse débil ante él.
-Si usted quiere creer eso adelante, no quiero bajarle él autoestima así que siga pensando que los encuentros con usted me han encantado-
-Si no es así ¿Porqué lo has tenido?-
-No estoy aca para hablar sobre eso Santoro, quiero que me diga que demonios me va a pedir a cambio de su silencio-
-Exigo el nombre de la persona que la está manipulando-
-¿Qué? Eso no es posible-
-¿Porqué no?-
-Porque no, cualquier cosa menos eso-
-Es lo único que exigo-
-No puedo Franco, de verdad-.
Franco vio en bárbara un miedo extremo, le temblaban las manos y tenía baja la mirada. Lentamente se acercó a ella y tomo el rostro de ella con sus dos manos. Se miraron por varios segundos, Bárbara reflejaba demasiado con su mirada, en esos momentos dejaba ser la mujer frívola y despota que él conocía y pasaba a ser una mujer inocente que necesitaba de mucho amor.
Sin decir una sola palabra más Franco beso la frente de Bárbara, después la punta de su nariz, así hasta llegar a sus labios.
Era un beso diferente a los anteriores, este beso estaba siendo lento, tierno pero poco a poco comenzo a subir de intensidad.
Franco la guió hasta su habitación y allí con toda la prisa del mundo se desvivieron.
Al tener a Bárbara completamente desnuda se detuvo a observarla, era perfecta en todos los sentidos. Beso cada centímetro de la piel de ella y ahí en esa habitación Franco y Bárbara hicieron el amor como si sus vidas dependieran de ello.

El dúo perfecto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora