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Gonzalo le entrego el celular a Bárbara y ella al ir al buzón de mensajes e inmediatamente vio el mensaje de Franco. Por primera vez no supo cómo justificarte ante Gonzalo.
-Vida, yo...-
-Te dije claramente que NO nos metieramos en el matrimonio de Fernanda y Damian ¿Y que es lo que haces? Comprarles un boleto para que se vayan de luna de miel sin saber si ellos están de acuerdo-

Bárbara miro nuevamente sus mensajes y vio uno que confirmaba los boletos para la ciudad de "Miami" que había comprado para su hijastra y el esposo de ella.
Ese era el mensaje de que Gonzalo había leído y no el de Franco.
Se sintió aliviada y decidió jugar eso a su favor.

-Gonzalo, yo sólo quería ayudar, sabemos que ese matrimonio no va nada bien y pense que un viaje y más viniéndo de nosotros les iba hacer bien, más porque ni siquiera han tenido su luna de miel, pero, como siempre todo lo que haga por esta familia esta mal-. Bárbara fingía dolor e indignación y comenzó a llorar.
Gonzalo como siempre cayo ante las lágrimas de su esposa y se sintió culpable por ser él, el causante de esas lágrimas.
-Mi alma perdoname por favor, no quise alzarte la voz ni hacerte sentir mal, es solo que pienso que un matrimonio es de dos y no se si a Fernanda le guste la idea-
-El problema, Gonzalo, es que yo no puedo tener un acto bueno con ustedes sin que tú o tus hijos me lo temen a mal y me estoy cansando de esta situación-
-Eso no es cierto mi alma, mis hijos te adoran y yo, yo te amo mucho más que a cualquier otra persona en este mundo-.
-Pues con actitudes como la que acabas de tener demuestras lo contrario, estoy molesta contigo pero no quiero ser grosera, así que por favor sal de la habitación, yo me voy a bañar y después llego a Lacteos-
-Pero mi alma-
-Por favor Gonzalo...-.

Gonzalo salió de la habitación y Bárbara se sintió triunfante, pues además de que su "adorado" esposo no descubrió su infidelidad con Santoro, lo hizo sentir mal por cómo lo había tratado. Esperaba que Fernanda y Damian aceptarán irse, ademas de que se libraba unos días de los dos, se aseguraba de que Fernanda seguiría comiendo de la mano de Damian.
Bárbara tomo su celular y le llamo a Franco.

-Muy buenos días seńora Greco-.
-¿Qué demonios tiene en la cabeza Santoro? ¿Como se le ocurre mandar ese mensaje? ¿Acaso no se da cuenta de que pudo meterme en un problema con mi esposo?-. Bárbara estaba enojada y mucho. Franco había sido un inconsciente y no iba a permitir que por sus estupideces la metiera en un problema con Gonzalo.
-¿Acaso su esposo vio algún mensaje?-
-No, pero estuvo a punto y de gracias a Dios o a lo que sea en lo que usted crea que no vio nada porque si no...-.
-¿Si no, que? Le recuerdo Bárbara que yo no soy ninguno de sus empleados que le tienen miedo y mucho menos soy su esposo al que puede manejar a su antojo, si él llegara a descubrir algo la única que saldría perdiendo es usted, así que o se calma o entre los dos le contamos a su querido Gonzalo como anoche la hice gemir mi nombre-.

Bárbara si siquiera pudo responder ante eso porque Franco le colgo. Volvio a marcarle pero le desviaba las llamadas.
"Me las vas a pagar Santoro, te vas a tragar tus palabras y vas a ser tú al que pueda manejar a mi antojo".

Franco por su parte estaba totalmente tranquilo, sabía que había hecho mal y pensaba en disculparse con Bárbara pero después de como lo trato, no.
Se cuestionaba a él mismo de porque le gustaba tanto, y él había compartido la noche con muchas mujeres, tal vez hasta más de las que en ese momento pudiese recordar pero algo que si tenía claro era que, ningúna noche como la que compartió con Bárbara. Ninguna mujer como Bárbara Greco.

Pasado de las 11am Bárbara llego a Lacteos, afortunadamente Gonzalo había salido, así no tendría que soportar sus nuestras de carińo para que ella lo perdonara.
Llego a su oficina y cual fue sopresa al ver a Damian de espaldas.
-¿Damian? ¿Qué haces aquí? ¿Como entraste?-
-Hola mi querida hiena-. Damian no le dio tiempo de responder porque inmediatamente se lanzo contra ella para besarla desenfrenadamente.

Justo en ese momento Franco llegaba también a Lácteos.
-Buenos dias Flor ¿la Seńora Bárbara esta en su oficina-?
-Si sr Santoro acaba de llegar, ¿le aviso que está aquí?-
-NO-. Dijo con una vez autoritaria que a Flor le dio miedo. -Yo mismo ire a verla, con permiso-.
Y sin más, Franco se dirigió a la oficina de Bárbara.

Aquí esta el capítulo chicas.
¿Creen que Franco los descubra?

El dúo perfecto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora