134

348 58 35
                                    

NARRADORA.

Bárbara estaba ansiosa por ver a Franco, necesitaba aclalarle todo, necesitaba que él supiera que lo amaba y que se había visto obligada a "traicionarlo".

Horas antes había discutido con Jaime, él no dejaba de mostrarse cariñoso con ella y ya la había cansado.

Si bien le permitió algunas muestras de cariño fue solamente por agradecimiento, pero ya no lo quería cerca ni quería tampoco fallarle a Franco.

Había contratado a una enfermera para que la ayudara a cuidar a Aurora esa noche, tenía que ir a su departamento por unos papeles.

El departamento quedaba cerca de la cárcel en dónde Franco estaba ¿Porqué no ir a verlo? Sabía que por la hora era prácticamente imposible que la dejarán verlo, pero no había nada que el dinero no solucionará.

Perla se acercó más a Franco, estaba ya demasiado cerca de sus labios.

Lo miro por unos segundos y el continuaba sonriéndole. Supo entonces que no importaba el lugar, ni la situación, ella podría permanecer siempre mirando la sonrisa de Fernando y se sentiría siempre cómo la mujer más afortunada.

Franco era, sin duda su perspectiva del hombre perfecto, era guapo, inteligente,   honrado, caballeroso, podría ennumerar todas las cualidad que le encontraba a Franco y estaba segura que siempre le encontraría una más.

Franco le encantaba, físicamente le atraía muchísimo y le hubiese gustado tener el valor suficiente para besarlo, pero tenía miedo, miedo a ser rechazada, miedo a que él se sintiera en la obligación de corresponderle por mero agradecimiento.

Así que cuando estuvieron lo suficientemente cerca decidió alejarse, y por la expresión de Franco supo que hizo lo correcto.

-Me tengo que ir-. Le dijo Perla aún sonrojada.

-Sí, ya es tarde-. Respondió Franco tomándola de las manos. -Gracias por todo-.

Se abrazaron y justo en ese momento apareció Bárbara.

-Buenas noches-. Dijo sería.

Ellos inmediatamente se separaron y voltearon a verla, tenía la mirada fija en ellos y el ceño fruncido.

-Bárbara-. Dijo Franco sorprendido.

Bárbara espero a que el guardia le abrirá la celda, a él le había parecido divertida la de idea de pensar que las dos mujeres se pelearán por Franco, o mejor aún, que entre las dos lo agarraran a golpes.

-Hola mi cielo-. Le dijo Bárbara a Franco mientras le plantaba un beso en los labios.

-Bueno, yo me retiro, que bueno que viniste Bárbara-. Le dijo Perla mientras tomaba su bolso para irse..

-¡Qué lindo!-. Expresó Bárbara mientras miraba el bolso de Perla. ¿Era de tu abuelita?-. Dijo sonriendo.

-Mmm no, lamentablemente mi abuelita no usa bolsos, lo que si usa y yo creo estaría encantada de regalarte uno, son vestidos-. Le contestó Perla irónica. -Según tú un día me dijiste que jamás usarías ropa repetida, que eso era de gente sin clase, y bueno, querida, de todas las veces que te visto has traído el mismo ¿Qué pasa? El separarte de Gonzalo ¿Te dejo tan pobre? No te preocupes que yo amablemente te puedo dar algo de dinero para que te compres uno nuevo-.

Bárbara estaba a punto de contestarle pero Franco intervino. -Gracias por haber venido Perla, pero..-

-Pero ahora quiere estar conmigo-. Lo interrumpió Bárbara.

Perla ya no dijo nada y salió de la celda.

Cuando Franco y Bárbara estuvieron solos, ella se abalanzó contra el para abrazarlo y llenarlo de besos.

-Perdóname mi cielo, te juro que..-

-No tienes que jurarme nada bonita, sé que te obligaron a hacerlo-

-Te amo Franco, te amo y me siento muy culpable-

-No tienes porque, Perla me contó..-

-Perla..,¿Qué hacía ella aquí? ¿Porqué vino a verte hasta tu celda?-

-Quiso hablar conmigo con más privacidad, pero no creas que paso algo entre nosotros-

-Si no estuvieras en esta situación y si ella no fuera tu abogada te mato Santoro-

-Bárbara ¿Sigues viendo al tal Jaime?-

-Sí, sí, pero no es nada de lo que te imaginas, hoy le deje claro que te amo a ti-

-¿De verdad?-

-Sí, también ya Aurora sabe todo-

-¿Cómo está ella? ¿Ya la dieron de alta?-

-Aun no, pero esta bien, sólo es cuestión de que se sienta un poco mejor y la dan de alta-.

Bárbara le contó a Franco todo lo sucedido, a él le dolía saber de lo que Liliana era capaz de hacer con tal de verlo destruido.

-Perla me ayudará para difundir el video de Steve y Aníbal besándose, de alguna manera tengo que vengarme-

-Damián también recibirá su castigo, te lo prometo-

-Bárbara no quiero que hagas nada, puedes ponerte en peligro y...-

-Tranquilo mi cielo, que ya tengo todo bajo control, tú sólo confía en mí-. Bárbara se acercó a Franco y se sentó en sus piernas.

-No sabes cómo te extrañe-. Le susurro ella y le dio un beso apasionado.

Franco correspondió a aquel beso con la misma intensidad, de pronto las prendas comenzaban a estorbarles y en cuestión de segundos se fueron deshaciendo de ellas.

El dúo perfecto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora