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NARRADORA.

Al día siguiente Bárbara como siempre fue la primera en llegar a Lácteos, se metió a su oficina y no dejaba de pensar en lo que había hecho.
Llamo a Flor para pedirle unos papeles pero no le contesto, después de unos minutos la volvió a llamar.

-¿Porqué no contestabas?-. Le pregunto enojada.

-Perdón señora Bárbara, lo que pasa es que fui a la oficina del señor Anibal a llevarle un café a Franco Santoro-

"¿Franco estaba ahí? ¿Porqué no la había pasado a ver antes?-.

POV BÁRBARA.

Le ordené a Flor que en cuanto Franco saliera de hablar con Aníbal pasara a verme, me extraño mucho que no hubiese pasado antes a visitarme.

Después de dos horas Franco toco a la puerta de mi oficina.

-¿Y ese milagro que tocas?-. Le pregunté mientras el pasaba y yo cerraba la puerta con seguro-.

-Me dijo Flor que le pediste que me dijera que pasara a verte ¿Qué necesitas?-. Su tono de voz era seco.

-A tí-. Le respondí y me acerqué para besarlo pero él se alejo. ¿Qué pasa Franco?-

-No pasa nada, pero tu misma me dijiste que tenemos que ser más cuidadosos-.

-¿Y cuando lo hemos sido?-. Lo abrace y mordí el lóbulo de su oreja, sentí como su respiración se acelero pero volvió a alejarse.

-Bárbara-. Me miro a los ojos. -Quiero terminar con esto que tenemos-.

"Quiero terminar con esto que tenemos". ¿Franco estaba terminando conmigo?.

-¿Con esto? ¿A que le llamas "esto"?-. Le pregunté.

-A nuestros encuentros, a lo de ser...exclusivos.-Dijo con pesar-

-Te recuerdo que fuiste tú quién propuso eso-

-Sí, lo sé Bárbara, pero no tiene caso que sigamos con algo que de todas manera no tiene ningún futuro-

-¿Sabes que tienes toda la razón?-. Tragué saliva antes de seguir hablando. -De todas maneras para mí nunca significaste nada-.

Franco salió de mi oficina y yo me quede analizando en lo que acababa de pasar.
Franco me termino sin siquiera darme una explicación, hace días me juraba amor eterno y hoy me dejaba sin ninguna razón.

No pensaba rogarle, no pensaba ir tras él, si eso era lo quería lo iba a respetar, al fin y al cabo resulto ser igual que al resto de los hombres.

En la tarde recibí una llamada, era de la iglesia en dónde Aurora se estaba quedando, me informaron que estaba enferma y mi número era el único que tenían registrado en las llamadas que Aurora había recibido.

NARRADORA.

Franco iba saliendo de Lácteos cuando se encontró con Fernanda.

-¡Franco!-. Fernanda lo saludo con evidente alegría.

-Fernanda, buenos días-. Respondió él con una sonrisa.

-Debería estar enojada contigo, llevo semanas intentando comunicarme contigo y nada-

-Perdóname Fernanda, pero de verdad he estado con mucho trabajo-

-¿Pero no siquiera una hora me puedes regalar?-

Franco lo pensó un momento. -¿Te parece si vamos a desayunar?-.

-¿Ahorita?-. Pregunto ella.

-Sí, al menos que tengas cosas que hac..-

Fernanda lo interrumpió. -Tengo toda la mañana libre. ¿Nos vamos?-.

Flor fue a la oficina de Bárbara a entregarle unos papeles, como siempre toco la puerta con miedo.

-Pase-. Se escucho la voz de Bárbara.

-Señora Bárbara aquí están los papeles que me pidió-

-Déjalos en el escritorio y lárgate-. Flor dejo los papeles y se dispuso a marcharse.

-¿Ya se fue el señor Santoro?-. Pregunto Bárbara.

-Si señora, acaba de salir con la señorita Fernanda, me parece que van a desayunar-.

El dúo perfecto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora